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- 18/08/2009 02:00
- 18/08/2009 02:00
COCLÉ. Los 18 campesinos que el pasado jueves 13 perdieron su hogares, tras deslizamientos de tierra en las comunidades de Las Palmillas y La Vieja de Chiguirí Arriba, del distrito de Penonomé, aguardan la esperanza de volver a contar con una casa.
En este desastre natural cuatro residencias tuvieron pérdida total dejando a unas 18 personas completamente desprotegidas.
María Leonidas Ovalle y su esposo Melanio Medina con lágrimas en los ojos recuerdan que Dios los salvó de morir aquella tarde cuando se encontraban en una casa de quincha que tienen a orillas del río Chiguirí, allí es donde más habitan en el día, el río creció y los acorraló sin poder salir del lugar.
Sólo se refugiaron en la fe en Dios a quien pedían los protegiera de las crecidas. Allí se encontraban María L. Ovalle con su esposo Melanio, su hija Dioselina y su bebé.
Lloraban por temor a ser arrastrados, pero poco a poco el río fue bajando el caudal y salieron de la casa que había sido presa de la inundación. Su único objetivo era llegar a la casa de cemento que el MIVI les hizo para estar supuestamente protegidos de las inclemencias del tiempo, pero antes de entrar a ésta el barranco del cerro se le fue encima y sólo vieron cuando desaparecía debajo del lodo.
La familia huyó hasta ponerse a salvo y llegar a la casa de otros vecinos lejos del lugar. Se han quedado completamente en la calle. Están refugiados en casa de un pariente, pero les duele haber perdido lo que con tanto sacrificio había logrado, sus camas, muebles y demás. Lo único que les quedó fue lo que tenían encima.