• 13/01/2014 01:00

Propuesta para un nuevo orden social

El espectáculo politiquero continúa. Un ir y venir de millones y millones de balboas; mucho del erario público. La mentira descarada, la...

El espectáculo politiquero continúa. Un ir y venir de millones y millones de balboas; mucho del erario público. La mentira descarada, las violaciones a la Ley y a los más elementales fundamentos de una conducta ética de respeto a la dignidad humana, son de factura común. Todos los candidatos prometen mejorar lo logrado hasta este momento. Los del gobierno; más obras de infraestructura y dádivas económicas. La oposición promete igualarlo y mejorarlo, no sin hacer acusaciones vagas de enriquecimiento desmesurado y corrupción, que no prometen seriamente investigar.

El detalle lo pueden leer en los diarios, ver en los noticieros, o los tuits. Cada lado promueve sus argumentos o descalifica al otro. No vale la pena puntualizar eso en este espacio. Lo que sí dejo claro es que el país no ofrece iguales oportunidades para todos. Están los que se han enriquecido a costa de su relación con los círculos de poder del Estado, mientras contentan a las masas con las migajas de su gestión, a veces de forma burlesca.

Nadie puede seguir construyendo un edificio que debe durar eternidades, cada piso mejor que el anterior, con ventanas de esperanza por donde entran vientos nuevos y una vista hacia el horizonte en donde todos podemos asomarnos y tener los mismos sueños, con la fundación podrida y debilitada. Eso es imposible. La estructura cederá tarde o temprano y, es muy probable que, piso por piso, una catástrofe inimaginable acabe con lo construido hasta este momento. Y los habitantes vivirán los efectos de la irresponsable actitud que causó este colapso y se sumergirá en un tiempo de incertidumbre o de violencia.

Ya antes insistí que postuláramos y eligiéramos humanistas. Ciudadanos ‘... que respeten la condición humana de los más necesitados. Que resistan la práctica de prometer todo y mentir. Los que se cambian de bando, porque no fueron elegidos en otro. Candidatos que muestren una preocupación genuina por el desarrollo cultural de la población. Candidatos que se comprometan a invertir en cultura, las artes y en una educación integral científica, renovadora y humanista para este siglo prometedor. Necesitamos candidatos que se comprometan a descalificar el modelo político actual, que sean sinceros y humanistas. (...) atrevámonos a candidatizar ‘humanistas’, hombres y mujeres que ven como primordial para la nación no solo su desarrollo económico, sino también, y mucho más importante, su desarrollo social y cultural’.

Esa propuesta la formulé hace seis años y la reafirmé el año pasado en varias entregas. Pero ya no es suficiente. El deterioro en la conducta político social y cultural ha sido desmesurado, vulgar y cínico. Ninguno de los candidatos podrá influir decididamente para corregir las desviaciones con las propuestas que vienen pregonando en sus ‘Planes de Trabajo’, sino hacen lo necesario por reconfigurar y afianzar la fundación sociopolítica y cultural de la nación.

Si no se han dado cuenta, muy pocos creen en ellos. Otras razones guían a sus seguidores. Va desde los que ven el rejuego politiquero para acomodarse, hacer negocio y dinero, ocupar puestos en el gobierno; hasta lo que hacen filas para recibir un jamón. No importa lo que pase entre punto y punto. Y entre punto y punto, han desfigurado la razón social y política del Estado.

Para que esto no siga por ese camino, que salga un valiente y asuma con seriedad tres acciones (que ya otros han mencionado públicamente) tan pronto asuma el poder: primero: llamar a una constituyente originaria que desmantele por completo el presente sistema y reforme la Constitución con los mecanismos constitucionales que garanticen la separación real de los poderes y, ante todo, un sistema judicial verdaderamente independiente. La justicia en este país está secuestrada y da mucho miedo.

Segundo: Que se comisione, con una firma de reconocido prestigio internacional, una auditoría forense de los recursos económicos y financieros del Estado. Que se audite los últimos 20 años. Que se recuperen los dineros robados al erario público, en efectivo o en especies. Facilitar ese ejercicio investigativo garantizando el acceso a la información necesaria y allanando el camino para que los corruptos y ladrones sean expuestos y enfrenten los rigores de la ley y la certeza del castigo. (No confundan esta propuesta con respecto a lo planteado por el Frente Amplio por la Democracia o Suntracs. Creo que ellos deben ser auditados de igual manera. Debemos saber qué se hace con los dineros que reciben del Estado.

Con la facilidad con que se ha hablado tanto de millones de dólares en los últimos años, se debe poder recuperar suficiente dinero para mejorar los sistemas de salud y educación en las áreas de mayor necesidad. Agréguenle lo que se gasta en publicidad estatal y politiquería.

Y tercero: Gobernar con y para todos los sectores sociales. Esta Nación la conforman diversos grupos. Un sistema de gobierno, en todas sus esferas, debe representar eso: nuestra condición multiétnica y multicultural. Que se combata el racismo y la marginación social en todas sus formas, a fin de que se pueda detener la expansión de la brecha de la desigualdad que en los últimos lustros se ha ampliado.

Todas las otras propuestas de los diversos planes de gobierno, van después de estas tres acciones. Pero dudo sinceramente que haya un candidato que tenga las garras suficientes (por no decir otra cosa) para proponer y tomar acción en este sentido.

COMUNICADOR SOCIAL.

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