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- 31/03/2024 15:09
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Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2024 han pasado por la selva del Darién 109.069 migrantes irregulares
Más del 60 % de los 109.000 migrantes que atravesaron la peligrosa selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, durante el primer trimestre de 2024 son venezolanos, seguidos a mucha distancia de los ecuatorianos, informó este domingo el Gobierno panameño.
Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2024 han pasado por la selva del Darién 109.069 migrantes irregulares, reveló el Ministerio de Seguridad Pública en la red social X, una cifra que supone un récord histórico frente a los 87.390 del mismo periodo del año pasado.
Así en enero pasaron 36.001 migrantes, 37.165 en febrero y 35.903 en marzo, frente a los 24.634, 24.657 y 38.099, respectivamente, de 2023.
“La nacionalidades con mayor ingreso durante el 2024 son: venezolana 69.568, ecuatoriana 8.912, haitiana 7.253 y colombiana 7.030”, detalló el Ministerio de Seguridad Pública, que acompañó el mensaje con el lema de su campaña ‘Darién no es una ruta’, con la que trata de incentivar otras vías migratorias hacia Norteamérica.
El aumento de migrantes por el Darién en su trayecto hacia EE.UU. o Canadá en busca de mejores condiciones de vida ha sido progresivo desde 2021, llegando a la cifra récord de más de 520.000 en 2023, el doble que el año anterior y para 2024 se espera un aumento de hasta un 20 % con respecto al año anterior.
En 2023 los venezolanos también fueron los ciudadanos que más cruzaron el Darién, con 328.667, seguidos de los ecuatorianos con 57.222, los haitianos 46.558, y los chinos 25.344.
Los peligros a los que se deben enfrentar los migrantes en la selva del Darién son numerosos, desde los naturales, con crecidas repentinas de ríos o los ataques de animales salvajes, a la presencia de bandidos que roban y violan, o la falta de agua potable, contaminada muchas veces por los excrementos o los cadáveres de otros migrantes.
Superada la selva, Panamá registra a los migrantes a su llegada a las poblaciones indígenas o en los centros de recepción migratoria (albergues) donde les dan cobijo y alimento, para luego coordinar la salida en autobuses hasta Costa Rica, un desplazamiento que se deben costear ellos mismos.
Las autoridades panameñas han endurecido el discurso hacia el tránsito de migrantes por la selva e insisten en que este es un “negocio” del crimen organizado.
También han criticado la labor de organizaciones humanitarias importantes como Médicos Sin Fronteras (MSF).
MSF suspendió su atención médica y humanitaria en el Darién a comienzos de este mes por “orden” del Gobierno panameño, que acusó a esa ONG de enviar informes “incompletos” de migrantes víctimas de violencia sexual durante su travesía por la selva.
La organización sanitaria había informado que en 2023 dieron atención médica integral a 676 migrantes víctimas de violencia sexual en el Darién, y solo en enero de este año habían registrado 120 casos más, “un acto de violencia sexual cada tres horas y media”.