• 03/12/2012 01:00

Todos unidos por un nuevo Panamá

El escenario mundial está signado por el cambio. Países con muy distintas realidades atraviesan crisis y transformaciones. Pero existe u...

El escenario mundial está signado por el cambio. Países con muy distintas realidades atraviesan crisis y transformaciones. Pero existe un elemento común, la Política está en el eje de esta turbulencia, como marcada paradoja. Por una parte se cuestiona a la Política por todos los problemas aún irresueltos. Al mismo tiempo y en sentido contrario, se reclama y espera que sea la Política quien ofrezca soluciones y mayor esperanza.

La Política tiene ahí la posibilidad de volver a ocupar un espacio decisivo, recobrando un rol esencial como la herramienta que tienen las Sociedades para mejorar la vida de la gente y ofrecerle un futuro mejor. Pero la Política debe hacerse cargo de sus errores: aislamiento de los problemas sociales, clientelismo político, populismo, falta de trascendencia, corrupción enquistada, malbaratamiento de fondos públicos, manejo autocrático del poder sin límites.

Toda América Latina viene de más de siete años de generación de crecimiento sostenido, pero al mismo tiempo se han incrementado las desigualdades sociales y millones de ciudadanos carecen de cobertura de necesidades básicas y de acceso a bienes sociales esenciales.

Panamá no es una excepción, nuestra gente espera que la Clase Política se haga cargo de los problemas y que concrete soluciones. Necesitamos promover un cambio para el presente junto a la construcción del futuro, lo cual requiere pensar con lucidez, planificar estratégicamente y actuar con coherencia. El proyecto nacional, debe apoyarse sobre un Gobierno capaz de abordar los problemas, anticipar escenarios y generar condiciones y oportunidades de mejorar la calidad de vida para todos los panameños.

Un Gobierno con visión de corto plazo y decisiones basadas en ‘negociados’ y en el interés de un grupo dominante y circunstancial, como el que caracteriza a la actual Administración, puede tal vez proyectar un espejismo coyuntural, pero alejado de la razón, de espalda a la participación y con desprecio al consenso democrático, muy probablemente desemboque, antes que después, en una marcada frustración económica, social y política.

Por ello, hoy día el PRD debe levantar los valores que marcan su esencia revolucionaria y democrática, su ideario de ética, dignidad, participación e inclusión social, con una propuesta clara ante la Sociedad.

Dios primero y con la voluntad popular que se expresará en las urnas, el próximo gobierno del PRD, debe ser un ejemplo de Gobierno Abierto, instalando la transparencia de sus operaciones, promoviendo la participación y la colaboración creativa. Un Gobierno que sirva de plataforma para resolver problemas y ampliar oportunidades, trabajando junto a la sociedad para crear y fortalecer el valor público y bienes sociales compartidos.

Debemos impulsar:

-Un gobierno transparente y accesible: que las acciones de los responsables sean conocidas, con acceso a información comprensible, obtener servicios públicos y realizar transacciones facilitando la vida cotidiana de los ciudadanos.

-Un gobierno responsable y que rinde cuentas por sus acciones y omisiones en forma sistemática y pública.

-Un gobierno sensible y receptivo a las posibilidades de consulta, participación e interacción permanente con los ciudadanos y sus demandas.

Nuestro esfuerzo debe promover:

-Mayor legitimidad democrática, con una más amplia interacción horizontal (trans-disciplinaria) entre gobernantes y gobernados.

-Fortalecimiento del Pacto Social, favoreciendo que las decisiones gubernamentales puedan consultarse con los ciudadanos organizadamente; mejorarse en su proyecto y compartirse en su ejecución, con claros beneficios para su efectividad y la convivencia social.

-Más desarrollo económico: promover y dinamizar la innovación social, la asignación racional y eficiente del gasto público y la creación de valor en los sectores público, privado y social.

Bajo estas premisas, quiero interpretar el positivo alcance del Compromiso Político-Programático suscrito entre Samuel Lewis, Laurentino Cortizo y Juan Carlos Navarro. Así, todos unidos, seremos la fuerza que junto a otros sectores sociales, aglutinaremos la capacidad de enfrentar y derrotar las pretensiones reeleccionistas del actual régimen, e iniciaremos el proceso de construcción de poder desde la base.

EXMINISTRO DE OBRAS PÚBLICAS.

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