Una ‘moñona’ que convoca a multitudes en tierra santeña

Actualizado
  • 21/07/2014 02:00
Creado
  • 21/07/2014 02:00
Varios kilómetros de calle fueron abarrotados por creyentes que, con velas encendidas, cánticos y oraciones, elevaban una plegaria 

La iglesia del pueblo de Las Tablas estaba repleta. En el interior del templo no se cabía más, al punto que las escaleras que bajan hacia el famoso parque Belisario Porras se convirtieron en graderías para los fieles que buscaban un sitio donde acomodarse.

Tanta era la cantidad de personas que la calle principal y parte de la propia plaza se transformaron en un amplio campo de concentración cristiana lleno de devotos que se congregaron para escuchar la homilía que sería la antesala a una multitudinaria procesión, realizada el pasado sábado en horas de la noche.

Las campanas en la torre de la iglesia de Santa Librada parecían no poner fin a su repicar. Según han contado algunos lugareños, es tradición que su repique sea extenso. ‘Se hace en honor a la santa’, aseguraron muchos.

Al caer la noche, un alegre canto anunció el inicio de la misa, que fue presidida por el arzobispo emérito de Panamá, José Dimas Cedeño, a quien desde hace varios meses no se le veía en público.

Una homilía poco conflictiva y más conciliadora enmarcada a la festividad cristiana que experimenta actualmente el pueblo de Las Tablas fue la columna vertebral de su discurso.

‘Es Cristo quien nos ha traído aquí para mostrarnos su amor, a través de esta virgen y mártir’, dijo el arzobispo emérito como nota central de su esperado discurso, evadiendo la costumbre de abordar temas políticos y sociales, aunque no olvidó hacer un llamado a la solidaridad y cuidado del medio ambiente, aludiendo a la pasada crisis que enfrentaron los pueblos de la región por la contaminación del río La Villa.

Al terminar la eucaristía, el pueblo hizo lo propio y se preparó para iniciar la kilométrica y multitudinaria procesión.

Bandas musicales de los colegios cercanos e instituciones públicas afinaban sus instrumentos a las afueras del parque Porras, las mismas acompañarían la caminata entonando himnos populares de la religión católica.

Un puñado de acólitos, junto al párroco Roberto Martínez, se abrieron paso entre la multitud que aguardaba a las orillas de la calles para iniciar la procesión. Detrás de ellos, miles de feligreses con velas encendidas iniciaron la caminata que duró, al menos, cuatro horas recorriendo las principales calles del pueblo de las tablas.

A unos 300 metros de allí se asomaba la corte sacerdotal que, encabezada por el arzobispo emérito, era integrada por el nuncio apostólico del Vaticano en Panamá, Andrés Carrascosa; el obispo de la diócesis de Chitré, Rafael Valdivieso; y varios sacerdotes más. Justamente detrás de ellos, era cuando se iniciaban a observar las muestras de devoción más impresionantes de toda la caminata.

Personas tomadas de la manos de algún familiar o amigo caminaban con los ojos vendados, los creyentes aseguran que han recibido un milagro y esa es la forma de agradecerle a la santa el favor concedido.

Otras personas descalzas, niños que caminaban de la mano de sus padres vestidos con atuendos azules y rojos simulando la vestimenta de la santa, formaban parte de una multitud que agradeció algún favor que aseguran haber recibido. ‘¡Allá viene!’, ‘¡Qué hermosa!’, ‘¡Viva!’ eran los gritos de las personas que, apostadas a las orillas de la calle, lograban divisar el anda que traía la imagen de la santa en procesión. Rosas rojas, blancas y cientos de claveles hacían parte del atractivo decorativo de la imagen, pero la mirada de todos se centraba en un solo lugar, la fastuosa joyería que cargaba sobre sus vestidos la pequeña imagen.

‘El valor es incalculable, allí hay prendas de todo tiempo, en su mayoría de oro, son ofrendas de los creyentes y otras son pagos por milagros’, aseguró Leonardo Cedeño, del comité organizador de la festividad, quien dijo que la cantidad de ofrendas es tan elevada que sólo alcanzaron a colocar una reducida cantidad del tesoro que custodian.

Pero un pequeño detalle, poco usual se observó en esta ocasión detrás de la imagen. Un largo cordón de plata de unos nueve metros de largo colgaba en la parte posterior de la imagen. Él unía los extremos florales del anda. De ese cordón colgaban figuras de órganos humanos que, según explicaron los devotos, representan un milagro de sanación corporal y cada uno de esos pequeños dijes es una historia de vida.

La procesión no se detuvo, y al topar la media noche logró llegar al templo, tan puntual como lo habían pactado en las volantes que voluntarios de la organización entregaban por las calles durante la mañana del día anterior.

Al llegar allí, un despliegue de fuegos artificiales adornó el cielo nocturno del pequeño pueblo de Las Tablas, como si fuera una competencia de carnaval, desde ‘La Bolívar’ y ‘Punta Fogón’ se hicieron cargo de ese espectáculo, al tiempo que los creyentes, a las afueras del templo, abarrotando cada esquina del parque central, aplaudían y gritaban: ‘¡Viva Santa Librada!’.

LA SERENATA

Al finalizar el acto pirotécnico, se daba inicio a una serenata de varias horas.

Artistas populares, entre ellos Ulpiano Vergara y la trovadora Dayra Moreno entonaron sus mejores piezas musicales en honor a la santa que todo un pueblo ha venerado durante 24 horas sin interrupción.

La festividad cerró ayer con una misa campal.

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