El presidente José Raúl Mulino fue el encargado de dar la orden para que la tuneladora “Panamá” comenzará sus operaciones por debajo del Canal de Panamá,...
- 10/06/2010 02:00
- 10/06/2010 02:00
PANAMÁ. En la Universidad de Panamá (UP) recién este año se eliminaron los exámenes de admisión para atraer más estudiantes; sin embargo, en países como Uruguay, en la Universidad República de Uruguay, esta barrera nunca ha existido.
En España, por su parte, el bajón es muy marcado. En la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), de 52 mil estudiantes están en poquito más de 35 mil este año. Ante esta marcada diferencia, los centros universitarios miran hacia otro mercado: la investigación.
Pero cuáles factores están detrás de esta merma de estudiantes, más marcada en tiempos en que la educación superior es casi obligatoria y las universidades privadas ganan terreno en las especializaciones.
Manuel Recuero, director de un centro de investigación de 40 doctores en la UPM y director de la carrera Ambiental y del Departamento de Ingeniería de esta institución, considera que la pérdida de alumnos en los años siguientes ‘irá a más’.
El catedrático, con 44 años en la docencia, considera que la educación superior en los últimos años es completamente distinta. ‘Antes los estudiantes iban con corbata, se ponían de pie cuando entraba el profesor, ahora estudian desde sus casas, hay aulas virtuales dentro de las propias universitarias y ya no hay que darles información porque ya la tienen’.
Agrega que lo que actualmente da el docente es conocimiento y capacitación, que es algo distinto, como si hablásemos de cambios de galaxias, es otra forma de enseñar y de aprender.
Los nuevos tiempos, señala Recuero, han hecho que las universidades ya no tengan puertas. Aunque hay una parte que aún recibe clases presenciales, nuestros alumnos están en todos lados, por eso la reducción de estudiantes en nuestros campus.
‘Las megauniversidades están desapareciendo para darle el espacio a un tipo de enseñanza más especializada’, afirma Recuero, testigo presencial de cómo cada año menos estudiantes acuden a las aulas de la UPM, que alberga una planta docente de 3,700, de los cuales 3000 tienen el grado de doctores.
Para aprovechar ese recurso humano, la UPM dedica a las investigaciones el tiempo que antes se asignaba a los estudiantes.
Sobre las acreditaciones a las que se someten las universidades para elevar la calidad de la enseñanza, Recuero, quien hace más de dos décadas creó, en la Universidad de Panamá, la carrera de Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones, dice que en España la acreditación la realiza una agencia local y que la UPM también contrató a una agencia norteamericana para acreditar tres carreras.
Oscar Melo, de la Universidad Católica de Chile, una universidad con 520 proyectos de investigación corriendo al mismo tiempo y con 25 mil metros cuadrados de laboratorios, reconoce que ellos también han tenido que renovar la oferta académica para mantenerse competitivos porque en su país hay más financiamiento para estudiar fuera.
Esta universidad, privada pero que recibe una gran inyección de ingresos estatales para sumar los 566 millones de dólares del presupuesto anual, se propone ahora expandir la investigación y la vinculación con la sociedad para aprovechar a los 8,000 docentes que alberga.
Por su parte, María Irene Balbín, rectora de la Universidad Agraria de La Habana, que tiene 6,200 estudiantes y 537 profesores, considera que también en su país la educación ha impuesto un cambio.
Balbín, doctora en Ciencias Agrícolas, señala que en su centro educativo aún se ponen exámenes de ingreso de matématicas, español e historia, donde tienen que lograr mínimo 60 puntos para ingresar. Otras universidades en la isla se manejan por el sistema de cupos, que generalmente son para aquellos que logran los mejores índices en la admisión.
Un caso que llama la atención es el funcionamiento de la Universidad República de Uruguay, con 112,707 estudiantes y que reciben la educación ‘absolutamente gratuita y de acceso irrestringido’.
La sobrepoblación estudiantil se da porque es la única universidad estatal de ese país y porque ingresa todo joven que tenga el título de bachiller. ‘Esto nos causa un problema serio de deserción, pero tenemos este compromiso por constitución’, señala Ana María Castro, docente universitaria.
Castro reconoce que también registran una baja en la matrícula y los docentes se dedican a la investigación, cuentan con 4,000 doctores y el 80 % de las investigaciones salen de la universidad.