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- 16/06/2025 00:00
Once procesos administrativos, nueve fincas paralizadas, cuatro casos ante el Ministerio Público. La crisis del agua en Azuero ha generado una miríada de acciones legales y puesto 10 millones de dólares a la disposición de las autoridades para responder al estado de emergencia, pero la solución al problema permanece distante.
Funcionarios del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), Ministerio de Salud (Minsa) y Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), entre otras instituciones, pasaron la última semana visitando fincas, barriadas y otros sitios para contener la contaminación en el río La Villa y el río Estivaná.
La contaminación del Río La Villa y el Río Estivaná viene de varias fuentes. Mucho se ha hablado de las fincas porcinocultoras, pero los puercos no tienen la culpa de todo. El Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) ha abierto 11 procesos administrativos y el Ministerio Público lleva adelante 4 casos por la contaminación del agua, de acuerdo a la directora nacional de Verificación del Desempeño Ambiental de MiAmbiente, Marilyn García Paredes. Entre ellos se encuentran varias fincas, pero también el vertedero de Macaracas y una barriada que contamina con su tanque séptico.
“Nosotros ya tenemos un proceso penal y administrativo y hemos colaborado con el Ministerio Público en el caso del tanque séptico de la barriada”, afirmó García Paredes. “Esta barriada, con más de 60 casas, tiene un tanque séptico en total abandono que vierte sus aguas crudas al río Estivaná, que es afluente del río La Villa. El río presenta una alta presión antropogénica de distintas actividades que han hecho que no se pueda recuperar de manera natural. Las condiciones en las que se encuentra requieren la intervención inmediata de todo lo que estamos haciendo y hemos venido haciendo durante estas dos semanas”, explicó.
“Este es un alcantarillado, que en realidad, para mi concepto, no está al 100%”, manifestó Alexander Pérez Gutiérrez, residente de Macaracas y porcinocultor. “Aquí no hay planta de tratamiento. Usted no escucha nada trabajando allí. Solo, son unas tuberías puestas con manjoles. Los manjoles, donde está el alcantarillado, recogen los desechos de 90% de la población de Los Santos. El excremento llega a esas lagunas. No digo que no seamos parte de la contaminación. Pero esto es un problema social. Esto es un grupo de contaminantes. Tienen que ir agarrándolos a todos. No declarar la guerra a los porcinocultores. Todas esas porquerizas grandes que están sancionando, todas tienen permiso de MiAmbiente. Entonces, ¿cómo lo consiguieron?”, cuestionó.
Por otro lado se encuentra la contaminación por parte de los vertederos municipales. Los lixiviados, líquidos tóxicos que se filtran al correr el agua entre los desechos, se filtran desde el vertedero y llegan a las quebradas y ríos.
“Se sabe de dónde viene, se sabe que el lixiviado es el que cae a la quebrada, porque las aguas tú no las puedes controlar muy fácilmente. No tenemos los recursos para darle el buen mantenimiento al vertedero, tratamos de hacerlo lo más humanamente posible, pero las aguas siempre se filtran y llegan a la quebrada”, señaló el alcalde de Macaracas, Eliécer Cortés. “Entonces es un problema que hay que acabar de una vez, cerrando el vertedero. Pero hay que buscar solución, ¿dónde depositamos entonces la basura?”, cuestionó.
Cortés enfrenta un proceso administrativo y penal por la contaminación del vertedero municipal. “El problema todo el mundo lo conoce. Las investigaciones están viendo si está contaminado o no está contaminado y ya lo dijeron. Se dijo en el 2010, se dijo en el 2018, todos los años hacen pruebas. Yo tengo más de 40 años de vivir en Macaracas y ya el vertedero existía. Y desde el 2005 se viene dando el problema, se tocaba el tema, pero no se llega a la solución”, apuntó Cortés. “Yo creo que el gobierno tiene que nombrar una comisión de alto nivel para tomar decisiones. Pueden investigar y hasta meternos presos, pero sigue el problema porque no buscamos una solución”, declaró.
Además del vertedero de Macaracas, MiAmbiente advierte que el vertedero de Las Tablas también se encuentra en estado crítico. “Ya hicimos una inspección en sitio. Tenemos otros vertederos también en la provincia de Herrera, que también se encuentra en un estado que requiere atención inmediata. Tenemos el caso de los tanques sépticos y las plantas de tratamiento de algunas barriadas”, destacó la directora nacional de Verificación del Desempeño Ambiental de MiAmbiente. “Tenemos también las lagunas de oxidación que fueron abandonadas por administraciones anteriores, tanto en la provincia de Herrera como en la provincia de Los Santos. Y tenemos una situación también crítica en Playa Venao. Estamos tratando de dar con los culpables que generaron este tipo de abandono, de contaminación”, aseguró.
