Protesta se agudiza en Changuinola, ahora bajo estado de urgencia

  • 21/06/2025 00:00
En la ciudad empieza a escasear insumos en medio de duros choques entre la policía y manifestantes. Una cobertura especial de “La Decana” desde Bocas del Toro sobre la crisis por la Ley 462

La incertidumbre se podía sentir tan fuerte como la pesada humedad que cubre Changuinola. La mirada de la gente era breve en la céntrica avenida 17 de abril, pasos rápidos y encuentros apresurados. Nadie lo decía en voz alta, pero todos sabían que algo iba a ocurrir: la policía entraría a la ciudad.

La noche anterior hubo saqueos en plazas comerciales y oficinas públicas. Carros de la bananera Chiquita, la potentada transnacional enclavada en la ciudad, fueron tomados por encapuchados anónimos y autos de alquiler desvalijados junto a tiendas del aeropuerto. Imágenes crudas que llenaron las redes sociales y que parecían anticipar lo que venía.

En la mañana, tiendas de “chinitos” y supermercados se llenaron de golpe con compradores de última hora. Tunas enlatadas, arroz, carne, pasta, fueron desapareciendo uno por uno de la tienda. “Esta se va a poner feo, yo sabía que habría guerra al final”, dijo a La Estrella de Panamá un joven trabajador del “chinito”. Varias personas le preguntaban al dueño si había agua, pero la respuesta era la misma: se agotó todo.

Para colmo de males, la ciudad amaneció sin agua. El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) confirmó a las 6:00 a.m. que la planta potabilizadora de El Silencio se estropeó por una “variación de voltaje”. “Debido a los disturbios en el área, nuestro equipo de electromecánica no ha podido ingresar a la planta”, dijeron.

La falta de agua es un problema cotidiano en Changuinola; pero que ahora, bajo estado de urgencia, impuesta por la medida draconiana establecida por el presidente José Raúl Mulino para devolver el “orden” a la ciudad, encontrar agua podría ser un problema. Uno de varios que enfrentan los habitantes de la ciudad, que deben sortear bloqueos y choques entre manifestantes y la fuerza pública.

El artículo 55 de la Constitución, permite tomar medidas excepcionales en casos de crisis. La disposición contempla decretar estado de urgencia, una figura legal en la que se habilita el Gobierno para suspender ciertas garantías fundamentales de forma temporal. La Carta Magna describe dos supuestos para invocar dicha medida: guerra exterior y perturbación interna que afecte la paz y el orden público, siendo el segundo la justificación de Mulino.

Entre los artículos suspendidos total o parcialmente se encuentran aquellos que tienen que ver con la libertad personal e inviolabilidad del domicilio, la libertad de tránsito y residencia; así como la protección contra detenciones arbitrarias, libertad de expresión, de reunión y asociación.

Mientras la gente resolvía conseguir agua, un destacamento de la policía chocó con personas que protestaban en el sector de El Empalme, uno de los únicos puntos de ingreso a Changuinola. Y es que la ciudad se entra y sale por una sola vía: el puente del río que da nombre a la ciudad, que también está bloqueado.

Pocos pudieron conseguir gasolina, la única opción es buscarla en la frontera con Costa Rica por un costo tres veces superior de lo normal. Igual en las tiendas escasea el gas licuado para cocinar.

Este medio recorrió algunos sectores de la ciudad, que han quedado repartidos en puntos donde hay manifestantes, otros bloqueos en los que según los lugareños hay presencia de vándalos que roban a la gente, otros bajo control de la policía y unos, sobre todo residenciales, en los que la gente se ha refugiado en sus casas.

Un destacamento de al menos 150 policías, entre antimotines y fronterizos, avanzaron desde el cuartel de la ciudad. Un oficial daba instrucciones al grupo, hombres y algunas mujeres, casi todos jóvenes -equipados con cascos, escudos negros y escopetas lanza granadas-. Algunos en buses otros en carros blindados y escoltados por un camión reforzado con gruesas planchas de metal soldadas al frente y los laterales.

Los alrededores del aeropuerto se convirtieron en un campo de batalla, con sobrevuelo de helicópteros de la aeronaval lanzando granadas de gas, mientras que, entrada la noche, Finca 11 se convritió en un barrio popular de Changuinola e histórico bastión de protestas. Un corredor de humo, gritos y explosiones de escopetas que lanzaban gas irritante.

El gobierno en conferencia de prensa confirmó que buscará continuar el despliegue policial en la provincia. Mientras el Sindicato de Trabajadores de la Industria Bananera (Sitraibana), cuyo principal líder, Francisco Smith, se encuentra detenido acusado de estar tras los cierres y luego de pactar con la Asamblea Nacional un acuerdo para finalizar la huelga, se desligó de los actos vandálicos. La Estrella de Panamá conoció que los gremios docentes pidieron a sus bases en Changuinola evitar estar en la calle en las próximas horas, por seguridad.

Al cierre de esta edición siguen los enfrentamientos. Sin diálogo a la vista, la tensión no cede y nadie – ni en las calles ni en el gobierno- se atreve a decir cuándo ni cómo terminará todo,

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