Santamaría y la inexistente democracia representativa

Actualizado
  • 25/08/2023 00:00
Creado
  • 25/08/2023 00:00
En su primera obra, “Cantos de sirena”, el médico patólogo publica una compilación de artículos que motivan al conocimiento, reflexión, generación y debate de ideas de diferentes temas nacionales
Esta es la primera obra del médico patólogo Leopoldo Santamaría, de 77 años.

En su obra Cantos de sirena: La falacia de la democracia representativa y la urgencia de una constituyente, el médico patólogo Leopoldo Santamaría hace un diagnóstico de la situación del país.

El libro es una compilación de artículos de opinión que motivan al conocimiento, reflexión, generación y debate de ideas de los temas nacionales para orientar a los ciudadanos a la construcción de un nuevo contrato social.

“Vuestro deber es procurar consciencia, ser protagonista y luchar por construir una mejor sociedad; no deben permanecer en el letargo, ajenos e indolentes ante las desigualdades sociales, como si estas debieran ser a perpetuidad”, señaló en la introducción de la obra.

El estudio y análisis que realizó el galeno –de 77 años de edad– para escribir sus artículos, le permitieron establecer que en el país no existe una democracia representativa y que es “urgente” convocar a una constituyente.

“(La democracia representativa) está fundada en el engaño, pero develar su falsedad e inoperancia es un desafío que exige pensar, y como ejercitar esta facultad no es práctica común, con la participación del electorado, él reemplaza su instrumento y mantiene estable las estructuras que le permiten saquear los recursos públicos y sacarle el máximo provecho al trabajo y el esfuerzo del resto de la población”, explica en la introducción de la obra.

Constituyente y justicia

La compilación de escritos de más de tres décadas inicia con uno titulado “La constituyente”, en el que admite que el actual contrato social tiene un origen autocrático y militarista que sirve para que predominen gobiernos de personas y no de leyes.

En este escrito crítica abiertamente el sistema presidencialista. “Es un vicio que debemos corregir si queremos vivir en democracia: para que ningún gobernante imponga su voluntad sobre la ley ni sobre el querer de las mayorías ...”, señaló.

En “Crisis constitucional”, Santamaría establece que la única vía pacífica, incluyente y capaz de conferirle legitimidad al ejercicio del poder público es la constituyente, a secas, no para lelas ni lelos ...”.

Mientras que en “La Sala Quinta”, el autor expresa su sentir sobre la administración de justicia: “La falta de credibilidad es un hecho público y notorio ...”. Al mismo tiempo, recuerda un proyecto para crear la Sala Quinta con el propósito de resolver la mora judicial, proteger las garantías individuales y atender los procesos de casación laboral.

El autor incluye críticas a emblemáticos temas como la operación “Causa Justa”, que justificó la invasión de Estados Unidos a Panamá, el 20 de diciembre de 1989. “Muchos años después de aquel horrendo y vergonzante episodio, algunos no advierten que con los tratados suscritos en 1979, los objetivos de la gesta heroica el 9 de enero de 1964, de eliminar la ominosa cláusula de perpetuidad y recuperar los derechos propios de un Estado soberano, fueron traicionados”.

La cereza del pastel

Mientras que en “La cereza del pastel”, el autor recuerda que con cada cambio de gobierno quedamos saturados de promesas que no se convierten en realidad. “Una vez nos venden y nosotros tontamente les compramos sus programas...”. De allí surge el nombre del libro: Cantos de sirena, una expresión que hace alusión al peligro de dejarse seducir por falsas promesas.

En sus casi 300 páginas, el autor retrata la situación nacional, los desencantos y desilusiones que producen a los ciudadanos decentes los “caóticos” gobiernos después de 1994 y a quienes responsabiliza de ir degradando el ambiente social y económico, pero sobre todo político de su “amado” Panamá.

En palabras del constitucionalista y catedrático universitario Miguel Antonio Bernal, el libro ofrece un aporte significativo por reunir en sus páginas las denuncias y reclamos de lo que no es un buen gobierno, de lo que significa ser elegido, no para gobernar, sino para lucrar de los bienes públicos.

Recoge, “sin un orden específico, todo tipo de tropelías, robos descarados, atropellos, contratos, adendas, desfalcos y abusos que se realizan sin ningún rubor”, explicó Bernal, quien tuvo el honor de escribir el prólogo de la obra.

“Hacía mucho tiempo no había tenido la oportunidad de leer en un solo libro tanto dolor de patria, tanta preocupación por las tropelías que, sin preocupación alguna, nuestros gobernantes de todos los partidos y poderes, que día a día nos van arrebatando, en forma descarada y en nuestras propias narices, nuestro dinero, nuestra tranquilidad y nuestro futuro”, concluyó Bernal. La obra ve la luz pública por recomendación del constitucionalista y catedrático universitario.

Educando con conciencia social

Santamaría, egresado del glorioso Nido de Águilas –Instituto Nacional–, en una época en que los estudiantes adquirían conocimientos necesarios sobre sus derechos ciudadanos, ejerció el pensamiento crítico desde muy joven. Logró hacerlo gracias a los forjadores de conciencia que conoció como docentes y a su activa participación en organizaciones de estudiantes que luchaban contra la presencia del enclave colonial estadounidense en el país en los años 60, precisamente cuando se protagonizó una de las gestas patrióticas más importantes del país el 9 de enero de 1964.

De adulto compartió ideas con el destacado jurista, político y ejemplar patriota Carlos Iván Zúñiga Guardia.

El médico apuesta por la educación que promueve y reconoce el mérito, con educadores conscientes de la importancia de enseñar y, sobre todo, con el compromiso de la formación integral de la juventud, de manera que se facilite la adquisición de la conciencia social, desarrollo de ideales y fortalecimiento de valores. “Sin educadores de esa talla ... Jamás habría sido posible la gesta heroica del 9 de enero de 1964”, concluyó el médico.

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