• 06/09/2013 02:00

Transporte público y VIH

Durante una presentación en el Auditorium de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Panamá, el Dr. Orlando Quintero, director ej...

Durante una presentación en el Auditorium de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Panamá, el Dr. Orlando Quintero, director ejecutivo de Probidsida, habló sobre los factores que inciden en el incremento de la epidemia de VIH en nuestro país y mencionó uno al que poco se le vincula al tema y que ha trastocado la vida de miles de panameños en los últimos meses, el problema del transporte.

Pero ¿qué relación existe entre las deficiencias en el transporte público y un incremento de las cifras de infecciones con VIH en Panamá? A continuación un breve análisis, desde la perspectiva de la epidemia en adolescentes y jóvenes.

Hace algunos años, una persona que residía en el área Oeste de la ciudad de Panamá, es decir, en los distritos de La Chorrera y Arraiján, y que utilizaba el transporte público, realizaba el recorrido desde y hacia el centro en no más de 30 minutos; de igual forma ocurría con las personas que buscaban movilizarse desde las áreas suburbanas del sector Este.

Esta realidad ha cambiado, se ha iniciado la construcción del Metro de Panamá y hace cuatro meses se implementó en su totalidad el sistema del Metrobús, con el consecuente trauma que ha resultado para la población, debido a la demora en la prestación del servicio, la disminución de la cantidad de unidades de transporte y la eliminación o modificación de algunas rutas. Además de esto, se llevan a cabo reparaciones simultáneas en diferentes vías, tanto principales como secundarias, todo esto al mismo tiempo, y sin una adecuada planificación.

Esto, aunado al incremento de unidades de vivienda en ambos extremos de la ciudad sin la debida planificación urbana, factores éstos que ha contribuido a que el tiempo de trayecto se duplique o a veces triplique en comparación con algunos años atrás.

Pero, otra vez la pregunta, ¿qué tiene que ver esto con el incremento de casos de VIH en los adolescentes y jóvenes?, pues la relación es simple. Más tiempo para transporte implica menos tiempo en el hogar, y contrario a lo que mucha gente dice sobre el panameño común, que a veces ha sido tildado de incumplido o impuntual, las personas sencillas en su mayoría procuran estar a tiempo en su puesto de trabajo. Es decir, un padre o madre que resida en el Área Oeste o en el Este de Panamá debe despertar muchas veces a las 4:00 a.m., salir a las 5:00 y llegar a su casa pasadas las 8:00 p.m. Con los cambios ocasionados por el sistema de Metrobús, muchas personas inclusive han optado por despertar a las 3:00 a.m. y regresan a su hogar más allá de las 9:00 o 10:00 p.m.

Ahora caben las siguientes preguntas: ¿Qué atención puede brindarle un padre o madre a sus hijos en estas condiciones? ¿Qué tiempo de calidad tienen las familias para compartir? ¿Cómo puede un padre o madre cansado, estresado, de mal humor, que ha estado más de tres horas en un tranque, o que ha esperado largas filas hasta de tres horas, que despertó a las 4:00 a.m. y cuando llega a casa no tiene mayores fuerzas, estar pendiente de la educación, el cuidado y poder estar alerta a los peligros a los que se enfrentan sus hijos para poder orientarlos?

Increíblemente, pese a esto, muchos padres y madres lo hacen, pero en muchos casos esto no es posible, la mayoría de los jóvenes llegan a casa luego de la escuela y permanecen en ella sin ninguna supervisión, muchas veces con acceso ilimitado a Internet, e invitaciones para la fiesta estudiantil de turno, sin padres que puedan estar alertas y para colmo con un sistema educativo que tampoco cumple su rol de segundo frente, en donde los adolescentes y jóvenes puedan recibir educación integral que les permita tomar decisiones acertadas con respecto a su sexualidad.

TRABAJADORA SOCIAL, MAGÍSTER EN CIENCIAS SOCIALES.

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