• 04/02/2014 01:00

Pobre panameño de a pie

Los políticos y comentaristas toman a veces expresiones que asumo ellos entienden y pretenden que todos lo hagamos igual que ellos. Ahor...

Los políticos y comentaristas toman a veces expresiones que asumo ellos entienden y pretenden que todos lo hagamos igual que ellos. Ahora se han popularizado, para hablar de las clases menos agraciadas, ‘el panameño que no come tres veces al día’ y ‘el panameño de a pie’. En días pasados traté de pensar en lo que pasa por la mente, preocupaciones y ansiedades del ‘panameño de a pie’. Concluí que es en su beneficio, dejar de seguir las noticias y los sucesos del país para no amargarse o estresarse demasiado.

Veamos, por un lado, los medios lo asustan con la seria posibilidad de que él o un familiar caigan con el fatídico dengue. Todas las advertencias que ve en la tele son presentes en su ambiente, el exceso de basura, las aguas estancadas, aguas servidas derramadas en las calles, mosquitos y falta de fumigación. El temor de sufrir un accidente o un incidente de violencia de pandilla, igual lo asalta a diario, con el agravante de que ve en las noticias cómo un accidentado demoró tres horas antes de que llegara el famosos 911, otro que, si no hubiese sido trasladado por un patrulla, muere en la calle. Es decir, empieza a comprender que el día que necesite una ambulancia quizás no llegue a tiempo, como igualmente al llegar a una urgencia hospitalaria ya las televisoras le han mostrado el caos reinante, con enfermos en camilla en los pasillos y familiares reclamando la falta de cama en los hospitales.

Pero mi panameño de a pie está bombardeado en la misma tele de lo bien que vamos. Hospitales, Centro Hospitalario, pasos elevados, Jumbo ferias, el primer Metro de Centro América, Panamá con un crecimiento entre los más altos de América...

Pero sigue leyendo en los diarios que la Zona Libre cayó un 9.8 % el año pasado y no se ve bien el futuro, por problemas con Venezuela y Colombia, los más grandes compradores de la misma. Por si fuera poco, una crisis en la ganadería con brucelosis fue informada y desaparecida de los medios, quedando con un pequeño temor de comer carne de res, aunque a los precios actuales casi ese miedo es una bendición. Mi panameño de a pie suma a sus preocupaciones ahora el tema de la ampliación del Canal, algo que él, como todos, dábamos como ejemplo de una excelente administración. Pero ahora resulta que todas las proyecciones hechas de lo que nos daría el Canal a partir del 2014 desaparecieron del radar económico, quizás lo terminemos en el 2016 o finales del 15, pero seguro no este año. Y, a esto le sumas el desconocimiento de cómo terminará el tema, porque aún nadie sabe ni quién lo termina ni cuánto costará.

Pero mi amigo de a pie, está, como todos, envolviéndose en la política y si antes entendía poco, ahora no entiende nada. ¿De cuándo acá un partido entra en una alianza y no le dan la Vicepresidencia, o en su defecto la Alcaldía capitalina? Bueno, hay dos alianzas entre partidos y ni el Popular ni el Molirena recibieron nada significativo a cambio por sus aliados. En cambio, en uno apareció de un sombrero Isabel Saint Malo de Alvarado, donde la mitad de la alianza no la conocía sino de referencia. En el otro caso, el CD optó por lo más cerca de poner a Ricardo Martinelli en el tiquete, poniendo a su esposa Marta Linares como vice y ella, bien mandada, advirtió que su familia siempre fue arnulfista, gancho al aire a ver cuántos arnulfistas se irán con ella. Para mi panameño de a pie, Isabel no le suena, y Marta le suena demasiado.

Mientras los políticos siguen sus campañas, mi panameño está preocupado por el pago de la matrícula de la escuela de sus hijos, que subió, el contrato del bus escolar que le quiere cobrar el mes de febrero y solo llevara el niño tres días de febrero a clases, o el pago de la mensualidad de la escuela que subió y encima cobran febrero con tres días de clases. El pobre panameño no tiene más que resignarse a situaciones que el gobierno le crea para incomodarlo. Largas filas para lograr cobrar la beca universal, más largas filas para sacar el pasaporte, más largas filas para sacar las cédulas juveniles. Y los dos grandes proyectos para mejorarle la vida el gobierno no ha podido resolver, como evitarle filas interminables: con el Metrobús, una pesadilla diaria al usuario, que en su mayoría es del grupo de mi panameño de a pie; así como las Jumbo Ferias, otra historia de filas interminables para abaratarse la comida.

He llegado a la conclusión de que mi panameño de a pie es masoquista. Y de paso los políticos en el poder sádicos. Combinación perfecta, porque el afectado no parece responsabilizar al encargado y en cambio, aún con todos sus problemas, que el Ejecutivo debería resolver, y sumado a esto el aceptar que no es un gobierno con transparencia y aceptar que hay corrupción, lo premia en las encuestas con el 60 % de aprobación de gestión. Increíble, pero a tres meses de las elecciones, estoy por creer que es capaz, mi panameño de a pie, de reelegir diputados que no han hecho nada a su favor, sino más bien aprobar leyes en su contra, y al final, los discursos contra quienes han afectado la separación de poderes y la institucionalidad, no parecen interesarle al panameño de a pie.

INGENIERO INDUSTRIAL Y ANALISTA POLÍTICO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus