El presidente Mulino cuestiona lo poco enérgicas que son las medidas cautelares de los jueces de garantías
- 07/02/2013 01:00
PANAMÁ. Hasta mañana viernes 8 de febrero, los residenciales, pensiones y hoteles dejarán de ser el albergue para los damnificados de los incendios de Santa Ana, El Chorrillo y Pueblo Nuevo, situación que preocupa a estas personas que lo perdieron todo en los siniestros.
Josie Gutiérrez, afectada por el fuego ocurrido el pasado 23 de enero en el corregimiento de Santa Ana, dijo que aunque ha recibido un apoyo social de $600, bolsas de comida y otros enseres de parte del Gobierno, le preocupa no tener un hogar donde vivir, ya que los siete miembros de su familia han tenido que abandonar el hotel donde se hospedaban —ella no tiene parientes que le den albergue—, insiste en que no es fácil encontrar un cuarto o inmueble donde vivir. Y es que luego de un incendio, el Ministerio de Vivienda debe cumplir varios pasos para brindarles una ayuda permanente.
El titular de esta cartera, José Domingo Arias, explicó que entre los pasos obligatorios en estos casos está: el análisis socieconómico que ha arrojado la existencia de familias muy humildes entre los afectados, pero también se ha encontrado familias con un ingreso de $1,600.
SOLUCIÓN PERMANENTE
Una solución definitiva para estas familias está en un periodo de análisis por parte del Miviot, ya que están investigando la posibilidad de adquirir un terreno en el área del Casco Antiguo y así poder desarrollarles un proyecto habitacional.
Ayer el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, el Despacho de la Primera Dama y el Programa de Ayuda Nacional entregaron a 101 familias damnificadas de los incendios ocurridos en Santa Ana, El Chorrillo y Pueblo Nuevo, una ayuda o renta social por $600, kits de aseo personal y limpieza, estufas, neveras, colchones y bolsas de comida.
El diputado Sergio Gálvez entregó bonos de $700 y un almacén de la localidad otorgó a las familias con niños en la edad escolar, un bono de $40.00.