Las elecciones generales de 1984 como vehículo de docencia

Actualizado
  • 13/11/2021 00:00
Creado
  • 13/11/2021 00:00
Al final las elecciones resultaron para el gobierno militar un rompedero de cabeza, ya que hasta en las urnas donde votaban mayoritariamente los miembros de la policía, salieron derrotados. Carlos Iván Zúñiga Guardia, con base en la información recibida, reconoció de inmediato el triunfo de Arnulfo Arias Madrid, sin embargo, semanas después de cerradas las urnas ante la imposición a sangre y fuego del candidato de los militares, la dictadura una vez más se burló de la voluntad popular
Las elecciones generales de 1984 como vehículo de docencia

Con la aprobación de los tratados del Canal de 1977, la dictadura militar pareció consolidarse aún más en el poder, ya que también el pacto canalero tenía subyacente un pacto militar con Estados Unidos. La propaganda continental en favor de la dictadura y sus más altos representantes elevaron a tal punto las mentiras, que nada hacía presagiar que esa dictadura monolítica tendría sus fisuras. Sin embargo, todo cambió en 1981 con la muerte inesperada del general Torrijos en un accidente aéreo que todavía se investiga y cuyos pormenores parecen mantenerse en el anonimato, como ocurrió igualmente con las desapariciones de muchos panameños víctimas de la dictadura.

La aparente apertura política originada con el mencionado veranillo democrático nos permitía ciertas libertades ciudadanas, entre las que estaba el inicio de la inscripción de los partidos políticos y la promesa de los personeros del gobierno a convocar a unas elecciones libres para el año 1984.

Así las cosas, en el año 1983 el país fue sometido por los militares a unas reformas constitucionales con el fin de maquillar la Constitución de 1972, con miras a esas elecciones de 1984. Entretanto, Carlos Iván Zúñiga Guardia se dedicó a realizar una labor didáctica en favor de la convocatoria a una asamblea nacional constituyente, posición que se basaba principalmente en el estudio realizado en conjunto con Antonio Sucre, llamado “El fraude está en el sistema”, para demostrar que cualquier elección en la que participara la oposición, como él afirmaba, nos llevaría al matadero del fraude, por lo que primero había que democratizar al país, convocando a una constituyente originaria y después ir a una elecciones democráticas. No obstante, muchos supuestos opositores no quisieron y todavía no quieren entender el mensaje de Carlos Iván, y se resisten a aceptar el error cometido al apoyar esas reformas constitucionales que lo que hicieron fue abortar un movimiento democratizador natural que tomaba fuerza por el desgaste del sistema dictatorial.

Para las elecciones de 1984 se presentaron principalmente como candidatos a la Presidencia de la República, Arnulfo Arias Madrid, que consolidó un bloque que aglutinaba a los partidos tradicionales que se habían vuelto a inscribir en dictadura; por otro lado los partidos del gobierno, que abanderaron la candidatura del oficialista Ardito Barletta, ungido de los militares y sobre todo de la banca internacional, Carlos Iván Zúñiga Guardia, quien representaba las nuevas fuerzas civilistas, apoyado solo por el Partido Acción Popular (PAPO), y un cuarto candidato, el general Rubén D. Paredes, apoyado por una alianza presidida por el Partido Nacionalista Popular, candidato que había comandado a la dictadura hasta su retiro para participar en la contienda, pero que lamentablemente para él, solo contó con el respaldo de la dictadura hasta la víspera de la definitiva postulación de Ardito Barletta como candidato oficialista.

Las elecciones generales de 1984 como vehículo de docencia

Carlos Iván Zúñiga Guardia, seguro de que todo lo que estaba ocurriendo era un sainete preparado por los estrategas del sistema dictatorial, utilizó su candidatura para promover la constituyente democratizadora y denunciar el fraude que se avecinaba y que en su miopía política los demás opositores a la dictadura se negaban a aceptar. En diciembre de 1983 dio inicio a su campaña política para las elecciones de mayo del siguiente año con la consigna de la constituyente como meta final.

La campaña electoral fue muy intensa, tanto que aún recuerdo cada detalle de la misma. No obstante, destacaré solo superficialmente algunos momentos de la misma. Como esposa lo acompañé a todos los actos que realizamos en cada provincia, distrito, corregimiento y barrio del país, recibiendo por lo general un trato respetuoso en mítines, manifestaciones y concentraciones en donde en realidad lo que pretendíamos no era alzarnos con el poder, sino más bien dar un mensaje positivo para enrumbar los destinos del país por senderos democráticos. He de destacar su intervención en un foro universitario, ya que fue un día especial porque marcaba el retorno a su alma mater.

Al final las elecciones resultaron para el gobierno militar un rompedero de cabeza, ya que hasta en las urnas donde votaban mayoritariamente los miembros de la policía, salieron derrotados. Carlos Iván Zúñiga Guardia, con base en la información recibida, reconoció de inmediato el triunfo de Arnulfo Arias Madrid, sin embargo, semanas después de cerradas las urnas ante la imposición a sangre y fuego del candidato de los militares, la dictadura una vez más se burló de la voluntad popular.

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