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- 30/12/2026 12:29
Penonomé vive una paradoja en materia de transporte público. Mientras sobre el papel se proyecta una terminal de buses moderna, sostenible y con vocación urbana, en la práctica más de 50 prestatarias del transporte colectivo se mantienen desde 2024 fuera de la actual terminal, denunciando aumentos sorpresivos, falta de información y cambios sustanciales en un proyecto que, aseguran, ya no se parece al que les fue presentado inicialmente.
Desde el 2024, las rutas urbanas y periurbanas abandonaron la terminal ubicada en el patio del Boulevard Penonomé y operan desde el patio del Sindicato de Trabajadores del Transporte de la Provincia de Coclé (STTPC), a orillas de la Vía Interamericana, en un espacio que reconocen es insuficiente, pero que consideran “más transparente” frente a un modelo que cuestionan.
A un año de la salida de las prestatarias del terreno conocido como Boulevard, el Ministerio de Ambiente analiza un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) Categoría I, documento que sustenta un nuevo proyecto de terminal. En el estudio se detalla una inversión aproximada de dos millones de dólares, orientada a transformar la movilidad urbana y periurbana del distrito
Una terminal moderna, según el EIA
De acuerdo con el Estudio de Impacto Ambiental, la terminal estará ubicada en el corregimiento de El Coco, sobre la Vía Interamericana y en la intersección hacia el Estadio Virgilio Tejeira. El complejo ocupará una hectárea más 5,159 metros cuadrados y adoptará un diseño arquitectónico minimalista-industrial, con dos alas principales unidas por un puente administrativo de 500 metros cuadrados.
El documento técnico detalla una capacidad operativa capaz de atender el flujo actual de transporte colectivo: áreas de abordaje y desabordaje para 38 microbuses de manera simultánea, zonas de espera para 51 unidades, estacionamientos para taxis y usuarios, amplias áreas de circulación vehicular y espacios verdes integrados al entorno.
Sin embargo, este escenario descrito en el EIA contrasta con la situación real del sistema de transporte, que hoy opera fuera de la terminal formal y en condiciones provisionales.
Sostenibilidad y eficiencia: otro punto de contraste
El EIA también resalta un enfoque ambiental que prescinde del aire acondicionado central, apuesta por la ventilación cruzada y proyecta la futura instalación de paneles solares. A esto se suma un sistema de tratamiento de aguas residuales mediante un Tanque Séptico Mejorado tipo FAFA, diseñado para alcanzar un 95 % de pureza del agua tratada.
Estas medidas posicionan a la terminal como una infraestructura sostenible y alineada con estándares modernos. No obstante, el debate local gira en torno a si estas características técnicas son suficientes para resolver los problemas estructurales del transporte colectivo, que incluyen ordenamiento, costos operativos y uso real de la infraestructura.
Empleo, comercio y una proyección de 50 años
Según el Estudio de Impacto Ambiental, el proyecto generará 10 empleos directos durante la construcción y 25 empleos permanentes en su fase operativa. El promotor, Grupo Baruc, S.A., proyecta una vida útil mínima de 50 años, respaldada por la aprobación del uso de suelo RM1+C2, que permite una combinación de residencia de alta densidad y actividad comercial.
El documento plantea que la terminal se integrará a una zona de alta concurrencia escolar y comercial, lo que refuerza su viabilidad desde el punto de vista urbano. Sin embargo, la polémica surge al contrastar esta proyección de largo plazo con la ausencia actual de consenso entre los actores del transporte.