• 12/03/2014 01:00

La neurosis de Maduro

Qué triste Venezuela, su corazón torturado, partido en pedazos. Llora, gime y grita. Sus hijos divididos en dos bandos, las peleas a mue...

Qué triste Venezuela, su corazón torturado, partido en pedazos. Llora, gime y grita. Sus hijos divididos en dos bandos, las peleas a muerte. La mitad de la población contra la otra mitad. Y, hay uno que manda, el que decide por todos, el que piensa por todos, el que habla por todos y que a todos los tiene sin productos básicos y, en una terrible descomposición social y jurídica. Qué bonita manera de gobernar.

Con el conflicto del país hermano han salido a la palestra los grandes defensores de la izquierda y los grandes defensores de la derecha. No te defiendas a ti mismo y a tu familia, a ver qué ideología te va a defender. He de respetar las ideologías siempre y cuando sirvan para el Bien Común, donde haya igualdad y respeto para todos, desafortunadamente la situación no es así, y esas ideologías se han convertido en libritos de bolsillo para el bienestar de algunos cuantos, utilizadas a su modo, a su conveniencia y en el momento que le sean necesarios. Como que si lo que dicen esas ideologías te va a dar los tres platos de comida, una casa donde puedas vivir dignamente, una educación donde puedas hacerte como buen profesional para ti y tu familia y como ciudadano de este país. No trabajes, a ver si logras lo que quieres. No estoy menospreciando las ideologías, pero de ellas nadie come.

Hay opiniones encontradas en que si Panamá actuó bien o no cuando solicitó al Consejo Permanente de la OEA una reunión con la finalidad de considerar la situación de Venezuela. Para ello recomiendo la lectura del artículo ‘Diplomacia Airada’ del Dr. Aristides Royo, publicado en este diario el domingo 9 de marzo en esta misma sección y ustedes mis amables lectores, saquen sus propias conclusiones.

La respuesta del gobernante venezolano a la solicitud de Panamá ante la OEA fue grotesca y abrupta, cuando utiliza los términos ‘lacayo’ y ‘rastrero’ refiriéndose al mandatario de mi país. E insiste en sus ataques: ‘Panamá fue por lana a la OEA y salió trasquilado’ y que el canciller ‘es un gran cobarde’. Para mí esa ofensiva del mandatario venezolano es un vivo reflejo del miedo que está sintiendo y explico: el miedo tiene gran importancia en la psiquis del hombre y es inevitable cuando se refiere a peligros verdaderos que pueden amenazar cuando hay que vencer dificultades ineludibles. Al no vencer las dificultades hay una disposición permanente al miedo, entonces surge la ‘neurosis del miedo’, que se presenta sola o acompañada de otros síntomas neuróticos como la irritabilidad general y la espera angustiosa de cualquier acontecimiento grave. Los síntomas de la irritabilidad más frecuentes son: descalificar, mentir, gritar, y usar un lenguaje con palabras sobre todo humillantes. Las provocaciones, gritos e insultos con palabras soeces se usan ya cuando la persona se siente perdida, sin poder defender sus ideas y si tiene a su rival de frente, son desafiantes, en ellos no hay tregua alguna. Sufren de un ego enfermizo. La persona vive en una preocupación constante compulsiva y hasta se le presentan miedos irracionales hacia ciertas situaciones que la pueden conducir hacia la paranoia, dando lugar a ataques de pánico. La reacción se hace emotiva e ‘imaginaria’. Esto me recuerda cuando dijo que Chávez se le presentó en la forma de un pajarito y que lo volvió a visitar: ‘Mira, Mira, me está buscando el pajarito. Mira, pasó por aquí. Después dicen que yo invento; y, pasó cantando. Ese pajarito está feliz porque yo estoy trabajando’.

Me gustó la respuesta del Dr. Ernesto Pérez Balladares en su cuenta de Twitter cuando el mandatario venezolano llamó lacayo y rastrero al presidente Martinelli: ‘@PerezBalladares: Yo adverso al presidente Martinelli, pero no puedo aceptar que contra él ni contra ningún panameño se utilicen insultos impropios de un mandatario’. Esto es ley natural y explico: en una familia donde hay dos y más hermanos, siempre habrán diferencias. Pero si a alguno de estos hermanos, se le enfrenta otro de afuera, su hermano olvidándose de su rivalidad, sale a su defensa. Hasta en los amigos se observa esta actitud.

Termino mi intervención de esta semana compartiendo con ustedes parte de un artículo publicado en un diario de la localidad. Su autor es Santiago Fernández, empresario venezolano y amigo: ‘En Venezuela nos confiamos de que éramos ricos, de que éramos grandes, de que éramos superiores, donde el ‘tá barato, dame dos’ fue uno de los eslóganes más conocidos en el continente, refiriéndose a nosotros en la plena bonanza petrolera y comprando todo en Miami, criticando todo, lo bueno, lo malo. Siempre hablando de que todo gobierno era peor que el anterior, y el mesías vendría por nosotros algún día. Ustedes, hermanos panameños, desde el gobierno de hoy, desde el que se instalará el 1 de julio próximo, desde la oposición de hoy y de la de mañana, desde los medios de comunicación social, cuyo rol debe ser informar sobre lo que está mal hecho, pero también de lo que esté bien. De los que a pie andan, todos juntos debemos (permítanme incluirme como un panameño más) trabajar por ser cada día más optimistas por un futuro mejor. No debemos caer en la tentación de convertir el diario vivir en una constante noticia desagradable. Este país es hermoso, con un futuro brillante, con una enorme capacidad; no permitan que por el cortoplacismo de algunos les roben el futuro. Aprendan de los errores de nosotros’.

ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA.

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