La agonía de lo político

Actualizado
  • 14/05/2023 00:00
Creado
  • 14/05/2023 00:00
Ya es tiempo de crear nuevos valores democráticos y caminos activos, que desde los primeros años de formación escolar hagamos un giro hacia lo político en la educación, para que una nueva concepción permita a los panameños y panameñas pensarse políticamente dentro de su dimensión moral
Si lo político es pensar nuestra libertad ¿cuál es el estado de lo político en la sociedad panameña?

En la actualidad, hay muchos libros sobre tópicos relativos a las democracias modernas, máxime aquellos que exponen ¿Cómo mueren las democracias? En relación con este concepto, Hannah Arendt argumentó que la burocratización es una de las grandes amenazas para las democracias actuales. Pensar con Arendt este fenómeno de lo político trae consigo un sentimiento de desempoderamiento y despolitización como resultado de que en la vida humana se está perdiendo el equilibrio entre lo público y lo privado, entre lo político y lo económico.

Desde este enfoque, la política, se relaciona con lo económico y lo social, trata sobre la administración pública y la sociedad, mas lo político sería una concepción de la filosofía y la teoría política en la que los ciudadanos como miembros de la sociedad piensan y alcanzan su libertad. Desde esta connotación de la política, vale cuestionarnos sobre la realidad política en Panamá. Una pregunta fundamental que hay que hacernos, ya sea desde la filosofía política y la teoría política es: ¿Hasta qué punto hay una desaparición de lo político en Panamá? Este fenómeno de la realidad política mundial se hace cada vez más evidente en las sociedades modernas, con una apatía sin precedentes.

Así, el poder que se debe ejercer en la plaza pública ha sido desplazado por la creciente burocratización estatal, en la que quienes detentan los cargos públicos carecen de formación de carrera y servicio civil. Esta clase de burócratas, alejados del saber requerido para ejercer como funcionarios, han ganado cierto peso en el proceso de toma de decisiones en el espacio que tiende a ser para la participación y representación política. El sentimiento de angustia como consecuencia del alejamiento de lo político en Panamá es el resultado de la transición y desplazamiento de lo social sobre lo político.

La política y lo político 

Si lo político es pensar nuestra libertad ¿cuál es el estado de lo político en la sociedad panameña? Al parecer, hay cierta agonía de lo político en nuestra sociedad y que es fehaciente en el camino a las próximas elecciones generales en Panamá. A poco tiempo de las próximas elecciones, no vislumbra ninguna figura presidencial que proponga resolver el problema del alejamiento de lo político. Los gobiernos pandémicos, incluyendo, la administración de la cosa pública de Laurentino Cortizo, han tenido que dedicar, mayormente, sus políticas públicas al manejo de la crisis del Covid-19 y la pandemia, aumentando la burocratización con la creación de plataformas para trámites virtuales.

De este modo, la vida política, que ya estaba siendo desplazada por la vida económica-social, ahora está más agonizante que nunca, como quién va camino a un agujero negro de satisfacciones y distracciones en donde será difícil encontrar el retorno hacia lo político.  Adicional, podemos agregar que la corrupción, la carencia de ética e ideología de los partidos políticos, la falta de credibilidad de los miembros de la sociedad en la “clase política”, el debilitamiento de la ley y las dudosas prácticas en los debidos procesos de la administración de la justicia son algunos fenómenos de la realidad política en Panamá que, a consecuencia de esto, parecen haber envuelto la vida política de los panameños en una niebla; muy oscura.

Al parecer, en torno a la política y lo político, la victoria electoral del ahora presidente Cortizo, en el 2019, fue el evento democrático principal de la vida política de los panameños en el último quinquenio. Ergo, el desinterés de los miembros de la sociedad panameña por lo político es indiscutible. Las preocupaciones por los efectos de la pandemia en la vida humana, la incertidumbre expresa en el camino final de la pandemia, el cansancio de los trabajadores que han logrado sobrevivir al desempleo y la angustia de aquellos que no reúnen los requisitos para evitar la oleada de embargos que vienen inexorablemente, son elementos fundamentales del sentir de la población en términos del estado de ánimo.

Tal estado de ánimo reduce al panameño a esperar cualquier momento no laboral para escapar y satisfacer alguna necesidad particular. De tal manera, que se han vuelto costumbre los fines de semana el turismo interno hacia el exterior de las ciudades principales con el afán de sentirse de vacaciones, sin importar las horas de tranques que implica abandonar Ciudad de Panamá hacia algún lugar más allá de los puentes sobre el Canal de Panamá, en un fin de semana cualquiera. La vida humana del panameño ha perdido el equilibrio entre lo público y lo privado, entre lo político y lo económico.

La vida biológica y económica ha desplazado indiscutiblemente la vida política. Los panameños están cansados y explotados en trabajos con salarios que no alcanzan para satisfacer sus necesidades, entonces, sus momentos de liberación no están dirigidos a la reflexión sobre lo político para el mejoramiento de su libertad, sino tan pronto están libres del horario laboral, su mentalidad quiere irse de vacaciones más allá de cuestionarse sobre su condición humana.

Gobiernos democráticos en Panamá 

Los gobiernos democráticos en Panamá, desde antes de la dictadura militar y posterior a ésta, han dedicado sus términos a la satisfacción de las necesidades de los miembros más allegados de los partidos que, por cierto, se han incrustado consciente e intencionalmente, en la esfera de lo privado, solo para complacer necesidades innecesarias y enriquecerse de la cosa pública. Esta circunstancia política promueve, sutilmente, el desempoderamiento y despolitización, ya que no les conviene una palanca que restablezca la vida política de los panameños. Dicha palanca que sacuda y reestablezca lo político solo se logra en el momento que como ciudadanos empecemos a “pensar lo que hacemos” como señala Arendt.

Además del trabajo, para la satisfacción de las necesidades ¿está la ciudadanía panameña pensando en su libertad? pero no cualquier libertad sino su libertad política. La libertad de ser libres, no solamente para el aprovechamiento del tiempo cuando no están trabajando, aparte de irse de vacaciones y desconectarse de la realidad política que nos afecta a todos. Situación que ha desplazado lo político causando esta agonía.

Ya es tiempo de crear nuevos valores democráticos y caminos activos, incluso, que desde la primeros años de formación escolar hagamos un giro hacia lo político en la educación para que una nueva concepción de lo político permita a los panameños y panameñas pensarse políticamente dentro de su dimensión moral como parte de su vida cívica, de este modo podemos reestablecer la palanca que equilibre lo económico y lo político por una sociedad panameña que viva en bienestar y pueda permanentemente cuestionarse sobre la política en términos de nuestras instituciones y quienes la administran y lo político para conformar el poder en el espacio público.

El autor es profesor de Filosofía Política en la Universidad de Panamá.

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