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Se acabó la aventura de Ventura Ceballos
- 14/02/2020 00:00
- 14/02/2020 00:00
Con aspecto demacrado, Gilberto Ventura Ceballos, el ciudadano dominicano que se evadió hace 10 días de la cárcel de máxima seguridad, la Nueva Joya, supo que la huida había terminado. Estaba solo, hediondo, sentado debajo de un puente, cuando los uniformados lo visualizaron y lo arrestaron, según informó el director de la Policía, Jorge Miranda.
No obstante, un reporte policial narra que a las 11:15 de la mañana de ayer, mediante un patrullaje de reconocimiento y verificación en el sector de la Isleta del corregimiento del Nancito, Remedios, provincia de Chiriquí, específicamente en el sector de los manglares, se logró ubicar a un ciudadano que no portaba ningún tipo de documentos, pero tenía los siguientes artículos: unos binoculares, un radio de comunicación, una linterna, $700 en efectivo en billetes de $100, $20 y $5. En esta operación participaron un mayor, dos sargentos, cinco cabos y un agente,
Había 45 agentes desplazados en toda el área.
Al momento de su captura se le notaba flaco. Desde el 3 de febrero saltaba entre refugios para huir de la Policía, que había lanzado sus hombres a la caza. Vestía un suéter color azul marino con el logotipo de una empresa de surf, presuntamente el mismo con el que se fugó, y un pantalón oscuro. Le colgaba del cuello otro suéter de manga larga, tal vez para pasar las noches a la intemperie.
Ventura Ceballos contó con varios cómplices para llegar casi hasta la frontera con Costa Rica, tal vez sus intenciones eran cruzar la raya. El Salado, cerca de Nancito, es un puerto natural, pesquero, de bajo calado, donde llegan muchos botes. Ahí estaba escondido uno de los criminales más peligrosos del país.
En horas de la tarde de ayer fue trasladado, esposado de pies y manos, a ciudad de Panamá en una avioneta del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), acompañado de una patrulla de uniformados. Luego fue conducido a una celda en la sede de la Policía de Ancón, donde permanecerá hasta que las autoridades decidan en qué sitio cumplirá la condena de 55 años que pesa sobre él.
Sobre la recompensa de $50 mil que prometió la Policía a quien diera con su paradero, Miranda dijo que aún está en valoración. Añadió que “la aprehensión se da a consecuencia de actos investigativos donde participó la DIJ, la DIP, y otros; eso actualmente está siendo objeto de documentación”, indicó.
En redes sociales corría un mensaje que describía que “el dueño de una finca ubicada antes de llegar a Guabalá, a la orilla del río, observó gente cruzando la finca como para esquivar la garita de control del área. Llamó a la Policía y les prestó unos cayacs a los agentes para que cruzaran el río, y cuando llegaron, lo agarraron debajo de un árbol descansando”.
El ministro de Seguridad, Juan Pino, aseguró al país que se tomarán las medidas para que no vuelva a ocurrir una tercera fuga, en suelo istmeño, del criminal.
Primó la inteligencia que aplicaron prácticamente todos los hombres de la Dirección de Investigación Policial (DIP) y de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ), para recabar información y verificarla.
Finalmente, la Policía halló un hilo conductor que los llevaría a su paradero. “Una vez conocida esta arista, realizamos diferentes operaciones de engaño que permitieran a Ventura Ceballos sentirse confiado de que la Policía no tenía la menor idea de su ubicación. Pero (lo ubicaron) en la mañana de ayer, producto de que se verificó a unas personas que se encontraban apoyándolo”, explicó Miranda sin dar muchos detalles de la reacción del fugitivo al ser capturado, o sobre cuántas personas le ayudaron. No desean interferir en la operación que aún se realiza para detener a los cómplices. “Se encontraba en un terreno fuera de carretera, oculto debajo de un puente, y con teléfono que le permitía comunicarse con las personas que le estaban señalando, y así se logró su aprehensión”, resumió Miranda.
Ventura Ceballos enfrenta un nuevo cargo por evasión, además de los 55 años que debe cumplir por el secuestro y muerte de cinco jóvenes de La Chorrera, y por una fuga anterior, en 2016. El fiscal Julio Villarreal, de Atención Primaria, realiza dos investigaciones paralelas. La primera, en la que revisa más de 800 videos del circuito cerrado del penal que se evadió. La segunda, que inicia con su recaptura, determinará cómo se fugó de la cárcel de máxima seguridad, a quién sobornó, y detalles de los cómplices que le ayudaron a esconderse.