Las lagunas o tinas de oxidación son básicamente estanques de aguas residuales, dónde los residuos se depuran bajo el sol. La Estrella de Panamá observó, y olió, cómo funcionan en el distrito de Macaracas.
“Esta es la tina de oxidación”, apuntó el porcinocultor Steve Saucedo señalando una laguna oscura y espesa ubicada a un lado de la porqueriza. “Se supone que todos los servicios, todos los chiqueros tienen que venir a la tina. Este es sedimento de excremento. Aquí queda todo el excremento”.
Dependiendo del tamaño de la finca, algunas cuentan con múltiples tinas de oxidación, dónde las aguas residuales van drenando hacia abajo. En algunas fincas se utilizan mecanismos llamados biodigestores. “Un biodigestor es un tipo de saco o membrana que absorbe el metano. El gas que produce la m...”, explicó Saucedo. “Esto hace como una especie de tratamiento del agua donde se filtra y queda solamente la materia fecal. Y ahí produce gas. A eso se le pone un mechero o tubería y sigue encendido día y noche. El proceso de ese excremento se puede hasta utilizar, si tuviéramos una planta de tratamiento, para darle alimento entonces a los animales. Se llama cerdaza”, detalló.
Aunque hay fincas que utilizan este proceso en Panamá, para los pequeños productores resulta muy costoso. Saucedo estima que puede costar alrededor de 20 mil dólares hacer toda la inversión necesaria.
Estas lagunas de aguas residuales existen en distintas fincas alrededor de Azuero. El sedimento se tiene que sacar en camiones volquete y depositarlo en otro sitio para su tratamiento. El problema es que en algunos casos estas lagunas se encuentran cerca de los ríos, y cuando llueve la materia fecal y otros residuos van al agua. Un residente de Macaracas, Omar Villalaz, comentó que ha sido testigo de cómo dueños de fincas inescrupulosos aprovechan las lluvias para vaciar intencionalmente las aguas residuales en el río.
MiAmbiente también encontró casos dónde estas lagunas fueron abandonadas y se mantienen como estanques fétidos sin que nadie se quiera hacer responsable.
En el caso de Saucedo, que comparte la finca con otros 11 productores, las aguas residuales están lejos de cualquier río o quebrada. Sin embargo, la finca se encuentra en una zona inundable, lo que representa un riesgo evidente. Llevan dos años esperando ser reubicados.
“A la ciudadanía, no crea que los porcinocultores somos los únicos que contaminamos. Nosotros sabemos que hay contaminantes, pero los tratamos de reducir al máximo. Ojalá las autoridades vinieran aquí, el alcalde y todas las autoridades nos apoyaran, y pudiéramos poner un biodigestor. Eso mitiga olores, genera ganancias porque tú puedes poner una turbina, genera electricidad, eso nos puede abaratar los costos de producción”, concluyó Saucedo.
Hasta el momento hay nueve fincas paralizadas. MiAmbiente asegura que se han logrado trasladar varios animales a otras fincas. Pero esa no es una opción viable para muchos productores.
“Hay una suspensión temporal que tal vez no significa o no sirve para nada”, opinó el porcinocultor Luis Martínez. “Tiene que haber respuestas no económicas, logísticas. Tienen que estar al lado de nosotros. ¿Qué vamos a hacer? La gente no va a sacar los puercos. Me los llevaré a casa y los pondré en el cuarto,” remató sarcástico.
El director nacional de Salud Animal del MIDA, Reinaldo Viveros, reconoció el dilema. “La instrucción del Ministerio de Ambiente es cierre, pero estás claro de que en un establecimiento de producción animal no se desaparecen los animales. Hay que garantizar el bienestar animal, hay que dotarlo de alimentación y agua. Y lo que hay que hacer es lo que justamente se acordó con los doctores, cortar de forma inmediata la contaminación de las aguas”, enfatizó.
Cortar la contaminación es más fácil de decir que hacer. Hay que desarrollar planes para las fincas productoras, para los vertederos municipales, para las urbanizaciones y el alcantarillado local si se quiere detener la contaminación en los ríos. Es una tarea titánica, pero necesaria para la calidad de vida y la salud del pueblo azuerense.