• 01/08/2013 02:00

Sangre nueva de la vieja Europa

La población del Oriente Chiricano, compuesta principalmente por descendientes de los indígenas y españoles, como la mayoría de nuestros...

La población del Oriente Chiricano, compuesta principalmente por descendientes de los indígenas y españoles, como la mayoría de nuestros pueblos, se vio fortalecida a finales del siglo XIX e inicios del XX, por la llegada de un grupo de personas procedente de diferentes países, principalmente europeos.

Estos migrantes, un tanto visionarios, pero sobre todo aventureros, dieron origen posteriormente a las familias Sagel, Piza, Kelso, Carrera, Cernichiario, Berroa, Jované, Santiago, Morhain, entre otras.

También esta tierra se benefició con la afluencia de orientales, los cuales llegaron durante la construcción del ferrocarril transístmico y posteriormente, como consecuencia de los grandes conflictos bélicos en sus países de origen.

Estos migrantes pronto encontraron su espacio y se convirtieron en troncos de honorables familias, pilares de la sociedad y motores de la economía rural de esta bella región. Unos se dedicaron al comercio, otros a la agricultura, pero sobre todo a la ganadería.

Desde aquellos lejanos días, en esta región mucha agua ha corrido por la gran cantidad de ríos que nutren su fértil tierra, innumerables personas han visitado sus hermosas playas y el progreso ha venido incursionando tímidamente de la mano de los pocos gobiernos que han reconocido la necesidad de crear mejores condiciones para incentivar la actividad económica local, lo que al final beneficia a la gran industria productiva y el comercio del país.

Pero, sin lugar a dudas, fueron la dedicación y el esfuerzo de esta gente los que generaron grandes empresas, sobre todo del sector primario. Por ello hoy, por ejemplo, la excelencia de su ganadería atrae la atención de propios y extraños, ya no hay que buscar un mejoramiento genético en otras zonas, por el contrario, ahora somos capaces de proveer a otras ganaderías del país.

Asimismo se ha tecnificado la producción de leche y ya son varios los ganaderos que han incursionado en proyectos lecheros de grado A. En la agricultura, el arroz se cultiva utilizando técnicas de alto rendimiento, incluyendo la modalidad de siembra bajo fangueo.

Actualmente se repite en el Oriente Chiricano la experiencia de nuevos componentes poblacionales que vienen a la zona a contribuir con su desarrollo. Nuestras comunidades nuevamente se ven favorecidas, esta vez, con la llegada de jóvenes procedentes de la vieja Europa, que ven en el rubro del turismo, una fórmula conocida para ellos, una vía para lograr un futuro promisorio, debido que llegan a un escenario virgen, donde todo está por hacerse en este campo, donde la creatividad y la iniciativa esperan para premiar a los emprendedores arriesgados y exitosos.

Encarecidos otros destinos turísticos, externos e internos, estos migrantes al visitar la hermosa playa de Las Lajas y los pueblos vecinos, entendieron las ventajas que se tienen para iniciar nuevos proyectos sin tener prácticamente competencia y relativamente a precios más competitivos.

Esta nueva ola migratoria, compuesta por italianos, alemanes, españoles, suizos, rumanos y de otras nacionalidades, no piensan en grandes proyectos, prefieren iniciar pequeños negocios de hoteles, restaurantes, fábricas de helado, de mermelada y de servicios afines al turismo, lo que hoy permite al Oriente Chiricano degustar las mejores pizzas y exquisiteces de la comida italiana, alemana y española. Mención especial, es la oportunidad de disfrutar las frutas tropicales, muchas de las cuales se desperdiciaban, transformadas por hábiles y experimentados italianos en deliciosos helados artesanales.

Pero lo más importante, es lo que mencioné anteriormente. Estos nuevos inversionistas no representan transnacionales ni grandes capitales, la mayoría son jóvenes que no pretenden ganar dinero para remesarlo a sus países de origen, realmente llegan con la ilusión de construir un futuro, de integrarse, de crear fuentes de trabajo, de contribuir con el desarrollo del área.

Ya los saludos en otros idiomas empiezan a ser normales y los nombres de Chantal, Gabriele, Anthony, Stefania, Quarra Cappiello, Uwe, Silke, Hans Joachim, Berit y Balu, se hacen familiares.

Quiera Dios, que las comunidades de este Oriente Chiricano, que se han sentido honradas con la llegada de esta nueva generación de europeos, sepan entenderlos para permitir que otros, que hoy sufren las consecuencias del alto costo de la vida, de la competencia feroz unida a la crisis económicas de sus países, puedan encontrar un lugar para compartir y desarrollar con la ayuda de su legendaria perseverancia, voluntad y cultura de trabajo.

GANADERO.

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