Educación cooperativa y enseñanza de la informática

En las páginas de este prestigioso diario, hoy quiero referirme a dos momentos históricos que, para mi humilde concepto, han revolucionado la educación panameña de manera pacífica, positiva y constructiva. Hago referencia a la Ley No. 12 de 5 de octubre de 1990, una de las primera leyes aprobadas al inicio de la República libre y democrática, ‘mediante la cual se estableció la enseñanza del Cooperativismo en los Centros Educativos del país’. Otro mandamiento de impacto educativo, que revolucionó los cimientos de la educación y, por ende, diferentes niveles de la educación panameña, lo es la Ley 2 de 28 de enero de 1992, ‘Por la cual se establece la enseñanza de la Informática en la educación formal y no formal, en la educación primaria y media del país’. Estas leyes fueron recopiladas en el libro SENDEROS Y REFLEXIONES, publicado y en venta en la ciudad de Santiago.

A esta última legislación me quiero referir en primera instancia, por la trascendencia que ha significado, luego de la presentación de este proyecto ‘de enseñanza computacional en la Escuela Secundaria Nocturna Oficial de Santiago’, ante el señor ministro de Educación, Licdo. Manuel Solís Palma, en mi calidad de director de ese Colegio, interesante documento de fecha 16 de diciembre de 1986. Y conceptualizamos en ese espacio de justificación, que en Panamá como importante Centro Financiero Internacional y viviendo una etapa moderna en la comercialización, ‘requiere que los estudiantes de la especialidad de comercio tengan nociones sobre el procesamiento electrónico de datos, en vista que tanto en la capital como en el interior, muchas de las empresas poseen dentro de la rama de contabilidad, un Departamento que conlleva la existencia de técnicas mecanizadas’. Analizados los diversos enfoques para hacer una realidad la educación computacional en la Escuela Nocturna de Santiago, como pionera de este esfuerzo a nivel nacional, le expresamos al señor ministro que ‘el Proyecto estaba planteado y ahora exige un estudio y análisis por los entendidos en la materia’. La suerte final de esta nueva visión de la educación, fue la ‘calificación de demagogia del mismo’, por parte de ciertos funcionarios del pasado del Ministerio, en una extraordinaria reunión con directores y supervisores, celebrada en la Escuela Normal J. D. Arosemena.

La fuerza de la razón y los contundentes ideales se impusieron y rubricaron la Ley que aprobó la Asamblea Legislativa el 18 de diciembre de 1991. Se trata, a mi juicio, de dos columnas básicas del quehacer educativo que el Ministerio de Educación tiene que apreciar con malicia educativa, abnegación y profesionalismo. Una tercera columna para balancear con mesura y discernimiento esta carga educativa, sería la creación de la Radio Cooperativa por el IPACOOP, como un apéndice del trabajo radial que podría desplegar MEDUCA con el docente y el estudiante. Sería un método eficaz para poner a prueba la conducta y el respeto democrático del estudiante, en esa dirección de ‘articular la Institución, la familia, los contenidos curriculares y la realidad que nos rodea’.

*AUTOR DE LA LEY ENSEÑANZA DEL COOPERATIVISMO E INFORMÁTICA.