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- 13/07/2012 02:00
- 13/07/2012 02:00
PANAMÁ..
Garantizar la escogencia de un profesional idóneo para sumarlo a los dos magistrados del Tribunal Electoral (TE) que coordinarán el próximo proceso electoral es el gran desafío que está en manos de los nueve magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
La tarea no es fácil, y entre sus normas de funcionamiento, la Corte no cuenta con una metodología para escoger al nuevo magistrado del TE y, hasta el momento, no se ha preocupado por diseñarla.
En noviembre del 2006, cuando Gerardo Solís fue nombrado magistrado del TE, la Corte se tomó un tiempo oportuno para establecer un procedimiento transitorio para la elección. ‘Eso permitió una selección justa’, opina el magistrado Eduardo Valdés Escoffery.
Para ese entonces, la presidenta de la Corte, Graciela Dixon, propuso un mecanismo que todavía los expertos califican como ‘histórico’ porque estuvo sujeto a estrictos parámetros de selectividad que tomaron en cuenta la trayectoria profesional de los aspirantes.
Tras un periodo de convocatoria, se hizo una preselección y, posteriormente, los magistrados entrevistaron a cada uno de los aspirantes.
LETARGO EN LA CORTE
Aunque la culminación del mandato del magistrado Solís es cuestión de cuatro meses, el pleno de la Corte ni siquiera ha empezado a analizar una convocatoria.
Esa falta de acción empieza a generar suspicacias. Ya hay quienes sustentan que el nombre del nuevo magistrado saldrá del Ejecutivo.
Así piensan políticos de oposición. Tal es el caso del diputado panameñista José Isabel Blandón, quien en reiteradas ocasiones ha señalado que el ‘ungido’ para ocupar la tercera magistratura del TE será ‘una persona del círculo del presidente Ricardo Martinelli’.
El planteamiento de Blandón se sustenta en que el presidente Martinelli cuenta en la Corte Suprema con una bancada a su favor: él ha nombrado a cuatro de los nueve magistrados de la Corte: Harry Díaz, Hernán De León, Luis Fábrega y Alejandro Moncada Luna.
En medio de los temores y suspicacias, políticos como el presidente del Partido Popular, Milton Henríquez, plantean que se debe buscar un camino ‘que permita cortar la ruta antojadiza del Ejecutivo’.
Sobre este planteamiento, la semana pasada Henríquez presentó ante la Comisión Nacional de Reformas Electorales (CNRE) una propuesta para que, a través de esta agrupación, se elevara una petición a la Corte para que los magistrados dejaran en el cargo a Gerardo Solís por diez años más.
Henríquez argumentó entonces que Solís ‘ha mostrado firmeza de carácter y se ha atrevido a contradecir al propio presidente Martinelli’. Ha dado muestras de independencia, amplió.
En tanto, el secretario del CEN, del PRD, Mitchell Doens, está seguro de que el Ejecutivo ‘quiere extender sus tentáculos hacia el Tribunal Electoral’, la única entidad en la que Martinelli ‘no tiene sus manos metidas o ha logrado controlar’.
La posición de Doens es secundada por el vocero del recién creado Frente por la Defensa de la Democracia, Mariano Mena: ‘el próximo blanco del presidente Martinelli es el Tribunal Electoral, para cerrar su círculo de poder’.
LA OPINIÓN DE SOLÍS
Aunque la propuesta no f ue considerada, el primero en guardar distancia sobre la alternativa de seguir en el cargo fue el propio Solís. Asegura que su nombre no sería avalado por los magistrados de la Corte. Está convencido de que abrir la posibilidad a una reelección es casi nula.
Aunque el magistrado Solís siempre se ha mostrado en contra de hablar de sus propios méritos, dice que la única puerta que podría dar cabida a una reelección es ‘si los magistrados de la Corte realizaran un juicio de valor sopesando la importancia que podría tener para el país la estabilidad del Tribunal Electoral y quién lo podría reemplazar’.
Por ahora Solís saca a relucir ‘ese hombre práctico’ que su círculo más cercano conoce: sigue manteniendo sus ideales en el cielo, pero sus pies en la tierra: una ventana hacia su reelección es una probabilidad casi inexistente, al tiempo que lanza una mensaje claro a la Corte ‘he estado anunciando con suficiente anticipación mi salida del Tribunal Electoral’.