• 09/04/2013 02:00

Reminiscencias de banquero

Una de las experiencias más interesantes como banquero del Chase fue cuando asumí la Gerencia de la Sucursal del Chase en Balboa durante...

Una de las experiencias más interesantes como banquero del Chase fue cuando asumí la Gerencia de la Sucursal del Chase en Balboa durante la época de la llamada Zona del Canal, mi primera posición de jerarquía. Me tocó reemplazar a ese gran banquero y amigo que fue Willy Cochez, padre.

Existían dos sucursales de bancos extranjeros en la Zona, el Citi y el Chase. Ambos operaban bajo jurisdicción norteamericana. El propósito estaba limitado a prestar servicios bancarios a la antigua Panama Canal Company, las dependencias del Departamento de Defensa y otras instituciones del Gobierno estadounidense, como también a los residentes de la Zona. El Chase tenía presencia en la Zona desde 1914.

Una función importante que suplimos los bancos que operábamos en la llamada Zona era la de servir como Custodios del Tesoro Americano, con el objeto exclusivo de suplir las necesidades de efectivo del Pan Canal y las dependencias del Departamento del Tesoro (instalaciones militares) y retirar los billetes deteriorados (mutilados). Eso significaba que recibimos embarques de papel moneda nuevos y enviamos dinero deteriorado (‘mutilados’) de regreso al Tesoro para su destrucción. Todo, costo financiero, transporte, seguros y protección, corría por cuenta del Tesoro Americano. Sin embargo, a través del tiempo y de manera informal, las sucursales en la Zona, principalmente el Chase, se convirtieron en el suplidor de billetes nuevos y retiro de mutilados del sistema bancario panameño. Tanto llegó el público ha identificar esa función con el Chase, que se quejaban públicamente de no estar cumpliendo esa función cuando aumentaba en el sistema doméstico el volumen de billetes mutilados en circulación. En realidad nunca existió esa obligación, como he mencionado, su propósito formal era suplir las necesidades de circulante de la llamada Zona. Era lógico que el mecanismo evolucionara para incorporar el sector bancario doméstico. No existía barrera física ni monetaria que impidiera que ese dinero entrara al resto del país y de ahí surge su evolución histórica ‘de facto’.

Todo funcionó muy bien hasta logrados los Tratados Torrijos-Carter, cuya eventual entrada en vigor causaría el cierre de las Cuentas de Custodia del Tesoro Americano, ya estas solo pueden operar en territorios bajo jurisdicción norteamericana. Ante la necesidad de crear un nuevo mecanismo para suplir papel moneda nuevo y retirar mutilados, previa entrada en vigencia de los Tratados, fui incorporado a una Misión del Banco Nacional a Washington para negociar un nuevo sistema. De allí surge el sistema actual donde el Banco Nacional asume eficientemente esa función.

Recuerdo una anécdota interesante durante nuestras reuniones en Washington para negociar el mecanismo que por años venía funcionado desde las Sucursales en la Zona. Mi presencia en ese grupo presidido por ejecutivos del Banco Nacional, no siendo funcionario de esa institución se debía a mi conocimiento operativo del mecanismo. En una de esas reuniones con un alto funcionario del Tesoro americano, nos dice, ‘Uds, saben que lo que ha estado funcionando no es legal’ y sin permitir respuesta, prosigue ‘pero, no se preocupen, no había manera alguna de evitar que no evolucionara como lo hizo; lo importante es que funcionó muy bien; no hubiéremos podido diseñar nada mejor’ y así terminó la historia.

Aparte de adquirir experiencia administrativa, mi tenencia en el Chase-Balboa fue mi provechosa. Hay tantas cosas interesantes que aprendí sobre el funcionamiento del Canal. Hay tantos datos interesantes, contribuyo con un par de ejemplos. El Canal opera como una escalera de agua y no utiliza bombas, todo funciona con base al principio físico de los Vasos Comunicantes. También que la General Electric construyó lo que puede considerarse un ‘computador’ como parte del equipo original que permitía a los Jefes de Esclusas operar el funcionamiento de las esclusas desde una mesa de trabajo que servía como modelo de las esclusas gracias a instrumentos e indicadores que simulaban todo lo que estaba sucediendo en el exterior. El ‘computador’ aún existe como evidencia histórica, pero reemplazado por sistemas electrónicos, vídeo y comunicación de última tecnología.

Veo con complacencia cómo al Autoridad del Canal de Panamá se preocupa porque los panameños conozcamos más sobre esa maravillosa obra. La verdad que los panameños debemos sentirnos muy orgulloso de esa gran obra que es el Canal de Panamá y aún más de nuestro propio esfuerzo en crear un nuevo Canal, que es en esencia lo que hacemos en la actualidad con las labores de ampliación.

BANQUERO Y EXDIPLOMÁTICO.

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