Matrimonio: los gays lo piden y los heterosexuales lo evitan

Actualizado
  • 29/05/2017 16:04
Creado
  • 29/05/2017 16:04
Según la Contraloría, en el año 2015 se casaron 14,342 parejas, mientras que 4,479 optaron por divorciarse

El debate por el matrimonio entre personas del mismo sexo ya empezó en Panamá, con grupos que lo apoyan, otros que no, elementos a favor y en contra; pero mientras que el movimiento de lesbiana, gay, bisexuales, transgénero y transexuales  lucha por el derecho a contraer nupcias, los heterosexuales apuestan por los divorcios y uniones libres.

Durante los últimos cinco años, la Contraloría General de la República ha registrado un comportamiento inetestable en las uniones civiles entre heterosexuales, las únicas permitidas en Panamá.

Entre 2011, cuando hubo 15,135 matrimonios y 2015, con 14341; la tasa de nupcialidad se  redujo de 4.2 a 3.6 matrimonios por cada 1,000 habitantes, estimados con la población total al 1 de julio de los años respectivos. No obstante, entre esos años la evolución muestró una tendencia a la baja con un índice de 3.3, en 2014, cuando se registraron 12,869 nupcias, para incrementarse en 2015 en 1,472 matrimonios.

Un análisis de estas tasas en los últimos 25 años muestra que en efecto los matrimonios se redujeron de forma importante. La tasa más elevada es la de 1993, con 5.8, que se redujo hasta el 3.6 actual (2015).

Tampoco las uniones legales muestran crecimiento, no obstante predomina la unión de hecho, cuyos registros no contempla la Contraloría.

Detrás de la cifras hay un comportamiento “irresponsable” afirma la socióloga Cecilia Moreno, quien advierte que cada vez las relaciones son más informales. Me ha tocado ver matrimonios que duran dos meses y al tercer mes comienzan el proceso de divorcio. Parece que pesa más la fiesta que la vida en pareja”, dijo la especialista en comportamiento humano.

El problema para la especialista, que trabaja en el Centro de la Mujer Panameña, es que se ha perdido la tradición del noviazgo y al casarse, las parejas empiezan a conocerse y descubrir sus defectos, además de la evidente ausencia de comunicación que complica la situación.

Moreno advierte asimismo que las cifras de la Contraloría podrían corresponder en su mayoría a la clase media y media alta, ya que los sectores populares, salvo los cristianos evangélicos, evitan contraer matrimonio y viven en unión libre.

“Muchas mujeres deciden vivir con su pareja o tienen hijos de dos o tres hombres diferentes. Algunas viven como amantes (de un hombre casado) por mucho tiempo", añadió. Los hombres, por su parte, evitan asumir responsabilidades, cambian constantemente de pareja y no formalizan una relación con ninguna de ellas, afirma Moreno.

También recuerda la especialista en sociología que actualmente es muy común que así como aumentan los divorcios, se incrementen los reclamos por pensiones alimenticias. “Los hombres solo asumen la paternidad dentro del matrimonio”, se niegan a hacerlo cuando se rompe la relación legal.

Por su parte, la socióloga Juana Camargo considera que la reducción de matrimonios heterosexuales es parte de las decisiones que las personas realizan en razón de los beneficios que tal situación les proporciona.  "Las nupcias son parte del conjunto de estatus que la sociedad privilegia y, si no son apetecidas por las personas heterosexuales a la hora de formar pareja o familia, puede estar relacionado con la ausencia de políticas públicas o por el interés de vivir en el marco de espacios no regulados por el Estado, lo que bien puede estar orientado por la libertad de decidir a conveniencia cuándo abandonar la relación sin los engorrosos trámites de divorcio", señala.

Camargo recuerda  como un error la política de la celebración de matrimonios en ceremonias colectivas, "como si la vida familiar y de pareja solo pasara por ello; si las familias no le encuentran sentido y reconocimiento de derechos a ésta institución, cae en un vacío del que solo se recogen situaciones de riesgo y vulnerabilidad", advierte.

Y precisa que en una sociedad de derecho  cada uno decide sobre su cuerpo y sobre su vida.  "Los padres y abuelos ya no son quienes deciden las parejas de las mujeres. Hoy hay derechos que deben respetarse", apuntó.

En el caso de las personas que demandan el matrimonio civil igualitario, indicó que lo hacen por el reconocimiento de igualdad de derechos. "El matrimonio, como contrato que es, busca protección y seguridad para los/as cónyuges y las/os hijos que surjan de las uniones. Hasta el momento es una condición que está identificada y garantizada solo a parejas heterosexuales, lo que contraviene los derechos de las/os ciudadanos con opciones sexuales diferentes a la de éstos", analiza la socióloga.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus