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Cambios en la enseñanza de las matemáticas
- 23/06/2016 02:00
- 23/06/2016 02:00
Hagamos un somero análisis de la situación de la enseñanza matemática en nuestro país y veamos algunas estadísticas que nos conducen a una autocrítica real y positiva.
Los índices de reprobación en matemáticas son muy altos y son continuas las críticas acerca de los deficientes conocimientos matemáticos de los estudiantes de la enseñanza preuniversitaria. Algunos datos en los que se basan estas afirmaciones: más del 80% de los alumnos de noveno y duodécimo grado y entre el 50% y 60% de los de tercer y sexto grado mostraron un nivel de rendimiento ‘deficiente', en una escala de excelente, regular y deficiente, según el informe del Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL, 2007). En PISA 2009 (ECD, 2010), Panamá ocupa el puesto 62 de 65 países, mientras que en Matemática consigue una puntuación de 360, significativamente por debajo del promedio de la OCDE que es 496. En TERCE (2015), el promedio de matemáticas en tercer grado fue 664 y en sexto fue de 644 de 700, ubicando a Panamá con una media significativamente inferior al promedio de los países.
También se cuestiona la calidad de maestros y profesores que imparten los conocimientos matemáticos en todos los niveles educativos. Los docentes que imparten la materia de matemáticas en el nivel de enseñanza de premedia y media, proceden en un 50% de la Licenciatura en Matemática, impartida en la Universidad de Panamá y UNACHI. El resto son ingenieros, físicos, químicos y otras carreras que tienen conocimientos mínimos de pedagogía y psicología educativa. La gran mayoría adquiere su formación profesional en la experiencia y en el contacto espontáneo con los compañeros. Desde el punto de vista didáctico, generalmente utilizan las estrategias, métodos y textos que se emplearon con ellos desde que cursaron el nivel educativo básico y suelen desconocer la necesidad de considerar necesaria una formación permanente para perfeccionar su práctica. Los profesores cuentan con poco tiempo para actividades de formación y de planeación o intercambios colegiados debido al elevado número de horas clase frente al grupo. Como afirman Trejos et al (2011) ‘los tiempos limitados en el aula y la presión por cubrir el programa influyen en la adopción de prácticas docentes tradicionales'. En todo caso, los cursos de formación permanente del profesorado se han dirigido casi exclusivamente, a la actualización en algún área de las matemáticas en función de las sucesivas propuestas curriculares de las autoridades educativas. Y esta formación no se ha acompañado de un proceso de investigación que, desde un marco teórico específico, evalúe el impacto de los programas formativos en las prácticas de aula de los profesores. Los maestros de primaria proceden de la Normal de Santiago y de Licenciaturas en Ciencias de la Educación y cursos de pedagogía impartidos en nuestras universidades que tienen en su currículo pocos conocimientos matemáticos.
Para abordar este problema, SENACYT financió, en el 2006, una investigación en la que se emprendieron tres estudios sucesivos (Lebrija, 2010). En el primero, se construyó y validó un cuestionario abierto de evaluación de creencias sobre el proceso educativo y de conocimientos del profesorado sobre estrategias de enseñanza de la Matemática. En el segundo, se realizó una evaluación diagnóstica del profesorado utilizando el cuestionario del primer estudio y un cuestionario de creencias del profesor, adaptado de McCombs y Whisler (2000), que valora el nivel de acuerdo con aseveraciones relacionadas con concepciones de la enseñanza centrada en el aprendiz. En el tercer estudio, se desarrollo durante un año escolar y se evaluó un Programa de Formación Continua con docentes de escuelas públicas de Panamá, principalmente en el Centro Básico Octavio Méndez Pereira (OMP), que pudo haber continuado con éxito pero con el cambio de gobierno, por asuntos políticos que implicaron cambios de autoridades, no se logró su seguimiento y fue suspendido. En ese año, en el OMP, la materia de matemáticas salió del cuadro de las cuatro materias con mayor número de fracasos.
El estudio de campo en la primera investigación mostró que la forma de enseñanza en la que el control y responsabilidad recae sobre los profesores, así mismo las creencias de los alumnos, producen un efecto negativo en la enseñanza y el aprendizaje de la disciplina; se resaltó la importancia de una atención diferenciada de las necesidades de los profesores; evidenció, que la enseñanza es ajena a los conocimientos y habilidades cognitivas de los estudiantes, de manera que lo que el profesor hace es ambiguo, complejo, difícil de descifrar y al final aburrido y hostigante. Las consecuencias de todo esto son falta de motivación al aprendizaje, problemas disciplinarios y bajo rendimiento de los estudiantes. Finalmente, el aporte cognitivo del alumno en el proceso de aprendizaje, que es resaltado por los programas innovadores de enseñanza de la Matemática centrados en una perspectiva de solución de problemas, se considera superficialmente.
Este estudio permitió apreciar la necesidad de que la formación sea concebida como un proceso a largo plazo. Los adultos no cambian sus esquemas de conocimiento ni sus creencias docentes después de una experiencia de aprendizaje de algunas horas, ni llegan a comprender el proceso de aprendizaje de sus alumnos con información abreviada de psicopedagogía, ni a modificar sus prácticas de enseñanza con una serie de recomendaciones, ni por decretos.
Consideramos que las universidades públicas, SENACYT y el Ministerio de Educación (Meduca) deben hacer una revisión de su política educativa y buscar un acercamiento académico responsable que desarrollen programas de formación continua con seguimiento durante el año escolar que conlleven un acercamiento entre docentes universitarios, de educación básica y media en nuestro país. Las pruebas PISA no son la solución si antes no hay un cambio en la enseñanza y aprendizaje matemático. Medir que los estudiantes tienen un conocimiento deficiente en la materia, se muestra todos los años en las pruebas de ingreso a la Universidad de Panamá. Mejorar el aprendizaje de las matemáticas es parte del desafío de Panamá.
DECANA DE INVESTIGACIÓN