• 09/12/2013 01:00

La importancia de una policía de tránsito eficaz

No hay algo que moleste más que venir del interior en una larga fila y ver a ‘vivos’ que sobrepasan a los demás por los lados o que, est...

No hay algo que moleste más que venir del interior en una larga fila y ver a ‘vivos’ que sobrepasan a los demás por los lados o que, estando en fila para entrar a un corredor, haya ‘otros’ que sin importarle el orden de quienes esperan ordenadamente su turno los pasen por los costados para entrar más rápido a pagar su tarifa.

En estos últimos años de tantos tranques, que no desaparecerán al terminar las obras que tanto han fastidiado, cuando la Policía dirige el tránsito en horas pico, se siente el alivio de que mejora el tránsito un poco y que se respeta la presencia policial. Sin embargo, no es siempre así, porque pareciera que el lema de servir de la entidad es parcial, cuando alguien se le ocurre que lo deben aplicar. Cuando no hay agentes del tránsito el despelote es casi total.

Y es que lastimosamente la actitud policial se suma a la especie de anarquía que va consumiendo la vida cotidiana de los panameños. Cada día son menos los ejemplos que dan los llamados a darlos por la posición oficial que ocupan y menores, por no decir inexistentes, las consecuencias de su torcido proceder.

Dirán que por qué tocar lo del tránsito cuando vemos dentro de la misma Policía asuntos que tanto desmeritan las acciones de una entidad que debería tener como norte su profesionalismo y constante superación, como han sido los incidentes de Villa Zaíta y San Carlos, y aquellas en contra de indígenas y colonenses que también arrojaron muertes innecesarias?

Pienso que las cosas buenas, como lo sería el que logremos reducir los niveles de estrés y angustia que vivimos cuando manejamos, tienen que comenzar con las pequeñas. En esto del tránsito no es sólo de la Policía, sino también de los municipios, al igual que lo es el problema de la basura, cada día peor en las principales urbes del país y que pareciera que aumenta a vertiginosa velocidad, acostumbrándonos a tomarlo como si fuera normal.

Insisto en que el país se avoca a estadios anárquicos, donde la gente comenzará a buscar la justicia con sus propias manos, sobre todo cuando particulares, caso de los abusos de los conductores con sus vehículos, o los policías, con sus abusos y excesos, cada día nos hacen la vida más difícil, aumentando la ansiedad y la angustia de la ciudadanía.

Cuando el amigo Roberto Joudry dirigía Operaciones del Tránsito en la Policía se puso como moda el que damas policías dirigieran en las horas pico el tránsito en las principales calles. Fuera de allí, por las arbitrariedades de Gustavo Pérez, acabaron con tan buena práctica. No se continúo con tan buena práctica.

Ojalá que las constantes críticas a que hoy se somete a la Policía Nacional sirvan para que la entidad se percate que la ciudadanía quiere que hagan cosas pequeñas, como el tránsito, y grandes como la seguridad de los panameños, sin distingos de ninguna clase. Solo así podrán lograr el sitial que deberían tener en nuestra sociedad.

ABOGADO, ESCRITOR, POLÍTICO Y CATEDRÁTICO

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