• 08/03/2014 01:00

Los derechos de los Pueblos Originarios

La socióloga Rebeca Yanis Orobio, en un artículo publicado el pasado miércoles, abogó por el reconocimiento que los Pueblos Originarios ...

La socióloga Rebeca Yanis Orobio, en un artículo publicado el pasado miércoles, abogó por el reconocimiento que los Pueblos Originarios deben tener en la vida política nacional, que culminó proponiendo la institucionalización de partidos circuitales, distritales o comarcales.

Como reacción preliminar, creo que hay otros enfoques que sería interesante considerar, relacionados con la división político - administrativa de nuestro país y con la adopción de una política de descentralización, como la alternativa para lograr acciones de gobierno que resuelvan los problemas y las carencias básicas de las comunidades más marginadas, especialmente las indígenas.

No es un secreto que por una acción concertada los partidos y el Tribunal Electoral han ido cerrando los caminos a la participación y la expresión política de la ciudadanía. Deliberadamente se ha privilegiado a los partidos con enormes subsidios y otras prebendas, con el resultado de que vivimos bajo una partidocracia.

Es interesante el aporte del artículo sobre las inscripciones de los electores de las comarcas en los partidos políticos, que excede, y muy de lejos, a las otras áreas del país. Sin embargo, esa presencia en los registros de adherentes de poco le ha servido a los habitantes de esas entidades territoriales; las comarcas siguen siendo postergadas y sus habitantes son los más desfavorecidos del país.

Históricamente, la llamada clase política se ha servido de los votos de las poblaciones indígenas, pero, a cambio, les ha retornado muy poco. La Constitución Política le garantiza a las comarcas mantener el número de diputados que eligen actualmente, pero la presencia de estos en el Órgano Legislativo no ha tenido mayor impacto en cuanto a beneficiar a sus electores.

Como en las campañas políticas las promesas abundan, en la que ahora estamos inmersos no ha sido diferente y todos los candidatos a la Presidencia recorrerán las comarcas, rivalizando para ver quién promete más; pero todos con acciones controladas desde el gobierno central.

Estoy de acuerdo con que los Pueblos Originarios exijan reformas al sistema electoral, para que en sus ámbitos territoriales funcionen partidos comarcales; sin embargo, veo con escepticismo que esa sea la vía para que los ellos puedan tener el protagonismo que les asegure las soluciones sociales y económicas que necesitan. En otras palabras, que sean los promotores y los beneficiarios de sus reivindicaciones.

En la evolución de la división político administrativa de la nación panameña, hemos jugado con varios ensayos. En ocasiones se ha privilegiado a los corregimientos, en un momento declarados ‘la base política del Estado’ (artículo 5 de la Constitución del 72) o se ha privilegiado al municipio, como ocurre en la Constitución vigente o como sucedió en la de 1946; pero también se experimentó a darle esa preeminencia a las provincias, con la creación de los ‘Ayuntamientos (asambleas) Provinciales’, introducidos en el Título XIV de la Constitución de 1941, integrados por diputados elegidos por sus respectivos distritos.

Es de notar que, aunque las comarcas son una realidad permanente, la Constitución, en el Artículo 5, solo diga que el territorio nacional se divide en provincias. La primera reforma que se haga a la Constitución debe comenzar por decir que el territorio nacional se divide en provincias y comarcas y éstas en distritos y corregimientos. Eso sería reconocer, como corresponde, el presente político administrativo de nuestra nación.

El siguiente paso, en una próxima reforma constitucional debe ser jerarquizar las provincias y las comarcas, para descentralizar la administración pública y, por qué no considerar la repetición del modelo de 1941 y ‘autonomizarlas’ con una forma práctica de autogobierno.

La descentralización, en síntesis, es confiar en la capacidad de las regiones, en este caso las provincias y las comarcas, para protagonizar la gestión de su propio desarrollo. Por esa vía hacemos más sentido que con la combinación de centralización y atomización, que actualmente impera en nuestro país.

PRECANDIDATO PRESIDENCIAL INDEPENDIENTE.

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