¿Se aclarará el enigma del TC48 de los cadetes argentinos?

Actualizado
  • 30/11/2018 01:02
Creado
  • 30/11/2018 01:02
Se sospecha que el avión de los cadetes argentinos se precipitó en el golfo de Los Mosquitos o los alrededores, ya que fue ahí donde se encontraron las evidencias. Nadie sabe dónde cayó. En 1998, Federico Machazeck y el austriaco Alfred Lumbeker percibieron en las profundidades una silueta de un avión que podría ser el TC-48

Hace cincuenta y tres años se produce la caída del avión militar de la Fuerza Aérea Argentina Douglas DC, que llevaba a bordo sesenta y ocho personas, en el golfo de Los Mosquitos, al norte de la provincia de Veraguas, en el Caribe panameño. Este avión ha pasado a la historia como ‘El avión de los Cadetes o el Vuelo de los Cadetes'.

El accidente se registró el miércoles 3 de noviembre de 1965. Ese día los panameños celebraban su gesta de separación de Colombia. Es el misterio más grande de la historia de la aeronavegación argentina. Bocas del Toro, la Región del Talamanca entre Panamá y Costa Rica, forman parte de la historia del TC-48, sin olvidar a la hermana República de Argentina.

Por cosas curiosas de la vida, es parte de un misterio que ronda Bocas del Toro. El halo de misterio se ha extendido a la región del Talamanca, en la frontera entre Panamá y la república vecina de Costa Rica.

En todos los radares desapareció el TC-48 mientras volaba por Bocas del Toro. El avión realizaba un viaje de instrucción. A bordo iban 54 cadetes de la Fuerza Aérea Argentina; uno era peruano; el resto, argentinos. Además, nueve tripulantes y cinco oficiales que viajaban como pasajeros. El TC-48 despegó de la Base Aérea de Howard, antigua Zona del Canal en Panamá, con rumbo a El Salvador y su destino final sería California, Estados Unidos.

La travesía había comenzado en Argentina, el 31 de octubre de 1965, junto al Douglas DC [4], matrícula T43, igualmente de la Fuerza Aérea Argentina, aeronave para transporte de militares. El día 1 de noviembre voló hasta la Base Cerro Moreno en Chile, donde realizarían una escala técnica para continuar vuelo hasta la base aérea de Las Palmas en Lima, Perú. Allá pernoctaron e incorporaron dos cadetes de la Fuerza Aérea Peruana, quienes fueron distribuidos entre los dos aviones.

El 2 de noviembre vuelan a la Base Aérea de Howard en Panamá, con escala técnica en Guayaquil, Ecuador. Al día siguiente, debían cumplir el trayecto entre la Base Aérea de Howard y el Aeropuerto de San Salvador, El Salvador, cubriendo una distancia de unos 1,150 km, lo que le consumirían unas 3:45 horas de vuelo. Al sobrevolar el archipiélago de Bocas del Toro, el comandante del TC-48, capitán Renato H. Felippa, reportó fuego en uno de los motores. Otro se apagó. El TC-48 nunca llegó a su destino.

Nunca se ha encontrado el TC-48. Ese 3 de noviembre de 1965 nació la leyenda y el misterio del TC-48.

UN SEGUNDO AVIÓN

Con una diferencia de cinco o seis minutos de antelación, otro DC [4], con matrícula T 43 de la Fuerza Aérea Argentina, con otros cadetes a bordo, despegó igualmente de la Base Aérea de Howard, llevando a los otros cadetes.

Las bitácoras de comunicación indican que el TC-48 despegó de la Base Militar de Howard a eso de las 1149Z (6:49 a.m. local). A las 1236Z (7:36 a.m. local) reportan un motor encendido, declarándose en emergencia y agregando que aterrizarían en el primer aeropuerto a su alcance. También se sabe que habían dado un tiempo de arribo al aeropuerto de Limón en Costa Rica de 1304Z (8:04 a.m. local), pero nunca llegaron.

Primero despegó el T43, a las 06:43 horas de Panamá, mientras el TC-48 despegó a las 06:49 horas, igualmente de Panamá. Ambas aeronaves seguirían la misma ruta. Mantuvieron esporádicos contactos entre sí. Las condiciones meteorológicas para la primera parte de la ruta no eran las mejores. El pronóstico indicaba turbulencia severa, fuertes lluvias y visibilidad de muy limitada a cero.

¿Por qué el T43 no se devolvió para hacer la búsqueda inmediata del TC-48 y por qué hay un código de silencio de los cadetes sobrevivientes del T43? ¿Habría cambiado de frecuencia en la radio el T43 que no escuchó el mensaje de auxilio o lo escuchó y siguieron su viaje? ¿Cumplió el T43 con la ley de la aeronavegación?

El mensaje de alerta fue recibido minutos antes de la desaparición del TC-48 en el aeropuerto de Tegucigalpa, Honduras, y también en el avión comercial de la línea aérea de LACSA. En el mes de diciembre de 1967, después de una búsqueda que incluyó 23 expediciones a la selva y más de 50 vuelos en avionetas y helicópteros, el Gobierno de Costa Rica dio por finalizada la búsqueda.

La investigación de los Estados Unidos concluyó que el avión cayó al mar entre Panamá y Costa Rica, a 30 kilómetros de la costa. Para la aviación civil de Costa Rica, en cambio, los restos del aparato están en algún lugar de la selva del Talamanca, al igual que para los familiares de los cadetes del TC-48. Pero han surgido indicios de que el TC-48 podría encontrarse en el golfo de Los Mosquitos o en sus alrededores.

