El pacto de los ‘aguiluchos’

Actualizado
  • 09/01/2012 01:00
Creado
  • 09/01/2012 01:00
PANAMÁ. Aunque las clases ya habían culminado aquel nueve de enero de 1964, el profesor Carlos Arrieta de la Hoz decidió permanecer junt...

PANAMÁ. Aunque las clases ya habían culminado aquel nueve de enero de 1964, el profesor Carlos Arrieta de la Hoz decidió permanecer junto a 10 de sus colegas en el Instituto Nacional. ‘Las cosas estaban calientes...’, recuerda quien en aquella época impartía la materia de geografía e historia en el ‘Nido de águilas’. Horas antes, durante el recreo, un grupo de jóvenes ‘zonians’ en motocicletas habían estado rondando la puerta metálica del colegio (la que da a la Avenida de los mártires). Vestían jackets de cuero y portaban cuchillas automáticas. ‘Come on, raise that flag of yours...’, gritaban en inglés a los estudiantes.

La franca provocación de los motociclistas había dejado un mal sabor de boca en el Instituto Nacional. Entre el estudiantado y los profesores las suspicacias no se hicieron esperar. ‘¿Cómo esos gringos sabían que se planeaba izar la bandera? Esa fue la pregunta que encendió la escuela’, rememora Arrieta de la Hoz, quien ocupó el puesto de rector durante 10 años (1978-1988).

Las sospechas inflamaron el debate entre los 255 estudiantes que permanecían en el colegio. En el grupo habían miembros de distintas facciones políticas, que comenzaron a discutir acaloradamente. Todos anhelaban ser escogidos para llevar la bandera hasta la Escuela Superior de Balboa, donde el pabellón estadounidense ondeaba en solitario, sin cumplir con el acuerdo Chiari-Kennedy, firmado años atrás, el cual establecía que la tricolor istmeña debería ser izada junto a la de Estados Unidos en todos los sitios públicos de la Zona del Canal.

Hoy, 48 años después de la gesta patriótica, Arrieta de la Hoz culpa a la entonces juventud de la democracia cristiana por alertar el día anterior -8 de enero- a los ‘zonians’ acerca de las intenciones estudiantiles.

DETONANTE

Arrieta de la Hoz señala que sucesos como el ‘Movimiento inquilinario’ de 1925 contribuyeron a ‘encender la mecha del nueve de enero de 1964’. No obstante, opina que la ‘gota que derramó el vaso’ fue la renuencia seis días antes de un policía ‘zonian’ de izar la bandera panameña junto a la estadounidense en el Monumento de los Héroes de Gamboa.

En su mente todavía se mantienen nítidas las imágenes de la marcha estudiantil que atravesó la avenida e ingresó en el enclave canalero, pasando en silencio frente al Hospital Gorgas. Cuando se acercaron a la Escuela Superior Balboa un grupo de policías ‘zonians’, armados con toletes y varas, los esperaba. ‘Si ellos podían defender así su bandera, por qué nosotros no podíamos sacar la cara por nuestro país’, reflexiona Arrieta de la Hoz.

Afirma que durante los hechos de violencia que se registraron después se tomó una fotografía que le dio la vuelta al mundo y en la que se podía observar a dos estudiantes del Instituto Nacional trepando una cerca con una bandera. Comenta que los mismos pertenecían al primer ciclo del Instituto Nacional -vestían camisas con mangas cortas-, por lo que no pertenecían a la marcha original que llevaba la bandera, sino que sumaron a los disturbios que se formaron posteriormente, después de que se ‘corriera la bola de que estaban baleando al ‘Nido de águilas’’.

ACUERDO POR LA PATRIA

Según el docente, que acompañó a sus alumnos durante su frustrado intento de izar el pabellón en el colegio ‘zonian’, existe entre los ‘aguiluchos’ (estudiantes del ‘Nido de águilas’) que participaron en la fecha nacionalista un pacto no escrito. El mismo establece, entre otras cosas, que no se debe solicitar casas en las áreas revertidas o algún otro tipo de recompensa por haber defendido el ideal de un nación realmente soberana en el ‘64. ‘La patria se defiende gratis’, proclama quien realizó estudios en Chile.

Comenta que cuando el grupo de ex colegiales se reune abandonan cualquier tipo de formalismo, rehusándose a emplear sus respectivos títulos profesionales. ‘Ellos se tratan como si todavía estuvieran en la escuela, llamándose unos a otros con sobrenombres’, manifiesta.

GENERACIÓN SIN HISTORIA

Cada nueve de enero, Arrieta de la Hoz participa junto a los ‘aguiluchos’ de aquella época de un acto conmemorativo en el aula máxima del Instituto Nacional. ‘Siempre hay problemas con el director o con quien esté a cargo de la escuela, porque ellos no tienen idea de lo que es el nueve de enero’, lamenta el ex profesor.

Critica la forma como actualmente se enseña la historia panameña, como si ‘fuera un directorio telefónico, con nombres y números’. ‘Así no es la historia de un país. Debe ser una misión del estado que los panameños conozcamos quiénes fuimos y hacia dónde vamos’, dictamina.

Destaca que a diferencia de las generación actual, la suya tuvo la suerte de contar con docentes como Carlos Manuel Gasteazoro y Àngel Rubio. ‘El sentimiento patriótico es algo que nos transmitieron nuestros profesores, y que, a su vez, yo transmití a mis estudiantes’, apunta.

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