• 08/12/2011 01:00

Honor a ser madre

Q uisiera enumerar los grandes atributos que las madres tenemos y la verdad son casi inagotables, cuando camino y observo a mi alrededor...

Q uisiera enumerar los grandes atributos que las madres tenemos y la verdad son casi inagotables, cuando camino y observo a mi alrededor veo las proezas, que van desde levantarnos a primera hora con bebés y criaturitas para llevarlos con sus nanas o la abuela que los cuida, y sale en aquella lucha titánica la mujer valerosa, con una fuerza sobrenatural a pelear en diablos rojos, taxis, y todo medio posible para poder proteger a su tesoro más preciado.

Las proezas me hacen recordar una linda conductora que hace unos días me llevó en su vehículo de camino a la casa (transporte solidario del Sector Oeste), y me contaba que todas las mañanas le toca esperar el colegial de su hijo para luego salir hacia su trabajo en compañía de su esposo, soportar aquel tráfico y no solo eso, sentía lo que muchas mujeres sienten y quizás no lo dicen abiertamente, que su pareja se queja cuando ella tiene mayor peso en las responsabilidades del hogar.

Las madres panameñas y probablemente de muchos otros países, todavía tienen doble y hasta triple jornada laboral, pero la mayor recompensa es, como dijo mi amable conductora, ‘por eso los hijos quieren más a sus madres’, muchas veces es así. Heroicas son las energías que hay que tener para dar lo mejor en la tarea de formar a nuestros/as hijos/as.

Quiero señalar que las madres trabajadoras somos todas, las de casa hay que aplaudirlas, porque administrar un hogar tiempo completo las convierte en doctoras, empresarias, arquitectas, etcétera. En este apartado quisiera recordar a mis abuelas, que dieron su vida entera por educar y amar a sus hijos/as, qué gran aporte en nuestros valores son las nobles abuelas, que son responsables de grandes profesionales (decía Julia, ‘estudie para que pueda valerse por usted misma’).

Hoy por hoy, me siento feliz y sé que muchas generaciones agradecen lo firme que fueron sus madres, era una mezcla de rectitud y a la vez amor, copiemos todo lo bueno que nos dieron y tengamos cuidado en la complacencia excesiva.

Dios bendijo a la mujer con un don que nos permite dar vida, esa vida pasa en primer lugar por ser nuestra, qué curioso, cuando nace un bebé colocan hija/o de... y allí colocan el nombre de la madre.

Las mujeres, en nuestro conjunto de variedades, colores, razas o clase social, al convertirnos en madres pasamos a formar parte de un mismo código, que solo se es capaz de entender cuando se es madre.

En esta fecha tan especial hay quienes sufren la tristeza de no poder abrazar a su madre, hace casi un año perdí a quien fue casi una madre para mí, Marta Rosa, mi madrina. Qué mujer tan trabajadora, cariñosa. Si pudiera uno ver a esa madre, llenarla de besos y abrazos, seguro lo haríamos, pero el tiempo es el presente y es por eso que debemos honrar a nuestras madres.

Honra a tu madre, respetándola, ayudándola, siempre tendrás la satisfacción de que a tu viejita linda le diste lo mejor de ti.

¡Que vivan todas las madrecitas en todos los días de sus vidas!

PERIODISTA

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