• 06/08/2013 02:00

Vuelve la puerca y jala el cuero

Las preocupaciones de la población panameña giran en torno a varios temas que inciden profundamente en su acontecer diario. Así, por eje...

Las preocupaciones de la población panameña giran en torno a varios temas que inciden profundamente en su acontecer diario. Así, por ejemplo, la incontenible alza de los precios en productos que conforman la canasta básica familiar, la creciente inseguridad personal en muchas áreas urbanas, rurales y hasta en establecimientos públicos, la insaciable voracidad de los intermediarios en toda clase de actividades, especialmente cuando el erario público carga con el pago. En fin, la pluralidad de hechos que distraen nuestra atención, dejan sin la suficiente fiscalización popular, situaciones que merecen análisis cuidadoso, serenidad en su estudio, profundidad en el pensamiento y consideración, por las consecuencias y riesgos que no pueden ser ignorados con ligereza e irresponsabilidad.

Mientras nos distraemos tras las argumentaciones de gremios profesionales sobre un posible paro, por las mismas razones que lo han hecho años atrás, quienes dedican su tiempo a evadir responsabilidad, dibujando escenarios ficticios en una administración pública —con inocultables defectos—, emergen como los pensadores y analistas supremos, dejando una estela de preocupaciones legítimas, por causas que son un riesgo, fruto de la oportunidad del descuido y del ocultamiento de intenciones definidas, pero ocultas, de cuya conversión a la realidad, solo necesitan la orden de hacer.

La vuelta al tema de la posible venta de las acciones que el Estado tiene en empresas de servicios públicos, con una rentabilidad anual aceptable, mueve la preocupación ciudadana, aún cuando los defensores de la Ley que transfiere ese activo al Fondo de Ahorro Panamá (FAP), digan que no es una autorización para la venta de las acciones, no obstante de manera solapada, manifiestan que de venderse, el producto pasaría a ser un activo de dicho fondo. En nuestro país hay un refrán de molestia que dice, ‘VUELVE LA PUERCA Y JALA EL CUERO’. Es lo que ocurre con la intención de vender ese activo, ahora disfrazado con un traspaso, que no contiene una orden de la venta, pero dejan abierta la puerta para esa decisión, recomendando que el producto de la misma, si se realiza, forme parte del activo de FAP.

El aprovechamiento de la distracción de los gremios profesionales en reclamaciones inoportunas, el hecho de contar con una mayoría sumisa e irresponsable en la Asamblea Legislativa, la falta de divulgación del proyecto y el apresuramiento en su aprobación, el silencio de gremios y dirigentes que antes sumaron su esfuerzo para combatir un proyecto similar, son las facilidades que ha aprovechado la administración, para lograr la disposición o traspaso de esas acciones, logrando así, consolidar una intención, que antes fue rechazada con vehemencia por la ciudadanía.

El traspaso de las acciones se convierte en una hecho que pone en peligro un ingreso estable, anual y seguro. Venderlas es tanto como utilizar el activo que representa su venta, en el pago de deudas y en el aprovechamiento de sobreprecios que no se investigan, en razón de los destinatarios de los mismos. Hay en el ambiente una propuesta para reformar la Constitución Política. Debemos establecer que los miembros de la Asamblea solo puedan reelegirse por un período adicional, así eliminados los eternos vividores del erario público, y los perjuicios que causan a la nación.

*ABOGADO.

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