Cirugías que cambian vidas

PANAMÁ. En cinco años, 72 menores de edad con parálisis cerebral han regresado a casa con movimientos en sus manos y en sus pies. Esto, ...

PANAMÁ. En cinco años, 72 menores de edad con parálisis cerebral han regresado a casa con movimientos en sus manos y en sus pies. Esto, luego de haberse sometido a una, dos y hasta tres intervenciones quirúrgicas en el Hospital San Miguel Arcángel (HSMA) de San Miguelito.

Antes, como lo explican sus madres, vivían con pocos movimientos en sus miembros y algunos esperaban por años que se les practicara estas cirugías en la Caja de Seguro Social (CSS) o en el Hospital del Niño, pero esa oportunidad nunca había tocado sus puertas.

El cirujano Ariel Racine está desde el comienzo del programa ‘Pasitos Seguros’, que es coordinado por el Club Activo 20-30 Panamá Noreste, el HSMA y el Despacho de la Primera Dama, y que en este periodo ha operado a 72 menores y practicado 120 cirugías.

Durante la semana de operaciones, Racine terminaba al medio día con tres intervenciones, tomaba un descanso y regresaba en la noche, después de la visita, a mirar a los pacientes. Este trabajo lo realizaba con los cirujanos Renán Araúz y Rolando Chin.

El médico, que confesó estar contento con los resultados, sostiene que para realizar este tipo de cirugías hay muy pocos especialistas en Panamá. Él suma 20 años practicando operaciones complejas como estas.

Explica, además, que estos pacientes sufren de parálisis cerebral. Antes de las intervenciones, los sicólogos del programa conversan con los padres de los niños seleccionados para ayudarles en el manejo de la ansiedad, porque cuando ingresan los niños a los quirófanos, los familiares se llenan de temores y se les transmite confianza hasta que los vean salir nuevamente a la sala de recobro.

El especialista remarca el aporte del director médico del HSMA, Serafín Sánchez, al programa, que comienza con la captación de los niños, hasta la fisioterapia.

DEMANDA DE CIRUJANOS

El médico sostiene que con estas cirugías estas personas tienen otras esperanzas, mejoran considerablemente su calidad de vida. Su satisfacción, reconoce, toca el punto más alto a los dos o tres meses, cuando los niños regresan y pueden mover los dedos y hasta caminar.

Así como en el país hay una demanda de cirujanos para estos casos de alta complejidad, también es alta la cantidad de niños que requieren de estas cirugías. ‘Una madre me dijo: doctor si yo le digo a todos los casos que conozco hay para llenar el San Miguel’, recuerda, recién terminada la tercera cirugía del día jueves.

Los padres, comenta el médico, se avergüenzan de sacar a los niños discapacitados a la calle, no quieren andar pasando pena o que vean que a sus hijos se les cae la baba y prefieren dejarlos en sus casas.

Los costos de estas operaciones, que cada año se programan para el mes de enero, cuando los estudiantes están de vacaciones, oscilan entre 5 mil y 10 mil dólares. La inversión global alcanza los cien mil dólares.

Racine dice que los niños beneficiados provienen de los distritos de Capira, Chame, San Carlos, Arraiján y La Chorrera.

LAS HISTORIAS

Cielo Quezada nació con la masa encefálica fuera de su cabecita. Fue operada de una mano y un pie la semana pasada. Su madre admite que sin este programa nunca hubiese podido operar a su hija. Años atrás hizo la gestión en la CSS y le advirtieron que era de mucho riesgo operar a niños con discapacidad neurológica. Cielo tiene parálisis cerebral. Después de nueve años, la pequeña ya tiene una silla de ruedas que le regaló el HSMA. La madre comenta que la fortaleza de Cielo asombra hasta a los médicos. ‘El pediatra me dijo si Cielo cumple los diez años (el 16 de febrero) le comprará el dulce’, dice mientras le abre los labios para ponerle un trocito de pan con queso.

Ricardo Silvera es otro paciente, el mayor del grupo (tiene 17 años, pero actúa como si tuviera cuatro). Fue intervenido para corregirle distorsiones en ambas manos.

La madre comparte que Ricardo no solamente cumple con las obligaciones de la escuela, el IPHE, sino que además participa en las competencias de Olimpiadas Especiales. ‘El personal de la sala y los médicos nos han atendido muy bien’, agradece.

Matzuri Martínez, de cinco años, fue operada en sus dos piernas. ‘Tenía los pies caídos. Se paraba en puntillas’, dice la mamá sosteniéndola en sus brazos como a una bebé de meses. Ella confía en que pasados unos días, la niña camine sola y se ponga los zapatos como quiere. A pesar de sufrir por la enfermedad de Matzuri, era la primera vez que buscaban ayuda para corregirle la malformación.

Iselda Méndez, una de las últimas en operarse, tan pronto vio al fotógrafo de La Estrella tomando fotografías de los pacientes pidió que la entrevistaran. Antes de entrar a salón, explica que le intervendrían una mano y un pie. ‘En la mano no tengo casi movimientos, tengo que escribir con la otra y le doy gracias a Dios que me van a operar, voy a poder utilizar las dos manos’, dice muy contenta.

Méndez va para el IV año y adelanta que estudiará el bachillerato en Comercio.

LA RADIOGRAFÍA

El doctor Racine explica que ‘Pasito Seguro’ 2011 se desarrolló en base a cinco etapas: selección de pacientes, evaluación socioeconómica, evaluación preoperatoria, programación quirúrgica y seguimiento postoperatorio.

El 70% de los pacientes no tiene seguro social y los padres del resto que sí tiene esta cobertura hospitalaria (30%) tienen ingresos mensuales por debajo del salario mínimo y la mayoría provienen de aéreas rurales.

Terminada la semana de cirugías, se programa la fisioterapia, donde serán coordinados por los miembros del Módulo del IPHE de La Chorrera y el equipo médico esperará hasta el próximo verano para entregarles esta dosis de felicidad a otros niños que esperan mover los dedos, gatear y hasta caminar.

Lo Nuevo