LA BÚSQUEDA

Inmediatamente, se dio inicio a la búsqueda por parte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que concluyó el 9 de noviembre de 1965, ya que el 8 de noviembre se habían encontrado salvavidas que estaban marcados con la frase ‘Prefectura Nacional Marítima'.

Esa misma noche se celebró un evento ecuménico en la capilla de la Base Aérea de Albrook, en la Zona del Canal, en honor a los tripulantes del TC-48. La misa fue presidida por el jefe de capellanes de la base, asistido por los cadetes Antonio Bruno y Ricardo González, según reporta La Estrella de Panamá el 9 de noviembre de 1965.

En nuestras investigaciones de las distintas versiones de los familiares que insisten en que el avión cayó en Talamanca no he encontrado mención de los hallazgos de parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Una de las evidencias que nos aproximan al TC-48 en el golfo de Los Mosquitos consiste en un video de la búsqueda, que tuvo lugar entre el 3 y 9 de noviembre de 1965, al cual he tenido acceso. En el mar se observa una coloración verde y de arco iris. El verde se debe a un tinte que los aviones de búsqueda usan para marcar algo en la superficie del mar. Así las embarcaciones pueden tener referencia visual adonde buscar. Generalmente, el tinte se utiliza con bengalas de humo blanco o anaranjado para darle referencia visual a las embarcaciones que buscan los restos como evidencia.

¿Entregó la Fuerza Aérea de Estados Unidos a la Fuerza Aérea de Argentina el video, las bitácoras de las embarcaciones y los hallazgos? ¿Entregó la Fuerza Aérea de Argentina, de haberlo recibido, a los familiares del TC-48 estas evidencias?

ANDANZAS SUBMARINAS

Federico Machazeck nació en Bocas del Toro en 1942, y hoy cuenta con setenta y seis años. Es hermano del sargento Ricardo Machazeck, que falleció a bordo del avión donde falleció el general Omar Torrijos el 31 de julio de 1981. ‘Siempre he pescado en el golfo de Los Mosquitos y prácticamente vivía ahí', dice.

Cuando cayó el TC-48 el 3 de noviembre de 1965 tenía 23 años. No recuerda haber escuchado en esa fecha de la caída y búsqueda del TC-48.

En 1998, el señor Federico se hace amigo del austriaco Alfred Lumbeker, quien contaba con un instrumento llamado ‘FishFinder' de marca Furuno, que sirve para ubicar cardúmenes de peces y medición de las profundidades marinas. Ambos amigos acordaron emprender un viaje a la zona de profundidad, donde Machazeck solía siempre pescar, con el fin de analizar la zona con la tecnología que contaban para aquellos tiempos. Al llegar al sitio, el señor Alfred, aún incrédulo de las descripciones de Federico, se percató de que el instrumento indicaba profundidades de más de 480 metros y más, por lo que aumenta su curiosidad y se mantienen analizando el área y aprovechando la abundancia de peces de la zona cuando, de repente, el asombro del señor Alfred llega a su clímax al distinguir y reconocer una silueta de un avión en las profundidades. Exclama que podría tratarse de un avión de la Segunda Guerra Mundial.

‘Nunca le tomamos importancia porque nunca había escuchado la historia de ese avión [el TC-48 argentino], por eso no le di importancia a ese avión, ahí está el detalle, yo nunca le tomé interés, porque nunca había escuchado de ese avión', narra con la mirada fija de un hombre que conoce el mar.

Nos relata que, en el año 2000 observó un avión del ejército de Estados Unidos buscando en esa área [en el golfo de Los Mosquitos]. Veinte años después del suceso, con 77 años de edad, dedicado a descansar en su hogar a orillas del mar y supervisar sus negocios de turismo y pesca en la provincia, un transportista de la comunidad, de nombre Javier de León, le presenta el señor José Rivera. Entablan una conversación, en la que le pide a don Federico si es capaz de reconocer sitios mostrándole imágenes y fotografías de las zonas. Al mantener Machazeck una ubicación exacta y coordenadas atinadas por la experiencia, el asombro del señor José se incrementa más aún al escuchar las experiencias y aventuras de hace 20 años en el golfo de Los Mosquitos y Escudo de Veraguas, donde pudo divisar con su amigo la silueta del avión.

En el 2017 se realizó un experimento dejando una boyas marinas en la zona fuera de Punta Cahuita, Costa Rica, donde, se piensa sucedió el hallazgo, para medir la corriente marina y monitorear digitalmente el recorrido de las boyas. Los resultados indican que al día de haber soltado las boyas se ubicaban en isla Bastimento, a los dos días se encontraban en Escudo de Veraguas y a los tres o cuatro días, se hallaban donde ocurrió el accidente, según el informe de la Marina de los Estados Unidos.

Hay una alta posibilidad de que el avión TC-48 haya caído en el golfo de Los Mosquitos, donde Federico Machazeck lo divisó en 1998. No obstante, desde aquel fatídico 3 de noviembre de 1965, los familiares de los cadetes se han inclinado por la versión de que cayó en la selva costarricense, en la cual se han realizado varios operativos de búsqueda.

Hace quince días todavía, con algunas dudas por el conocimiento actual que dichas profundidades no son comunes en el mundo, el señor José Rivera, junto a Federico Machazeck y un equipo de colaboradores y con instrumentos de medición de profundidad, encontraron el lugar denominado por los indígenas de la localidad como ‘el hueco de macha'. Por la ya avanzada edad de Federico, tuvieron que regresar a tierra, pero quedó la certeza de que con el equipo indicado se podrá recuperar.

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