• 16/10/2011 02:00

‘Precios de los alimentos: de la crisis a la estabilidad’

DIRECTOR GENERAL DE LA FAO.. Para el Día Mundial de la Alimentación de este año se ha elegido el tema ‘Precios de los alimentos: de la ...

DIRECTOR GENERAL DE LA FAO.

Para el Día Mundial de la Alimentación de este año se ha elegido el tema ‘Precios de los alimentos: de la crisis a la estabilidad’, con el fin de arrojar luz sobre una tendencia que actualmente perjudica a los consumidores pobres, a los pequeños productores y a la agricultura en general. Los precios de los alimentos, que se habían mantenido estables durante décadas, se están volviendo cada vez más volátiles.

Si queremos afrontar seriamente la cuestión del hambre en el mundo es necesario desplegar más esfuerzos para abordar el problema que suponen las fluctuaciones de los precios de los alimentos sobre todo para quienes gastan en ellos la mayor parte de sus ingresos, y garantizar que estas personas puedan volver del mercado con alimentos suficientes para ofrecer comidas nutritivas a sus familias.

Las causas de la inestabilidad de los precios de los alimentos son bien conocidas, pero lo que se puede hacer para contrarrestarla depende de la voluntad política.

El mercado mundial es poco activo: a la oferta le resulta difícil seguir el ritmo de la demanda y las reservas se encuentran en su mínimo histórico o cerca de él. Las sequías e inundaciones que golpean a las principales regiones productoras reducen aún más los márgenes de los precios. La agricultura no puede responder con suficiente rapidez aumentando la producción, debido a la inversión insuficiente a largo plazo en investigación, tecnología, equipo e infraestructura.

Como consecuencia del aumento de la riqueza, muchas personas en todo el mundo consumen más carne y productos lácteos, lo que hace crecer los precios de los piensos. Cada año, además, nacen ochenta millones de personas y esto se traduce en una mayor demanda de alimentos.

Otro factor contribuyente podría ser la reciente entrada de inversores institucionales con sumas muy grandes de dinero en los mercados de futuros de productos alimenticios. Por último, una parte notable de la culpa recae sobre las políticas agrícolas distorsionadoras y las políticas comerciales proteccionistas.

En el ámbito de los países importadores netos de alimentos, los repuntes de los precios pueden perjudicar a los países pobres, haciendo que les resulte mucho más caro importar alimentos para su población. Los agricultores también se ven perjudicados, porque tienen gran necesidad de saber con meses de antelación los precios que obtendrán por sus cultivos en el momento de la cosecha. Si es probable que consigan precios elevados, plantarán más. Por el contrario, si se prevé que los precios sean bajos plantarán menos y reducirán costos. Las rápidas variaciones de los precios hacen que el cálculo resulte mucho más difícil.

El incremento de la coordinación de las políticas en el mercado alimentario internacional puede reducir la volatilidad, ayudando a mantener un flujo garantizado de productos. La FAO respalda la eliminación, en los países ricos, de las subvenciones a la agricultura que distorsionan el comercio.

En lo que atañe a la especulación, la investigación realizada por la FAO sugiere que, aunque quizás no ocasione la variación de los precios, sí podría exacerbar su magnitud y su duración. Se necesita más y mejor información para incrementar la transparencia del comercio en los mercados de futuros. Ello ayudaría a garantizar que los gobiernos y los comerciantes tomen decisiones fundamentadas y eviten el pánico y las reacciones irracionales.

En lo tocante a la mitigación de los efectos de la volatilidad sobre la población pobre, redes de seguridad nacionales o regionales que incluyan, posiblemente, reservas alimentarias de emergencia pueden ayudar a garantizar el suministro de alimentos a los grupos de población necesitados y vulnerables durante las crisis. También se puede ayudar a los consumidores pobres proporcionándoles efectivo o cupones de alimentos, y a los productores mediante insumos como fertilizantes y semillas.

Diversos mecanismos financieros pueden ayudar a los gobiernos a proteger a los consumidores de los aumentos de los precios. Un ejemplo de ello son las opciones de compra, que otorgarían a los gobiernos el derecho a comprar alimentos a un precio fijo, incluso con varios meses de antelación, independientemente de las fluctuaciones del mercado que se puedan registrar entre tanto.

No obstante, en última instancia la estabilidad del mercado de alimentos depende del incremento de la inversión en agricultura, especialmente en los países en desarrollo, donde vive el 98% de las personas que pasan hambre y donde la producción de alimentos deberá doblarse para 2050, a fin de poder alimentar a la creciente población.

En el Día Mundial de la Alimentación de 2011, reflexionemos seriamente sobre las causas de la variación de los precios de los alimentos y formulemos opciones con respecto a lo que debe hacerse en el plano nacional, regional y mundial para reducir sus repercusiones en casi mil millones de personas que no tienen bastante para comer.

MENSAJE DEL DIRECTOR GENERAL DE LA FAO SOBRE EL TEMA DEL DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN Y TELEFOOD EN 2011.

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