China ve en la 'Nueva Ruta de la Seda' la oportunidad para lograr la transición energética

Actualizado
  • 01/09/2023 00:00
Creado
  • 01/09/2023 00:00
El país asiático enfrenta un desafío importante que es la transición energética, por el alto grado de dependencia del carbón. El ecólogo Lucas Gutiérrez aborda el tema
De nacionalidad española, Lucas habla con conocimiento del tema porque tiene casi veinte años de estar viniendo a China.

El pensamiento de la “armonía entre la humanidad y la naturaleza” ha sido siempre un distintivo de la civilización china. En 2018, China incorporó en su Constitución el concepto de la civilización ecológica y aceleró las medidas a favor de la conservación del medio ambiente y la inversión en energías limpias, enfocado en su desarrollo económico y social. Además, tiene la ambiciosa meta de alcanzar un piso de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y una neutralidad de carbono antes de 2060. En esta entrevista con La Estrella de Panamá, en cooperación con el medio chino CGTN en español, Lucas Gutiérrez Rodríguez, ecólogo y profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología del Suroeste de China [Southwest University of Science and Technology] compartió su visión sobre la iniciativa de China en la integración del desarrollo respetuoso con el medio ambiente, los proyectos y los retos que tiene el país en torno a la transición energética y las oportunidades de la 'Nueva Ruta de la Seda' para superar esos desafíos [transición energética]. De nacionalidad española, Lucas habla con conocimiento del tema porque tiene casi veinte años de estar viniendo a China [seis años de vivir en el país] y en su experiencia profesional ha visto cómo se ha ido dando esa evolución en un país donde hasta hace apenas diez años (2013), la calidad del aire en su capital, Beijing, era famosa en el mundo por el esmog, pero hoy se observa un cielo azul, se respira un aire más limpio y se ve una ciudad más verde con parques y jardines botánicos por doquier.

Recientemente, China celebró el primer año del día nacional de la ecología, desde su perspectiva, ¿cuál es el objetivo de esta fecha?

El día nacional de la ecología es el 15 de agosto [de cada año] y viene a consolidar todo el proceso y liderazgo político que China viene haciendo en las últimas décadas. Fue en este día, hace 18 años [2005] que el presidente Xi Jinping pronunció la frase de: 'montañas verdes y aguas cristalinas son la riqueza del pueblo', que se identifica con la iniciativa china de construir una civilización ecológica y consolidar toda una línea de pensamientos que data desde la China clásica, ideas de coexistencia con el medio ambiente y de seguir las leyes de la naturaleza para lograr una armonía social. En el periodo ya contemporáneo, desde la fundación de la República Popular China se vienen haciendo iniciativas de reforestación y ciertas políticas ambientales de gran escala. Y a partir del proceso de la política de reforma y apertura, se lanzan políticas importantes de reforestación como la 'Gran muralla verde' al norte de China. En 1994, poco después de la cumbre de Río, China propugna y publica su estrategia de sostenibilidad. Estas son las etapas previas iniciales que después de finales de los años 90, con el lanzamiento de los grandes programas de reforestación forestal, han tenido unos resultados muy positivos para la ecología de China. Luego pasa a una nueva etapa que se consolida desde el décimo octavo Congreso del Partido Comunista de China en 2012, cuando con la llegada al poder del secretario general, Xi Jinping, la propuesta de civilización ecológica alcanza el mayor rango de política nacional. Esa es una de las grandes políticas rectoras del país y esa propuesta, esa construcción de una civilización ecológica, es plenamente compatible con la mejora de la calidad de vida del pueblo, con el proceso de modernización de China que tiene el objetivo en 2035 de alcanzar la modernización básica y en 2050 completar la construcción de un Estado socialista moderno, próspero y sostenible.

Equilibrio ecológico, medio ambiente y desarrollo, ¿cómo se conjugan estos términos en un país como China? Realmente, ¿se puede lograr un desarrollo sostenible con base en ello?

