La sociología ante un nuevo salto histórico

La sociología como ciencia surge en una época de grandes transformaciones y su relevancia debe estar presente en el trascurrir de las sociedades, puesto que la dinámica y los cambios son inherentes a la naturaleza de su objeto.

Dos grandes decisiones de Estado deben marcar el presente inmediato y futuro sobre la prioridad de esta ciencia en el país. Por un lado, establecer el 12 de diciembre como Día del Sociólogo y la creación de la condecoración Raúl Leis Romero, sociólogo que se distinguió por trabajar la investigación-acción, la  educación  popular, la política, la literatura y la cultura en general.

El significado de las ciencias sociales y, en particular de la sociología, debe relevarse de cara a las dramáticas situaciones que enfrentamos en momentos que la pandemia por covid-19 y todas sus variantes ha impactado en las estructuras materiales, sociales, políticas y culturales que ya daban signos de desgaste y necesidad de afrontar una nueva época en este siglo XXI.

La ruptura en la relación ecosistema natural y complejo social constituye el detonante que nos enfrenta a la necesidad de abordar la lógica de una nueva trayectoria histórica de dimensiones inimaginables hace dos años y que pone en evidencia que ciencias naturales y sociales tienen que ir de la mano.

Para los sociólogos es claro que  el  objeto  de estudio  de esta ciencia –la sociedad– vivió por sí sola por mucho tiempo sin la sociología.  La visión del  Estado que daba la  filosofía  no  resolvía los grandes dilemas de la vida de la gente,  hasta que  empezaron a surgir bases teóricas en las ideas de grandes pensadores de la Ilustración,  movimiento cultural e intelectual de mediados del siglo XVIII y principios del XIX.

Esta  ciencia  surge en las mentes de grandes filósofos para dar respuesta a los problemas de un contexto histórico caracterizado por el poder absoluto, la miseria, el hambre, la desesperación de los seres humanos por vivir en condiciones de dignidad.  La  historia de  la  sociología  está  marcada  por el interés de establecer un  nuevo orden caracterizado por dignidad en lo político, social, económico, cultural; aspiraciones que pasan a estar contenidas en la Carta de los Derechos Humanos del Hombre y Ciudadano, París, Francia  1789.

La sociología surge para entender el presente a partir del pasado y para dar respuesta sobre la posibilidad de un futuro con aspiraciones de cambios  sustentado en cuerpos teóricos que se recogen en las diversas corrientes de pensamiento de precursores y fundadores de la ciencia: August Comte, Herbert Spencer,  Emile Durkheim, Karl Marx, Max Weber y otros.

En Panamá, una generación de sociólogos se enfocó en la necesidad de formalizar en las universidades nacionales la creación de la carrera precisamente en una década posterior (1970) a aquella que significó la suma de grandes acontecimientos que produjeron la inestabilidad del sistema político y el golpe militar del año 1968 con sus consecuentes cambios en las instituciones del Estado.

La creación del Ministerio de Economía y Finanzas (entonces Mippe) se adhirió a una visión de Estado desarrollista que incorporó la planificación para alcanzar objetivos de desarrollo. Esto de alguna manera derivó en la necesidad de ampliar la perspectiva de la importancia de la sociología a la comprensión de la realidad panameña.

La primera escuela de sociología de Panamá se fundó en el año 1972 en la Universidad Santa María la Antigua (USMA), le siguió la Escuela de Sociología de la Universidad de Panamá (1981) y en el año 2012 se funda la de la Universidad Autónoma de Chiriquí.

Un número significativo de sociólogos recién llegados a Panamá en ese entonces pasaron a ser docentes de estos centros universitarios y un número significativo de profesionales ha venido formándose en esta ciencia.

Así como ha ocurrido en otros momentos históricos es claro que la dinámica social no puede deambular solitariamente por situaciones tan complejas como la que marcan los tiempos actuales. Se trata de vidas de hombres, mujeres, niños, de origen distinto empeñados en dar sentido a sus vidas en situaciones historias concretas a lo que la ciencia tiene que responder, tal como lo reconoce Wright Mills en su obra  La imaginación sociológica.

De la mano con los marcos teóricos y metodológicos debe resaltarse el interés de lo colectivo para evitar que esta sociedad caracterizada por una dinámica compleja de  cambios acelerados nos  acorrale.

La responsabilidad del análisis crítico de los hechos de la realidad actual en la que impera la desigualdad, la exclusión, el racismo, xenofobia, homofobia, la violencia, el crimen, la movilidad humana en condiciones trágicas, la vulnerabilidad de derechos  fundamentales, el uso de lo público para satisfacer los intereses individuales y de grupos nos  obliga  a apelar  a los orígenes de esta ciencia que precisamente nació bajo la incertidumbre.

Las condiciones históricas pueden ser diferentes, pero la necesidad del bien común no puede prestarse al juego del poder político, económico, y lo que es aún peor:   intelectual.

En las últimas décadas son conocidos los esfuerzos para diseñar una agenda global de desarrollo a través  de declaraciones, tratados internacionales de derechos humanos y a esto sumar planes y acuerdos nacionales; pero estos serán realmente posibles  cuando se incorpore a sujetos y visiones nuevas como son:

La verdadera participación de jóvenes como fuerza de cambio y futuros responsables del desarrollo;   formadores altamente comprometidos con las nuevas generaciones para  que  los  niños  vayan progresivamente desarrollando  todo  su  potencial y ciudadanía; mujeres  como sujetos  históricos  empeñadas  en  un  nuevo aire de paz e igualdad;   grupos étnicos raciales que luchan por revitalizar su  memoria colectiva de haber sido forjadores de grandes civilizaciones; de aquellos que participan de los procesos productivos, pero ya no sobre los  devastadores  procesos que atentan contra la vida natural y la humana, y de los que deben preservar la ética ante el mandato de la voluntad del pueblo.

Constituye un compromiso del Estado y la sociedad aportar en el diseño de un proyecto nacional para que  seamos los panameños, y no otros, los  que definamos los destinos de este país a partir de nuestra identidad.  En momentos tan críticos para la sociedad global, regional y nacional es imprescindible relevar el papel de la sociología caracterizada por métodos propios aplicados a su particular objeto de estudio: el ser social.

La autora es socióloga. Extracto de las palabras pronunciadas al recibir la condecoración Orden Raúl Leis

Pensamiento Social (Pesoc) está conformado por un grupo de profesionales de las ciencias sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.

Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.