• 08/03/2013 01:00

En el Día Internacional de la Mujer

H ace pocos días le escuché decir a uno de mis asesores que su esposa era como un vaso de agua en el desierto. Esa frase se la regaló el...

H ace pocos días le escuché decir a uno de mis asesores que su esposa era como un vaso de agua en el desierto. Esa frase se la regaló el 14 de febrero día en que en muchas partes del mundo se celebra el Día del Amor y de la Amistad. También le escuché a otra persona señalar que una mujer es como el tanque de oxígeno de un buzo. En una ocasión alguien afirmó que una dama es como el trino de los pájaros, como las olas que acarician, como el néctar de una flor.

Pasaba por un sector donde construían un edificio y me llamó, de forma poderosa la atención, el piropo que le lanzaba un albañil a una mujer que en esos momentos pasaba: ‘Mami, eres la más hermosa de las flores; cómo me gustaría ser el jardinero para que en tu corazón sea el primero’. Y es que las palabras siempre van a faltar cuando de exaltar a la mujer se trate. Ellas con su inmensa paciencia, con su infinita sabiduría, son la luz que alumbra; la almohada que acaricia; el aire que respiramos.

Nuestra vida siempre ha girado en torno a una mujer. Por ella somos capaces de las grandes proezas. Las historias más exitosas escritas por literatos tienen como centro a una mujer. La mayoría de las películas también. Desde comienzos de la raza humana la mujer ha jugado un papel extraordinario, pero no es hasta los albores de la Revolución Francesa que comienza a tomar auge.

Durante la Revolución Francesa la mujer tomará, por primera vez, de manera colectiva, conciencia de su situación social. Marchando hacia Versalles, las mujeres parisinas reclamaron, junto a los hombres, y bajo el lema libertad, igualdad y fraternidad, la igualdad social. Las mujeres también tomaron conciencia de que en aquel momento la lucha de clases no contemplaba la lucha de género, esto es, la plena igualdad social de la mujer por la que debían luchar. Durante la Revolución Francesa se produjeron las primeras peticiones formales de derechos políticos y ciudadanía para la mujer.

Es en 1975 que la Organización de las Naciones Unidas comenzó a celebrar el ocho de marzo el Día Internacional de la Mujer; dos años más tarde, en 1977 la ONU proclamó el ocho de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Esta adhesión de la ONU llevó a varios países a oficializar este día dentro de sus calendarios y hoy en casi todos se celebra como tal.

En el plano nacional son muchas las luchas que han encabezado las mujeres, buscando mejores días para ellas y sus hijos. En el tapete está el derecho de la mujer de gozar de la esterilización a edad temprana. En los campos, las damas a los 23 años ya tienen dos, tres y hasta cuatro hijos. La ley actual no les permite operarse, debido a su juventud. Esta situación provoca la existencia de hogares con muchos hijos y pocos recursos para mantenerlos.

Pero así como orillamos a la mujer, para que se opere, es importante, también, que el hombre adquiera conciencia de su rol. Cuando un hogar está constituido y ya cuentan con varios hijos, lo mejor es que el hombre opte por la vasectomía. Esta intervención quirúrgica es indolora, ambulatoria y en menos de 24 horas, el hombre puede recuperar su vida normal, mientras que cuando se trata de la mujer, la intervención es dolorosa y complicada.

También fuimos testigos de aquella propaganda tendiente a disminuir la violencia familiar. El eslogan decía: ‘Si le pegas a una, le pegas a todas’. Aunque suene fuerte y chocante, yo diría mejor: ‘Cuando le pegas a una mujer, le estás pegando a tu madre’.

Benditas seas mujer. Felicidades hoy y siempre.

DIPUTADO DE LA REPÚBLICA.

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