¡Sí, sí! , se puede lograr y hay herramientas disponibles al alcance. En primer lugar, destacamos la fuerza de las ideas. Creo que una de las grandes apuestas y virtudes que tiene el liderazgo político de China es la claridad de las ideas. Xi Jinping ha demostrado a lo largo de esta década [diez años de gobernanza] una claridad en su propuesta de coexistencia con la naturaleza, de armonizar con la naturaleza. Esas ideas parecen sencillas, pero cuanto más nítidas se perfilan y más nítidas se trasladen al conjunto de la sociedad, mayor impacto tendrán. Además, en China es muy importante la combinación entre ideas y ciencia. Estas ideas luego se arreglan y se trasladan en propuestas científicas, para un desarrollo con propuestas concretas.

¿Qué ha hecho China en los últimos años?

China ha logrado en la última década reforestar casi 70 millones de hectáreas. Vengo de un país, España, que tiene 50 millones de hectáreas [...] y China ha reforestado más de la superficie de España en solo diez años. Entonces, más elementos, destacaría la labor, el esfuerzo, la eficacia que han tenido las medidas de control de la contaminación del aire, del agua y del suelo en China.

¿Cómo lo ha hecho?

Invirtiendo mucho en investigación y ciencia. China tiene toda una red de estaciones ecológicas a lo largo y ancho del país que sirven para monitorizar el estado de las aguas, el aire y los suelos. China ha logrado que más del 85% de las ciudades tengan un aire en buen estado, que más del 85% de las aguas sean de buena calidad y el suelo también está mejorando. Estos son resultados palpables en la sociedad. Una cosa que creo es importante destacar es el cambio importante que se ha producido en esa percepción de la cuestión ambiental. Antes había un mayor pesimismo de qué vamos a hacer con este problema ambiental, [pero ahora] China tiene una propuesta clara en este momento: apuesta por el desarrollo de alta calidad.

¿Qué implicaciones tiene esto para el medio ambiente?

Está estrechamente ligado. China sabe que el viejo modelo occidental de destrucción de la naturaleza para lograr el crecimiento ecológico no sirve. No sirve ni para China ni para occidente ni mucho menos para los países en desarrollo. China está abriendo unas nuevas propuestas apoyadas en la ciencia, en la investigación, en la evidencia y en las nuevas tecnologías, y está logrando éxitos que son compartidos además con el resto del mundo. China [también] tiene muy clara la idea de llegar al pico de emisiones en 2030 y a la neutralidad del carbono en 2060. ¿Se puede hacer? ¡Sí, se puede hacer!, y China lo hace como dije antes, apostando por las nuevas tecnologías y por el cambio de modo de vida también. Tiene muy claro el concepto de espacio de seguridad ecológico. Que la sociedad necesita un espacio ecológico para mantener su estabilidad, su calidad de vida y lo hace también protegiendo la biodiversidad. China ha promulgado [...] la propuesta de las líneas rojas de conservación ecológica. Estas líneas rojas ya protegen más del 30% del territorio chino, el 90% de los ecosistemas y el 85% de las especies. Este es un espacio natural, esencial para salvaguardar la calidad de vida del pueblo de China.

Profesor, usted es español y lleva varios años viviendo en China, ¿cuál es su percepción de los cambios que ha podido observar en China?

Llevo viniendo a China desde hace ya casi 20 años. La primera vez que vine fue en octubre del 2004 para la fiesta de Fundación de la República Popular China. He vivido un total de seis años en este país y tengo que decir que el cambio ha sido espectacular. Ahora que trabajo en Southwest University of Science and Technology puedo ver que el cambio ha sido ten dos facetas, por un lado, en la importancia que ha tenido la ciencia y la investigación. China tiene muy claro que para lograr el objetivo de un Estado moderno, socialista en 2050, debe apoyarse de una forma muy decisiva y potente en las herramientas y en los resultados que le proporcionan la ciencia y la tecnología [...] En los pueblos de China, en los que he podido visitar en estos 20 años, se ha producido ese cambio, esa mejora. Recientemente viajé con CGTN a la provincia de Yunnan [suroeste de China] como parte del programa 'Tierra de milagros' donde vimos la práctica rural del proceso de modernización china y, en ese caso, el cambio es espectacular [...]. China tiene una cosa muy clara: su liderazgo y la combinación, la codependencia entre el ambiente y la sociedad. [...] Queremos entre todos construir una bella China. Es la propuesta. El tema es que esa bella China, esa biosfera bien conservada a nivel mundial, es la que va a proporcionar una calidad de vida a la población, y está muy claro que la propuesta ecológica de entendimiento y profundización en la mejora ambiental va estrechamente ligada a su propuesta de desarrollo de alta calidad.

