El ático

¡La INTOLERANCIA nos gana! Esa parece ser la conclusión obligada en lo que hasta ahora hemos visto, oído y leído. Y lamentablemente debemos también concluir que las provocaciones vienen de un solo lado, que reta, ofende, etiqueta procurando descalificar a sus adversarios, reales o inventados, y luego que recibe la respuesta lógica a sus palabras y acciones se declara ofendido o se mofa de la respuesta recibida e igualmente responde con más ofensas y actitudes poco conciliadoras. Todos los sectores son blanco de dardos de todos los calibres. Ni las mujeres tratan de mediar, salen a defender las posturas de los hombres de su bando —o las propias— de mala manera, PRETENDIENDO ofender a otras mujeres por el ‘gran pecado’ de estar en la acera de enfrente. —Érase un país donde la tolerancia murió acribillada con palabras envenenadas—... Pero, para pelear, como para bailar tango, se necesitan dos... alguien tiene que dar la nota ecuánime. ‘Panamá no se merece esto’...