• 10/03/2012 01:00

La mujer panameña; administradora de Estado

Si nos basamos en principio en que la mujer, como parte de la sociedad, desde que nace, está bajo la concepción social y ha sido inclusi...

Si nos basamos en principio en que la mujer, como parte de la sociedad, desde que nace, está bajo la concepción social y ha sido inclusive preparada, de forma integral, para la atención del hogar; por ser, pudiendo decir, premisa básica de costumbre, indistintamente del grupo étnico, estratificación social, ya que tenemos de forma obligante que hacer referencia a que le damos la vida a nuestros hijos, debiendo velar siempre y de forma literal, porque la estructura social denominada hogar esté bien administrada, hasta este alto sitial, e inclusive en la mayoría de las ocasiones, no apreciada tan relevante e importante labor, de forjar a nuestras sociedades, porque el núcleo de la sociedad, de acuerdo a grandes escritores y estudiosos de la historia social, se encuentra en la familia; siendo siempre de la misma forma y que no ha cambiado desde la existencia del mundo y del hombre en sociedad como especie humana hasta la fecha.

El binomio mujer y familia, siempre núcleo de grandes estudios, de observación permanente, gran preocupación, evidentemente a lugar, en la constante de la tan preocupante agresión, maltrato y violencia intrafamiliar; sin dejar de ser un tema importante y del cual no podemos dejar de atender con la responsabilidad que amerita, tomemos igualmente en consideración, que los tiempos han ido cambiando, y que cada día más, la mujer aparte del hogar, en el cual ha demostrado ser excelente administradora, porque desarrolla las reglas de conducción, gastos y manejo, provee, da seguimiento, ejerce los controles de forma muy sabia e inclusive ejerce métodos alternos de Resolución de Conflictos inherentes al hogar (sin haberlo estudiado) y en el moldeamiento del carácter de nuestros hijos, y ya indicados los aspectos básicos del ciclo de una correcta administración de forma responsable y eficaz y volviendo a hacer alusión a la historia, siempre ha recaído, y será así por naturaleza humana, en la mujer, donde nos prioriza, el luchar para obtener lo necesario.

La mujer en su incesante labor, ha llevado y obtenido, por medio de luchas muy importantes, logros, muy difíciles en ese constante caminar y aguantar de la historia, como la gran protagonista detrás del coro o siempre poco detectados, telones; ¿pero saben? No ha sido en vano; podemos ver hoy por hoy, que esta lucha no es menos difícil, solo que los tiempos han cambiado e igual los obstáculos de acuerdo a la modernidad y exigencias sociales, queriendo mencionar la política; vista aun en nuestros tiempos, como ámbito desarrollado para los hombres desde la existencia de la sociedad como tal en donde era absolutamente negada la posibilidad de que una mujer la ejerciera, menos posible, que obtuviera educación; por la lucha que les he mencionado, esto ha variado, diríamos que solo en porcentaje mínimo, si tomamos en consideración el crecimiento poblacional.

La mujer, en gran parte de los resultados que han proveído ya, los hechos históricos, cuando, luego de mucho esfuerzo obtiene ser administradora de Estado, producto de esa confianza social que le otorga el pueblo, bajo la credibilidad y la confianza en una correcta conducta, en la mayoría de los casos, aunque hay excepciones, desde un cargo público de relevancia o importancia social, representante de corregimiento, diputada y conducción de Estado, que puede proporcionar la mujer frente a las innumerables oportunidades que ya se le han proveído al hombre, como ya probada ante la gran responsabilidad de forjadora de la familia, de sociedades y de naciones, es por lo que de forma constante y sin cansancio, las mujeres debemos seguir por ese camino y responsabilidad ante todo de formación y mantener nuestra hegemonía en cuanto a la importancia de nuestro sitial en la sociedad, y por qué no insistir, en seguir haciendo lo que tenemos innato, administrar para hacerlo siempre lo mejor posible, pero esto no se debe entender en que solo dependerá de lo del solo hecho de ser mujer, a esto debemos unir siempre como elemento esencial la preparación académica, la formación, porque del conocimiento, aunado a lo que sabemos por naturaleza, se puede de forma concreta y eficaz obtener y lograr cada día más oportunidades en el ámbito político e inclusive la oxigenación a gritos que ya exige hace muchos años nuestro país, en toda la estratificación de los Poderes del Estado Panameño; Poder Judicial, Poder Legislativo y Poder Ejecutivo.

De forma responsable, tengo que indicar que no es solo llegar a estos sitiales, pensando en la elemental y premisa fallida ‘QUIERO GANAR’; porque no se trata de eso, es llegar con los elementos y conocimientos para hacerlo bien, pues, aunada a la responsabilidad de haber llegado con mucho esfuerzo y romper los paradigmas sociales, tenemos entonces que hacerlo lo mejor posible, que solo se logra con conocimientos y con la seriedad de la responsabilidad social adquirida ante nuestros asociados que depositan la fe en individuos para administrar su Nación, que no es solo impuestos, fondos públicos; se trata ya de su fe, sus oportunidades y hasta sus ilusiones.

Para finalizar, nos merecemos mejores gobernantes, que realmente no vean los sitiales políticos como peldaños al sueño de la fortuna, véanlo con la responsabilidad que implica el gobernar y sacar lo más posible a tu pueblo, de la miseria humana y la mediocridad y esto, no está en políticas paternalistas, se encuentra en enseñarle y proveerle las herramientas para desarrollarse de forma sostenible, que es la labor por la que luchamos siempre las madres como responsables del núcleo de la sociedad, LA FAMILIA.

CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA / JURISTA.

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