• 01/04/2013 02:00

Liderazgo para el cambio y la innovación escolar

Al reflexionar sobre este eje temático, trasciendo que pretender liderizar procesos educativos e institucionales, transita desde el fact...

Al reflexionar sobre este eje temático, trasciendo que pretender liderizar procesos educativos e institucionales, transita desde el factor docente en el ejercicio de la dinámica pedagógica del Aula, pasando por la dimensión Escuela, Colegio o Facultad, Comunidad educativa y sus incidencias en el campo laboral de nuestras economías, y como ejes transversales el aprender a vivir, aprender a convivir éticamente en contextos de comprensión y humanización.

Al preguntarnos ¿qué se lideriza, y cómo se lideriza?, se lideriza el esfuerzo de una colectividad para potenciar las inteligencias múltiples y creativas que propenden a una mejor calidad de vida material y espiritual. La pretensión de enseñar en modalidad formalizada o escolarizada va más allá del dominio de contenidos y conocimientos de las disciplinas, de las habilidades y destrezas que desarrollan competencias de eficacidad y eficiencia, para proyectar esfuerzos de crear colectivos y comunidades que impulsen proyectos socioeducativos que incrementen el potencial de riqueza de la sociedad y la disminución del sufrimiento humano en términos de salud, exclusión escolar, vivienda, alimentación, contaminación ecológica y humana que degradan la belleza y la dicha por vivir en escenarios ricos y fecundos.

Si partimos por ejemplo, de los Objetivos del Milenio, el sistema educativo, local, regional y mundial debe liderizar por parte de sus actores la necesidad de erradicar la pobreza extrema y el hambre, comprendiendo que hay pobreza de alimentación y también pobreza en el conocimiento de la vida y de crear un proyecto de bienestar físico, mental, emocional y espiritual, para que la pobreza se supere de manera integral.

Requerimos liderizar el acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo a precios accesibles , acceso a los beneficios de las nuevas tecnologías de información y comunicación, promoviendo los entornos virtuales de aprendizaje a todos los sectores de la sociedad donde vivimos, liderizar una educación inclusiva no solo para los que padecen algún tipo de discapacidad física, sino también psicológica y de quienes en cuerpo y mente sana, se rezagan académicamente porque el tacto y trato pedagógico familiar y docente no se ajusta a los requerimientos de las diferencias individuales según edad, nivel socioeconómico, género, nivel educativo familiar, nivel cultural familiar, exclusión televisiva digital, exclusión tecnología de Internet entre otros.

Cada actor está en la disposición y en el compromiso de ejercer su liderazgo y en razón del conocimiento y estudio de los problemas acuciantes de la sociedad, a través del despertar de la conciencia superior, de la pretensión de sustituir a los políticos por la intelectualidad sin implicarse en el poder, en una programación de transformación de la estructura social, del gobierno y de la propia educación.

Como escriben humanistas de la situación mundial de la educación, debemos ser capaces de crear un sistema educativo sano en el mundo, entonces las divisiones de la religión y la exclusión de género y raza se suprimen o superan. Liderizar una educación correcta nos enseñará a encontrar la alegría frente a la timidez y el miedo, haciendo que el planeta esté vivo.

Es compromiso de liderazgo ético de los ministros de Educación, de las autoridades educativas, del cuerpo docente, discente y demás actores suprimir a todos los malvados de la historia, para proteger a la nueva generación del condicionamiento de que el ser humano solo se empeña en la incomprensión, en la guerra, la lucha, la destrucción, la competencia y la ambición, por un currículum vivo sobre el arte de amar, el arte de vivir, el sentido de la existencia, la preparación para la muerte, el silencio, la oración, la fe, el amor, el servicio y la paz.

Es muy difícil liderizar y menos el proceso educativo formal en millones de escuelas en todo el planeta, si primero quienes regentan y controlan el sistema formador, no se higienizan mentalmente, si primero no se liberan de los pensamientos tóxicos del flujo espiritual de la inteligencia creativa, pues, el contenido científico y tecnológico neutro que enseñamos, no alimenta o energiza el potencial ético del ser en la navegación hacia el ser interior que hay que recorrer.

Más allá de los títulos, las calificaciones, los créditos y los honores que implica el ascenso educacional, está el desnudo de nuestras almas, como decía Platón: La educación es el arte de volver el alma de las tinieblas a la luz.

DOCENTE.

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