¿Cuáles serían esos retos que usted considera tendría China para concretar las metas propuestas?

China está avanzando en el plano internacional y no acepta propuestas aisladas, sino que hace una propuesta abierta al conjunto de la comunidad internacional, pero el reto es claro. El reto más claro e importante que tiene China en estos momentos es la transición energética, porque todavía depende en un alto grado de ese combustible que es el carbón, que es el que genera una parte de las emisiones.

¿Cómo remediar esto?

China hace una apuesta clara con las nuevas tecnologías, la inversión en ciencia básica y aplicada a las energías renovables. Hay que destacar que China es el primer inversor a nivel mundial en energías renovables y sabe muy bien que tiene que diversificar las fuentes de energía del país, y no solo lo sabe a nivel nacional. Por eso tiene la mano de la recuperación a través de la 'Nueva Ruta de la Seda' con países en desarrollo, con nuevas energías renovables y proyectos compartidos. Por ejemplo, en el Caribe, en el conjunto de Iberoamérica, en África o en otros países, se están abriendo nuevos proyectos de implantación de energía fotovoltaica, energía hidráulica y energía eólica. El mayor reto es la transición energética, pero no es un reto único de China, es global, afecta a muchos países. También es importante destacar la cuestión del cambio climático, que es un proceso ya de varios cientos de años, asociado a la acción humana. China plantea algo razonable y es el tema de la responsabilidad conjunta y compartida y diferenciada. De China sabemos, por su volumen, que son 1.400 millones de personas y que es un país en desarrollo que aspira a mejorar la calidad de vida. Tiene una parte de emisiones, pero con buen criterio plantea una cosa que creo es muy razonable y es que trabajemos conjuntamente, que estrechemos la mano en vez de competir tanto, hagamos las cosas conjuntas como se afirmó en el Acuerdo de París, con más cooperación. No es justo señalar solo a un país, a China en este caso, cuando el proceso de cambio climático lleva tantos años en juego. China se ha incorporado más tarde y es muy consciente [...] Pero el conjunto de lo que está en el aire de esa concentración de gases de efecto invernadero no solo corresponden a China, una parte muy importante corresponde al llamado primer mundo que fue el que inicialmente realizó esas emisiones, eso es lo que quería plantear.

¿Qué tan vulnerable es China al cambio climático?

Tiene muy claro, al igual que el Mediterráneo, de donde yo vengo, que es una zona muy sensible al cambio climático. China es un país altamente vulnerable al cambio climático y entre una de las razones, recordemos porque tiene el 'techo del mundo', la meseta de Qinghai-Tíbet, que acumula una gran reserva de glaciares, sensible a ese incremento de las temperaturas también. Los glaciares no solo en China sino en todo el mundo están retrocediendo y eso tiene efectos perjudiciales. Por eso, China hace un esfuerzo importante en el plano de la mitigación de las emisiones que correspondería a lo que dije antes, a la transición energética, así como también en la adaptación a algunos cambios que está produciendo el cambio climático. Los fenómenos climáticos y meteorológicos extremos se vieron potentemente el año pasado con esa fuerte ola de calor y sequía que afectó a China, a Europa, a todo el hemisferio norte y a otras zonas y ahora están afectando a otras regiones [...] En China somos interdependientes y no es que queramos solo proteger la naturaleza porque es un bien, sino que sin naturaleza no podemos vivir una vida de calidad. El incremento de las temperaturas, de los fenómenos medios y de los fenómenos extremos no solo afectan la salud directamente, sino también la producción de alimentos y la disponibilidad de agua, y China está planteando medidas fuertes de adaptación y de investigación para adaptarse a esos cambios venideros.

