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- 04/06/2025 00:00
Materia fecal, metales pesados y agroquímicos se mezclan en las aguas del río La Villa, que abastece de agua a miles de santeños y herreranos. El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) asegura que el agua que llega a las casas “es segura” para el consumo, pues pasó por un proceso de tratamiento, pero igual tomaron la precaución de suspender las operaciones parcialmente de dos plantas potabilizadoras.
Al sitio se trasladaron equipos del Ministerio de Salud (Minsa), Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) y otras instituciones para responder a un problema que no es nuevo: la contaminación del río es un mal conocido e ignorado por años.
“Sabemos que esto viene de hace muchos años, pero esta administración está haciendo las investigaciones, está colocando las denuncias y vamos a poner todo el peso de las leyes para que se cumpla con las normativas ambientales. No vamos a mirar hacia un lado con lo que estamos identificando”, declaró la directora nacional de Verificación del Desempeño Ambiental de MiAmbiente, Marilyn García Paredes, a La Estrella de Panamá.
Específicamente, ¿qué hay en el río? “Hemos identificado oxígeno disuelto en malas condiciones. Hemos identificado altas conductividades, alta turbidez, sólidos suspendidos altos, coliformes fecales muy por encima de los límites permisibles de lo que es el decreto de calidad de agua superficial, que es el que nosotros nos regimos que es el agua cruda, el agua de las fuentes hídricas, no la que es para consumo”, explicó García. A la fecha, MiAmbiente ha identificado 16 puntos de contaminación, principalmente de fincas productoras.
Uno de los grupos señalados por esta contaminación son los porcicultores, quienes en años anteriores han alegado que el problema se debe a varios factores, como el aumento de lluvias en esta temporada. “La lluvia no genera coliformes (bacteria encontrada en las heces fecales). Esto no se genera en una nube,” respondió la directora. “Las personas tienen que tomar conciencia. Si van a tener una actividad tienen que hacerlo siguiendo la ley, cumplir con todas las normativas”, añadió.
Hasta el momento no se han reportado efectos nocivos en la salud de la población. “En cuanto a la salud, hemos visto que no se ha afectado. Hemos notado que, en comparación con el año pasado, los casos de gastroenteritis han disminuido”, aseguró el director regional de Salud de Los Santos, Antonio Manuel González. “Eso es bueno, porque estamos hablando de que el agua que le está llegando a la población es un agua apta para el consumo humano. También te puedo agregar que actualmente tenemos la colaboración del MIDA, la colaboración legal del Ministerio de Salud, para tomar cartas en el asunto sobre aquellas personas que están contaminando, y tomar cartas legales sobre el asunto”, adelantó.
El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, presentó el sábado pasado denuncias ante el Ministerio Público por la contaminación a una fuente hídrica y descargar agua residual sin tratamiento. Las sanciones se aplicarían en proporción a la magnitud del impacto.
Las denuncias forman parte de una respuesta interinstitucional. “No estamos en contra de que se dé la producción porcina, al contrario, todos tienen derecho a la producción de puerco, todos tienen derecho a la producción bovina, pero tienen que seguir ciertos lineamientos de saneamiento ambiental y ciertos lineamientos del Ministerio de Salud”, aclaró el director regional del Minsa. “Esta situación data de más de una década, estamos hablando de más o menos del año 2014-2013, sin embargo, en gobiernos pasados no pusieron cascabel al gato. Ahora tenemos instrucciones del presidente de la República de tomar cartas sobre el asunto”, puntualizó.
En marzo de este año, La Estrella de Panamá alertó que el Idaan había encontrado altas concentraciones de minerales y sales en las aguas subterráneas de Azuero debido a la intrusión marina y la presencia de residuos de plaguicidas en las fuentes de agua potable. El problema no es exclusivo de Azuero.
Un estudio del Instituto de Innovación Agropecuario de Panamá de 2021 estimó que los panameños consumimos alrededor de 3 kilogramos a agroquímicos cada año, seis veces más que el resto de Centroamérica.