Alondra Badano: ‘El concepto de democracia está en peligro en Panamá’

  • 10/08/2025 01:33
Exiliada por la dictadura, habla sobre cómo el destierro marcó su obra. La multipremiada escritora critica la deriva autoritaria en Panamá y alerta sobre los riesgos de abandonar los derechos humanos y la democracia

Exiliada desde su juventud por luchar contra la dictadura en Uruguay en los años 70s, la escritora panameña-uruguaya Alondra Badano, habla sobre los desafíos de la cultura en tiempos de inteligencia artificial, mayor mercantilización de la escritura y la banalidad de valores como la democracia y los derechos humanos. La catedrática de literatura en la Universidad de Panamá y cuatro veces ganadora del prestigioso Premio Ricardo Miró, reflexiona en torno a cómo el exilio marcó su vida y forjó su voz como autora comprometida, al tiempo que lanza una advertencia firme ante los peligros del avance autoritario del actual gobierno panameño.

¿Cómo ha sido escribir entre sus dos patrias: Panamá y Uruguay?

Es un enriquecimiento navegar entre dos culturas que tampoco son tan distintas, porque provienen del mismo tronco y trabajan con la misma lengua. Luego nos movemos en un mundo latinoamericano con idénticos problemas (...) al final también el tema de la patria se amplía, no creemos en fronteras estrechas, creemos en hábitos, en culturas o aspectos de costumbres, un poquito distintos.

Sus obras están cruzadas por un tejido político, también su trayectoria en el teatro. ¿Cómo fueron sus inicios con el teatro con compromiso social?

Yo creo que hay que estar en el lugar, que hay que estar. La historia reclama que la gente se pare firme. Es decir, que se diga lo que hay que decir. Yo nací en una trinchera cultural, de la que estoy sumamente orgullosa. No sería yo si no hubiera vivido esa época, en los años 70 y las dictaduras del Cono Sur. Las conocí todas, las de Brasil, Uruguay, Chile (...) estuve relacionada con muchísima gente que tuvo que salir al exilio, en la cárcel y desaparecidos. Eso me formó. Además, no hay que abandonar la defensa de los derechos humanos que hemos ganado. La batalla por la democracia, es una batalla del siglo de los últimos 50 años; pero cuidado porque esa batalla se pierde. Ganamos un espacio importantísimo, pero eso está frágil hoy. Hay que estar en defensa de los derechos humanos, la vida y contra la guerra. Es una vergüenza la guerra de Ucrania y Gaza. En Gaza hay un exterminio, un genocidio, una limpieza étnica contra los palestinos.

¿Qué escribir hoy en esas condiciones?

Hay que denunciar esa realidad tan terrible. Yo soy post Segunda Guerra Mundial, en mi juventud nos inculcaron que era un holocausto. Ahora hay un nuevo holocausto, el holocausto palestino. Hay que conservar los derechos que hemos ganado y una apertura hacia las mayorías que están necesitadas, justamente porque están vulnerables después de la globalización. Las mayorías han sido muy tocadas en los servicios básicos. Veo un ascenso de un grupo social que está necesitando nuevamente incorporarse en el poder, desplazando a los demás. Eliminando al que piense distinto, porque no somos enemigos, simplemente somos de diferentes pensamientos y una democracia tiene que tener heterogeneidad ideológica, ahí tenemos que vivir todos.

¿Estamos ante una regresión democrática?

Claro, además, con una banalización de las cosas fundamentales, una ambigüedad completa de los valores. Todo vale, robar, matar, quitarle la comida al otro. ¿Cuánto se han robado en Panamá, nuestro país? ¿Quién ha devuelto la plata? Nadie. Al mismo tiempo, la gente está viendo cómo se va desmoronando todo alrededor, sin trabajo y pronto les quitan derechos. Las instituciones van simplemente haciendo remiendos, casi performativos, que además se han debilitado. Luego está el tema educativo que va vinculando a lo económico, donde se ha valorizado la mediocridad en lugar de la calidad. Entonces, no solo es un problema de burocracia o corrupción, que lo hay, también hay una desvirtuación de las instituciones que esconde una realidad: la apropiación de la economía y la sociedad por un solo sector.

¿Concentración del poder?

Del poder y la riqueza. Panamá es un país rico, no es lógico que la gente no tenga agua. Además, los medios de comunicación son parte de ese juego.

Recientemente, hubo protestas por la reforma de la seguridad social y fue reprimida desde el Gobierno ¿Cuál sería entonces una salida en democracia?

No tengo la respuesta, pero el autoritarismo no es la salida. Cuando era joven estaban los partidos, pero han perdido el espacio ideológico que ocupaban hace 30 años. Ahora se enamoran unos con otros en el poder, todos están casados con todos. Panamá, la República de los primos, pero primos en los negocios. Los lazos con los hijos o su mujer los pueden romper, pero el de la plata no. También los movimientos sociales se han empobrecido, pero por algo los atacan. Son una voz disidente y de protesta. Una democracia tiene que tener partidos políticos diferentes, gremios e instituciones positivas de todo tipo. Eso es democracia, pero el concepto de democracia está hoy en peligro.

¿Está en peligro el concepto de democracia en Panamá?

