• 04/02/2012 01:00

Huelga en el Canal, verdaderos motivos o intereses de grupo

Las reivindicaciones laborales tuvieron su triunfo durante la dictadura militar, cuando se creó una normativa laboral que favoreció a l...

Las reivindicaciones laborales tuvieron su triunfo durante la dictadura militar, cuando se creó una normativa laboral que favoreció a los movimientos sindicales. La misma se fundamentó en la desigualdad legal a favor de los trabajadores.

Desde su creación en 1972 hasta nuestros días, se han realizado pocos cambios en favor de la productividad, manteniendo, en mi opinión, el paternalismo hacia las estructuras sindicales. Estos dirigentes se han enquistado en las posiciones de poder, protegiendo lo que ellos han denominado conquistas sindicales, no siempre a favor de los trabajadores sino de interés propios, con frecuencia repitiendo una frase del movimiento revolucionario del 68: ‘Bien pendejos son, si se dejan quitar lo que le hemos dado...’.

La falta de cambios modernos y el tratamiento de paños tibios con respecto a las actualizaciones necesarias en la normativa laboral, hoy día amenazan con afectar la obra más importante del Istmo en el siglo XXI: la expansión del Canal de Panamá. Y es que, este proyecto tuvo su primera arremetida con una huelga por falta de pago de horas extras, que al final, al mejor estilo de Harry Potter, terminó en reclamación de aumentos de salarios, y que terminarán por ser trasladados al Canal de Panamá, afectando los beneficios de todos los panameños.

A pesar de que en nuestra Constitución se prohíbe la huelga en el Canal, esta premisa no la aplican los sindicalistas a las labores accesorias del Canal. Pero qué cómodo es interpretar que los salarios de la APC sí deben ser iguales a las mismas actividades accesorias. En otras palabras, los empleados del Canal no pueden decretar huelga, pero los que no trabajan para la APC quieren ganar la misma paga y sí pueden declarar la paralización de labores. O sea que, se aplica e interpreta lo que conviene y lo que no, se desecha.

Por otra parte, tampoco es que se defienda al consorcio responsable de los trabajos, pero, por lo menos, tenemos información de primera mano, sobre que la APC, con la seriedad que la ha caracterizado, ha supervisado estos trabajos desde el inicio, aplicando los controles más rigurosos necesarios para garantizar la excelencia de la obra.

Es un secreto a voces que la normativa laboral panameña es en exceso permisiva en el tema sindical, por lo que cada vez observamos con más frecuencia el surgimiento de líderes que no necesariamente responden a ideales morales y éticos, que dan al traste con el verdadero sentido del derecho de los trabajadores. Y lo peor es que, la Ley permite directamente estas barricadas legales y cierres intempestivos. Estas situaciones podrían poner en riesgo las obras de infraestructuras existentes y futuras en detrimento del interés superior de las mayorías.

*ABOGADO

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