• 27/04/2012 02:00

Tecnologías y educación superior

N uestro país se aboca a recibir a especialistas internacionales en el área de la educación superior, quienes tienen la misión de revisa...

N uestro país se aboca a recibir a especialistas internacionales en el área de la educación superior, quienes tienen la misión de revisar y comparar de forma inmediata si la formación impartida desde las universidades cumple con los estándares mundiales de calidad para luego emitir una certificación.

Uno de estos componentes que serán medidos son el grado de tecnología con que cuentan estos centros, es por ello que la irrupción de estos conocimientos en los diversos campos del quehacer humano junto a la globalización, han producido nuevas necesidades y desempeños en todas sus líneas de trabajo. Es así como los problemas, núcleos problemáticos y estrategias de desarrollo comunitario requieren de profesionales configurados con perfiles producto del diseño, la aplicación y desarrollo de la influencia y el potencial de las tecnologías. Ante esta transcendental necesidad, son las universidades las llamadas a cumplir con esta urgencia en la reingeniería y cambio de paradigmas en el proceso formativo de esos profesionales que harán frente a dichas necesidades y solución a los pequeños y grandes problemas que limitan el desarrollo comunitario y del país.

Las nuevas exigencias y normas de calidad en torno a la formación superior hacen imperativo, por no llamar obligante, aunque así lo sea, que las universidades hoy día revisen mediante una autoevaluación y evaluación externa sus estructuras y ofertas académicas en vías al mejoramiento de sus servicios y así ser acreditadas internacionalmente, cuestión que debe ser permanente, transparente y con la participación de toda la comunidad universitaria.

En función de lo anterior hay que recordar que son las instituciones de educación superior las llamadas constitucionalmente a ofrecer a la sociedad los profesionales necesarios para dirigir la nave del desarrollo armónico de una nación, de ahí su responsabilidad y compromiso de que lo ofrecido sea de calidad y de satisfacción para sus usuarios y toda la comunidad.

La gran misión de la educación superior consiste en formar profesionales con las competencias necesarias para hacer frente a los retos de una sociedad tecnológica e innovadora, que avanza a pasos agigantados y a la cual nos debemos equiparar lo antes posible.

Los profesionales que acuden a los centros de educación superior deben formarse con técnicas y métodos compatibles para el uso adecuado de las tecnologías de la información y comunicación, que hagan de su perfil otra alternativa instrumental en la solución de los problemas personales y profesionales en que se encuentra accionando.

Para ello, es necesario que los procesos y procedimientos de una administración universitaria sea eficaz y permanente, producto del buen uso de las tecnologías al servicio de la educación. De igual manera, los escenarios y actos didácticos deben estar revestidos de todo un andamiaje de tecnologías seleccionadas, diseñadas y aplicadas con el rigor pedagógico que exige su aplicación, tal cual ha sido planificado previamente, con tal de que se logren los resultados esperados.

En la medida en que se les pida cuentas a las instituciones de educación superior, esa gran tarea de formación de profesionales, presentación de investigaciones y producción académica, ayudará a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y al desarrollo armónico de nuestro país.

Sólo así podemos pensar que la educación superior ha cumplido el cometido por la cual el Estado invierte millones de balboas y millares de familias panameñas viven con la esperanza de que sus miembros sean grandes profesionales y puedan mejorar y transformar su Nación, la cual es vista actualmente como un gran centro de desarrollo y progreso económico; que permeará muy poco a todas las capas sociales, si no iniciamos desde ya.

TECNÓLOGO EDUCATIVO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus