Conozca los santos patronos de la JMJ Panamá 2019

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019, es un encuentro juvenil donde participan más de 100 mil peregrinos, quienes en oración honran la vida y sacrificio de ocho santos patronos, entre ellos seis son latinoamericanos.

En la JMJ Panamá 2019, los santos patronos que se venerarán hasta el próximo 28 de enero, son: San Juan Bosco, Beata Sor María Romero Meneses, San Juan Pablo II, San Juan Diego, San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima, San José Sánchez del Río y el Beato Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

La Estrella de Panamá preparó un breve resumen de la vida de cada uno de estos patronos, su vida en la fe, el amor al prójimo y la religión, así como su llegada a canonización.

San Juan Bosco, nació el 16 de agosto de 1815 en I Becchi, Castelnuovo D’ Asti, Italia. Queda huerfano a la edad de dos años. En 1859 fundó a los Salesianos con un grupo de jóvenes y más adelante cofunda las Hijas de María Auxiliadora con Santa María Mazzarello. Murió el 31 de enero de 1888, día que la Iglesia celebra su fiesta. También es conocido como “El Patrono de la Juventud” y fue canonizado el 1 de abril de 1934.
En Panamá, San Juan Bosco es el segundo santos que más fieles convoca, luego del Cristo Negro de Portobelo. Además en 2010, el país recibió la reliquia del santo patrono, que se trataba de una copia a tamaño real del cuerpo del santo, cuyos restos permanecen en Turín, Italia. La reliquia que reposa desde 2016 en la Basílica Menor Don Bosco, es un hueso del brazo derecho de San Juan Bosco, el cual era utilizado en vida por el santo para bendecir.

Beata Sor María Romero Meneses, nació el 13 de enero de 1902 en Granada, Nicaragua. Fue una religiosa salesiana nicaragüense, que murió el 7 de julio de 1977.
Durante siete años en Nicaragua impartió clases de música en el Colegio María Auxiliadora de Granada. Además se desempeñó como asistente de las alumnas internas e impartiendo clases de piano, canto, dibujo, pintura y mecanografía.
En 1931, la congregación de la religiosa la envió a San José, Costa Rica, donde se dedicó a servir a los necesitados durante 46 años. A pesar de considerar a Costa Rica como una "segunda patria", Sor María siempre se consideró nicaragüense y nunca renunció a su ciudadanía. El 18 de diciembre de 2000 fue declarada Venerable por el papa Juan Pablo II, y luego el 14 de abril de 2002, la proclamó Beata.

San Juan Pablo II, nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, Polonia, fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte el 2 de abril de 2005. Durante su pontíficado visitó 129 países, entre ellos Panamá en 1983. Fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, recordado especialmente por su lucha contra la expansión del marxismo en Iberoamérica, donde combatió enérgicamente al movimiento conocido como la teología de la liberación. El santo padre sufrió el primer intento de asesinato 13 de mayo de 1981, mientras saludaba a los fieles en la plaza de San Pedro. Posteriormente, en Fátima ocurrió otro atentando en la noche del 12 al 13 de mayo de 1982. San Juan Pablo II fue canonizado en 2014, durante el pontificado del papa Francisco.

San Juan Diego, nació el 5 de mayor de 1474 en Cuautitlán, México. Según la tradición católica se trató de un indígena chichimeca que presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531. Era un hombre considerado piadoso por los franciscanos y agustinos asentados en Tlatelolco, donde no había convento ni iglesia, sino lo que se conocía como "doctrina", una choza donde se oficiaba misa y se catequizaba. La tradición refiere que cuando Juan Diego mostró al obispo las hermosas flores durante un helado invierno se apareció milagrosamente la imagen de la Virgen, llamada más tarde Guadalupe por los españoles, impresa en el ayate. Murió 30 de mayo de 1548 y fue beatificado en 1990 y canonizado en 2002, en ambos casos por el papa Juan Pablo II.

San Martín de Porres, nació el 9 de diciembre de 1579 en Lima, Perú. Fue un fraile peruano de la orden de los dominicos. Se trató del primer santo mulato de América. Es conocido también como "el santo de la escoba" por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad. Murió en Perú el 3 de noviembre de 1639. De todas las virtudes que poseía Martín de Porres sobresalía la humildad, siempre puso a los demás por delante de sus propias necesidades. Su proclamación como santo fue sustentada por las milagrosas curaciones que ocurrieron a una anciana gravemente enferma en Asunción, Paraguay en 1948 y a un niño con una pierna a punto de ser amputada por la gangrena en Tenerife, en España en 1956. Fue canonizado el 6 de mayor de 1962 por Juan XXIII.

Santa Rosa de Lima, nació el 20 de abril de 1586 en Lima, Perú. Fue una mística cristiana terciaria dominica, que se convirtió en la primera nacida en América en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia católica. Fue proclamada excelsa patrona de Lima, del Perú en 1669, del Nuevo Mundo y las Filipinas en 1670. Además, es patrona de institutos educativos, policiales y armados. En virtud de la enfermedad que le produjo la muerte, es santa patrona de los tuberculosos. Falleció el 24 de agosto de 1617 y canonizada por el papa Clemente X en 1671.

San José Luis Sánchez del Río, nació el 28 de marzo de 1913 en Michoacán, México. Se trató de un joven cristero de 14 años de edad, procesado y ejecutado por oficiales del gobierno de su país, durante la Guerra Cristera el 10 de febrero de 1928. Fue declarado beato por el cardenal José Saraiva Martins en la ciudad de Guadalajara el 20 de noviembre de 2005, durante el papado de Benedicto XVI. El 21 de enero del 2016 el papa Francisco firmó el decreto que habilita su canonización, la cual se llevó acabo el 16 de octubre de ese mismo año en Roma, por el mismo pontífice.

Beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero, nació el 15 de agosto de 1917, en Ciudad Barrios, El Salvador. Conocido también como monseñor Romero, fue un sacerdote católico y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980), célebre por su prédica en defensa de los derechos humanos y por haber sido asesinado el 24 de marzo de 1980, durante la celebración de la misa en la capilla del hospital Divina Providencia. La Iglesia católica lo venera como santo y algunos de sus fieles se refieren a él como san Romero de América. Tras su muerte en 1980 fue en octubre de 2018, que el papa Francisco anunció su canonización.