• 01/11/2013 01:00

Décima provincia: Canal y conservación del agua

Los diputados del hemiciclo legislativo nos sorprenden con la noticia de la creación de la décima provincia. En decisión amanecida, los ...

Los diputados del hemiciclo legislativo nos sorprenden con la noticia de la creación de la décima provincia. En decisión amanecida, los padres de la patria aprobaron en tercer debate el proyecto de Ley 302, que crea la provincia de Panamá Oeste, integrada por cinco distritos: Arraiján, La Chorrera, Capira, Chame y San Carlos. Algunos de los choques en la discusión plantean los temas de autonomía financiera, descentralización y otros aspectos no discutidos y que ponen en evidencia la improvisación en la decisión y un pronóstico de ley muerta.

Las regiones hídricas de Trinidad y Cirí Grande en el distrito de Capira, parte de La Chorrera y Arraiján, producen agua para la cuenca del Canal de Panamá, suministrando agua para el tránsito de buques y cruda para su potabilización. La actividad de tránsito es una de las más importantes actividades del país, sino la más importante —que genera millonarios ingresos al Estado— y el agua, vital suministro de permanente conflicto social.

Los aspectos administrativos que rige la Ley del Canal establecen la conservación de los recursos naturales en la cuenca del Canal, bajo esquemas de coordinación interinstitucionales y entrega la administración privativa del hídrico a la Autoridad del Canal de Panamá.

Bajo un horizonte de poca participación de los municipios metropolitanos (Panamá, La Chorrera, Colón) en la gestión del agua junto con el debilitamiento de la administración del ambiente por parte de la Autoridad Nacional del Ambiente —por la anunciada reducción de presupuesto para los próximos años— y bajo una política indefinida del sector agropecuaria; sumada una inexistente política de ordenamiento del territorio para los distritos de Arraiján y La Chorrera, el tema de la gestión para la conservación del recurso agua nos preocupa.

Los distritos de La Chorrera y Arraiján exhiben las más altas tasas de crecimiento poblacional y registran una realidad sobre los asentamientos informales y una fuerte dinámica de construcción de viviendas formales hacia los territorios de la cuenca. Los corregimientos de Nuevo Emperador y Santa Clara presionan las subcuencas de los ríos Paja, Pesca’o, Baila Monos, y Culo Seco, entre otras fuentes. No existen para La Chorrera ni para Arraiján planes de ordenamiento territorial para orientar el crecimiento y garantizar sostenibilidad ambiental y social. No voy a referirme a las estadísticas sobre criminalidad en el sector oeste de la región metropolitana. Los noticieros radiales y televisivos hablan de ello de manera diaria. El problema de patologías sociales en Arraiján y La Chorrera es real.

La producción de desechos sólidos la ineficiencia en la gestión de los sistemas de aguas servidas, afectan la calidad de los cuerpos de agua que drenan esos territorios. Esta situación es verificable de manera cualitativa, sin tener que dar cuenta de índices ni toneladas de desechos vertidos en los ríos de Arraiján y La Chorrera. Observen la calidad de las aguas del río Caimito, por ejemplo.

La Chorrera tiene bajo su territorio la administración de las áreas colindantes del lago Gatún. En el sector de Represa y sobre su espejo de agua se encuentran las tomas de agua para dotar a la mayoría de la población de la futura décima provincia de agua: Laguna Alta operada por Aguas de Panamá y Mendoza por la Autoridad del Canal de Panamá. La Chorrera tiene una concentración importante de monocultivos de piña, de alta demanda de uso de agroquímicos utilizados bajo poca supervisión. Esta actividad agrícola, sin manejo adecuado ni supervisión es altamente contaminante.

La capacidad administrativa de los actuales municipios de Arraiján y La Chorrera es débil, con poca capacidad técnica y de recaudación de impuestos y fuerza administrativa sobre el territorio.

Bajo la experiencia de trabajo en los temas de gestión y conservación del recurso hídrico en la cuenca del Canal de Panamá y la vocación declarada hacia estos temas, propongo que la discusión de la creación de la décima provincia se extienda más allá de las estrellas del escudo nacional, los números de cédula, cuya importancia reconozco, e incluya en agenda el tema del recurso hídrico.

La discusión de los temas de conservación de agua, Canal de Panamá, sostenibilidad ambiental y social, descentralización municipal, ordenamiento del territorio, gestión de desechos tienen que estar presentes y son aspectos a considerar antes de apresurarse a la creación de una décima provincia.

HUBERT HUMPHREY FELLOW.

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