¿Qué iniciativas tiene China para la disponibilidad del agua? ¿Cómo está la calidad del agua dulce de este país?

El tema del agua, China lo tiene muy estudiado. Recordemos que su territorio lo vertebran varios ríos grandes. El sur de China es muy rico en agua por su pluviosidad, por su clima. Beijing se ubica en el norte y es una zona más seca y recientemente además se ha dado el episodio extremo de precipitaciones e inundaciones. En unos pocos días viene a llover lo que suele llover en un año y es algo que ha de tomarse muy en serio. Un proyecto que se está realizando es el de traslado de agua desde el sur hacia el norte. ¿Por qué? Porque en el sur de China, como dije antes, el agua es abundante, y en el norte abunda, pero hay mucha población; y la costa este es un territorio rico en suelos y zonas productivas. Entonces, me parece razonable plantear este tipo de ingeniería para gestionar bien un territorio tan complejo donde viven 1.400 millones de personas. En relación con la pregunta más concreta de calidad de las aguas, etcétera, China también está planteando otro tipo de medidas como la reforestación, porque eso afecta también la calidad de las aguas. En el caso concreto de Beijing, en este momento no tengo el dato.

¿En qué sentido, la reforestación afecta la calidad de las aguas?

Afecta en el sentido de que evita la erosión, entonces, las aguas ya están mejor filtradas, no hay tanta carga de sedimentos.

¿Usted cree que los ciudadanos chinos están conscientes de la necesidad de esos cambios, de esa transformación y de esas mejoras para poder cumplir como país las metas y los objetivos trazados en materia ambiental?

Creo que sí. Es más, hay estudios periódicos en las distintas universidades y agencias que indican que desde finales de los años 90, la cuestión ambiental figura como una de las prioridades de la población china. Estos resultados animan a la población y la confiabilidad les genera un mayor nivel de autoconfianza, por eso respaldan totalmente este tipo de propuestas. Desde que tuve la oportunidad en los primeros años de venir a China, el cambio es cualitativamente impresionante. Lo veo en mi ambiente de trabajo y también en la sociedad se habla de eso. La gente tiene muy clara la importancia de la calidad del ambiente y, como dije antes, es por esa virtud de la claridad de las ideas que se ha venido trasladando desde hace ya tiempo, por parte del liderazgo chino, así como también por esas ideas que se transforman en realidad mediante la ciencia y las propuestas concretas.

¿Cuál sería su mensaje en este primer año en que China conmemora el día nacional de la ecología?

En primer lugar, creo que China aspira a algo que es muy bello y razonable, que es mejorar la calidad de vida de su población, y lo hace además pensando no solo en la cuestión de China, sino en que somos ya 8.000 millones de personas en este planeta y que necesitamos convivir juntos, ponernos de acuerdo, trabajar juntos y cooperar. Creo que uno de los mensajes clave es que China hace una propuesta abierta a otros pueblos y a otros países para trabajar juntos y ponernos de acuerdo en problemas tan importantes como el cambio climático, la protección de la biodiversidad, y en definitiva disponer de una biosfera sana que garantice la mejora de la calidad de vida.

¿Cómo ve usted la posición de Panamá en el tema de conservación y cumplimiento de las metas?

Digamos que tengo una visión más regional del territorio [de China]. De Panamá no tengo un seguimiento concreto. En todo caso, como nación propia que es Panamá, país independiente y soberano, entiendo que está tomando sus medidas al respecto y que en el marco de las relaciones con los países de la región, con las Naciones Unidas, con China por su puesto, y mi país, España, estarán todos de acuerdo en que es conveniente, como decía, trabajar conjuntamente para generar resultados compartidos por todos.

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