Pésaj, la fiesta de la liberación de la esclavitud hebrea

Actualizado
  • 30/03/2018 02:01
Creado
  • 30/03/2018 02:01
Hoy el pueblo judío inicia la celebración de Pésaj que se extiende por una semana. Durante 8 días los hebreos se abstienen de comer harinas o alimentos con levaduras y harinas y recuerdan la salida de Egipto

Hoy, cuando aparezca la primera estrella en el firmamento, el pueblo judío celebrará la fiesta de la libertad, en hebreo llamada ‘Pésaj'.

La tradición se extiende por ocho días, tiempo en el que los judíos recuerdan el éxodo de Egipto luego de 210 años de esclavitud.

El nombre de Pésaj se deriva de la última plaga que El Todopoderoso azotó contra Egipto ante la negativa del faraón Ramsés en conceder la libertad al pueblo hebreo.

La festividad comienza con una cena ‘séder' en la que participa toda la familia y debe incluir la matzá, o pan ácimo, vino, apio, lechuga amarga, huevo duro, dulce de dátiles, ala de pollo asada, (además de los platillos principales), como parte del ritual de las bendiciones que se dicen mientras se lee la hagadá, o el libro que relata la salida del pueblo judío de Egipto.

En el libro Éxodo se relata la vocación de Moisés, elegido por Dios para salvar a su pueblo. El Señor lo envía ante el Faraón para que permita la salida de su pueblo al desierto, pero este se niega a pesar de las señales que daba el Todopoderoso al Faraón a través de las distintas plagas, 10 en total.

El pueblo judío estaba oprimido bajo el yugo del faraón Ramsés. Eran esclavos que trabajaban en pos de llevar a cabo los sueños de grandeza del reinado. Sufrían por maltratos diarios pero no se animaban a liberarse de su condición hasta que apareció la iniciativa de Moisés.

En la última plaga, la muerte de los primogénitos, el monarca ordenó la salida inmediata de los hebreos y así parten hacia la tierra prometida.

La historia dice que el camino duró 40 años en el desierto del Sinaí. Un lapso que tenía su lógica, ya que Dios deseaba dar paso a una nueva generación, fortalecida por los desafíos del desierto.

LA LIBERACIÓN DE EGIPTO

La fiesta de las Matzá, o pan ácimo, distintivo de Pésaj

Según la tradición hebrea la familia se reune para recordar la salida de Egipto.

Durante la fiesta no se puede comer pan o alimentos con levadura. En vez, se sustituye por la Matzá, hecha de harina y agua fría, cuya preparación no supera más de 18 minutos, ya que el proceso de fermentación habrá comenzado.

La Torá, el libro sagrado de los hebreos, dice que mientras Israel estuvo en el desierto atravesó diversas crisis, en las que se advierte que no había superado mentalmente su condición de esclavos para asumirse como un pueblo libre. Escaseaba el agua, los rebaños morían, y reclamaron a Moisés por las carencias. El pueblo olvida otra vez que Egipto no era solo la comida segura, olvida que el precio por esta era la esclavitud.

Moisés recurre al Todopoderoso y este le indica utilizar la palabra para que emane agua de la roca, pero este, en su lugar la golpea dos veces. Una acción que Dios califica como profanación y lo castiga: ya no podrá entrar a Israel, a la tierra prometida.

En el desierto, el pueblo hebreo recibió las tablas de la Torá que contienen los 10 principios básicos del comportamiento judío. Cinco están relacionados al prójimo y la otra mitad determina la relación del pueblo con Dios.

En el mundo de los cabalistas, la migración de Egipto, es el lugar donde el hombre encuentra seguridad y satisfacción materiales.

El hombre que se pensaba feliz, descubre que era esclavo del deseo de disfrutar y que no ha entregado de sí al prójimo.

El valor numérico de la palabra en hebreo para vino, ‘Yain', es el equivalente en hebreo de la palabra Sod (secreto). El vino ejemplifica el ‘secreto' de lo físico, es decir lo espiritual. Por lo tanto, en cualquier ocasión o evento espiritual, el judaísmo agrega vino para sacar el potencial espiritual inherente que hay en ese evento. Como dice el Talmud, ‘cuando entra el vino, sale el secreto'.

En la mesa, durante el séder, cada miembro de la familia lee un pasaje de la Hagadá, el libro que relata el éxodo de Egipto. Esto tiene como propósito hacer sentir a cada uno de los participantes como si estuviera saliendo de Egipto.

Las corrientes cabalísticas interpretan la fiesta como la oportunidad de liberarse de todo lo malo que ocurra en la vida del ser humano —vicios, malos pensamientos, angustias— y recibir con brazos abiertos y con fe, la llegada de mejor suerte.

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