Claro que sí. Para empezar, tenemos un mandatario que salió por un 34%. Eso te pone a pensar, ¿es una democracia representativa? Además, salió por cola y votos de otro, el innombrable. He oído al señor presidente decir: “Esto va porque va”, yo he sido profesora y jamás le he dicho a un alumno: tiene cero porque tiene cero, ¿eso qué es? Un dirigente, un presidente, es un profesor también; él va guiando, educando y mostrando caminos. Si no, cierras el camino. El problema es institucional, pero también está la personalidad. A veces la personalidad es más fuerte que la institución, eso lleva a un camino dictatorial. Yo lo viví, eso es peligroso. Viví en Uruguay la dictadura, no la merecíamos, pero salimos adelante.

El gobierno asegura que si ha llevado diálogo democrático y más bien los otros no presentan propuestas, como con la Ley 462 de la Caja de Seguro Social...

Eso es falso, si hubo propuestas de discusión. La Universidad de Panamá hizo una propuesta formal y sustentada, igual otros. La gente no es estúpida. Yo aspiro a que la gente reaccione, el pueblo panameño es noble y bueno, lo conozco porque he trabajado en varias provincias por décadas. Se me encoge el corazón, un país con tantos recursos y tanta desigualdad, la gente no merece eso.

¿Cuál debe ser el rol de los escritores en tiempos de autoritarismo?

Ponerse al lado de la gente. Mostrar lo que la gente necesita y le guste leer. Aunque también cada escritor tiene su camino. La gente es la que da los temas, salen de la cotidianidad. Ahora, es mi opinión y yo hablo por mí. No tengo que decirle a nadie sobre qué tiene que escribir.

¿Cómo ve la inteligencia artificial en la escritura y literatura?

La inteligencia artificial llegó para quedarse, de ahí no vamos a salir. Es una transición de calidad en todo el pensamiento. Porque ella ya piensa, pero no siente, por tanto hay que reforzar la sensibilidad, reforzar la humanidad. Es un instrumento que dominándola, creo que pudiera aportar. De un hecho un día se me ocurrió preguntarle por un poema sobre Berta Cáceres, un líder indígena hondureña, pero le precisé que fuera a la manera de Alondra Badano.

¿Y qué le dijo?

Primero me elogió con muchos datos de mis obras (...) y luego al verlo me dije: pues yo ya no tengo que escribir nada, está fantástico (risas), me gusta el poema. Yo tengo una mente madura, pero alguien joven podría querer publicarlo así, allí hay un peligro. Digo no puede sustituir el elemento humano, pero se puede jugar con eso. Si tú lo entiendes como un diálogo y lo dominas, puede ser muy útil. Ella (la inteligencia artificial) piensa pero no siente. En la medicina ha sido muy útil, es una gran herramienta pero debe manejarse con cuidado.

Pero en un contexto mercantil de la cultura se podría hacer fábricas de libros con inteligencia artificial...

La plata manda, ya lo dijo José Martí, el que paga manda. Entonces eso es un riesgo. Si hablamos de vulnerabilidades con la inteligencia artificial, esa es una.

Con las nuevas tecnologías, cómo garantizar que la cultura llegue a los sectores populares...

Si tú no manejas hoy la tecnología, pues estás marginado. Así es de fácil. Si la educación no incorpora el dominio de la tecnología, estamos en una educación marginada, que es lo que está pasando. También todo es dialéctico, por ejemplo en Francia están tomando unos criterios los docentes de volver a escribir con lápiz y papel, los niños no pueden usar el teléfono celular o la tecnología desde pequeños, tienen que hacer un proceso de desarrollo mental y gestual, manejar mucho la mano y hacer muchos ejercicios para que se desarrolle su mente. En la vida vas a tener que resolver problemas más complicados y no los puedes resolver porque no fuiste directamente a tu cerebro sino a lo que dice la computadora. También debes tener tu propio proceso.

Entiendo que estará en la Feria del Libro ¿Qué nos trae para la feria que arranca este lunes?

Un proyecto que se llama “Un libro, un sueño”. El que pase en nuestro stand lo va a poder hacer, con producción creativa, soñando con la gente y conversando con retroalimentación junto a estudiantes escritores.

Escribir y comprar libros se ha vuelto muy caro...

Me preocupa un poco esa propuesta en cuanto a la producción de libros puramente mercantiles. En la feria hay algo parecido, esperemos que sea de calidad, pero creo que debe incorporarse más a los autores nacionales y a Centroamérica. No entiendo los criterios de selección del programa, algunos locales para escritores se repartieron en Instagram sin mayor filtro que el pago. Debe haber más rigurosidad en la propuesta cultural y no solo debe ser la plata.

¿Qué le diría a los jóvenes que quieren escribir en medio de este panorama de más incertidumbre, desigualdades y autoritarismo?

Que no les importe eso, que escriban y lean. Los obstáculos se vencen con el trabajo, quien tiene un proyecto que lo haga, yo creo mucho en los jóvenes. Si uno tiene algo que decir, que no se calle. La escritura es una posibilidad de no callarse y tener una voz. Además, el péndulo va y viene, cuanto más los repriman, más ganas tienen de hablar y de salir adelante.

Alondra Badano
catedrática y escritora panameña-uruguaya
El autoritarismo no es la salida. Cuando era joven estaban los partidos, pero han perdido el espacio ideológico que ocupaban hace 30 años. Ahora se enamoran unos con otros en el poder, todos están casados con todos”
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