Enoch Adames: El sistema político legaliza la elección, pero no genera legitimidad

Actualizado
  • 09/05/2024 16:26
Creado
  • 08/05/2024 20:57
El sociólogo y catedrático universitario, habló sobre el nuevo escenario político tras la elección y la profundización de la crisis del sistema postinvasión

Tras una elección accidentada y cargada de incertidumbre, se definió el nuevo panorama político para el quinquenio 2024-2029. José Raúl Mulino, designado por el partido Realizando Metas del expresidente Ricardo Martinelli, obtuvo el 34% de los votos como presidente, en tanto que los candidatos por libre postulación dieron la sorpresa al convertirse en la bancada mayoritaria de la Asamblea Nacional y conquistaron importantes gobiernos locales en detrimento de los partidos tradicionales.

Un panorama que en opinión del sociólogo y catedrático de la Universidad de Panamá Enoch Adames, se enmarca en una acelerada descomposición del sistema político del país, además de poner de manifiesto las enormes carencias democráticas del mismo.

“Esta democracia es presidencialista y de alguna manera el sistema político premia a las minorías que ganan en una contienda electoral con mayoría simple (...) Cortizo ganó (en 2019) con el 33%, Mulino ganó con 34%, es decir que el 67% ha votado en contra de él. Por tanto, estamos hablando de un sistema político que legaliza la elección, pero no genera legitimidad. Hay una legitimidad muy precaria por la naturaleza de una victoria tan escuálida”, explicó este miércoles en “Portada” de La Estrella de Panamá.

A juicio de Adames, los tres elementos del actual sistema están en crisis: el presidencialismo, el sistema de partidos y el clientelismo. Sobre el presidencialismo evidencia un agotamiento, en tanto que no expresa los intereses de las mayorías, mientras que en el sistema de partidos al límite, tanto en su representación como su función de maquinaria clientelar.

“El modelo político no representa ni expresa a las mayorías, ni el ejercicio de la política en beneficio de la población en general. Al contrario, es una expresión que antepone intereses privados del bloque de poder (dominante) en contra de una sociedad que merece ser atendida con los presupuestos millonarios de la gestión pública”, subrayó.

Sobre la aparente contradicción de que un sector del electorado votara en favor de Mulino, sostuvo que esto podría deberse a la jerarquía de prioridades que tiene la gente en este momento, en el que las promesas de resolver sus necesidades económicas urgentes tiene mayor peso. Una lectura que necesariamente representa un respaldo a retomar el contrato minero

Considera además que los comicios consiguieron cerrar temporalmente las fracturas abiertas por el estallido antiminero, particularmente en las formas de hacer política y el contenido del discurso político crítico. “La elección suturó esa fractura y volvió a una normalidad fingida de democracia, que sigue estando en crisis pero ya no la expresa de manera abierta”, dijo.

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