Francisco Trejos: ‘La lectura es la competencia fundamental para superar otras deficiencias’

Actualizado
  • 10/03/2024 00:00
Creado
  • 09/03/2024 16:57
No podemos pensar en alfabetización digital si la mayoría de los niños no lee. Si los estudiantes no comprenden lo que leen, tampoco desarrollan pensamiento crítico o lógica en matemáticas, el primer paso para transformar el sistema empieza por la lectura

La lectura es la clave de la transformación de la educación, acompañada de la evaluación docente. Seis de cada diez estudiantes no entienden lo que leen, y los métodos de enseñanza parecen responder a un modelo enciclopédico, de memoria. La lectura debe ser transversal, no solo de una materia, y su enseñanza conlleva toda una preparación en la escogencia de los textos, la participación de los estudiantes y la metodología en que se introduce en el aula. A pesar de conocer el diagnóstico, el cambio debe iniciar en la formación docente, en los formadores de los maestros. Nuestro invitado, Francisco Trejos, oficial de Educación de Unicef, identifica los puntos clave que debemos abordar para dejar avanzar al desarrollo, la cobertura y la equidad educativa. De tomar las decisiones hoy, veremos resultados en unos 15 o 20 años.

En el tema educativo hay muchas cosas por hacer en materia de gestión, docencia, equidad, entre otras. ¿Por dónde se empieza en un tema tan complicado?

En primer lugar, reconocer que el país vive una crisis educativa desde hace décadas. Obviamente hay muchos problemas y es compleja. Creo que deberíamos empezar a resolver dos aspectos. El primero tiene que ver con la cobertura escolar. Actualmente 120 mil niños entre 4 a 20 años no están en el sistema educativo. Están fuera de la escuela. Además, tenemos alrededor de 200 mil estudiantes que están en el sistema pero que tienen ‘sobreedad’, es decir, no están aprendiendo. La ‘sobreedad’ es un predicador de rezago educativo. Cuando repites un año, es un signo de que hay un desafío en la educación. Tenemos 73 mil estudiantes que tienen dos o más años de ‘sobreedad’. Eso significa que tienen un alto riesgo de abandonar el sistema. Obviamente ese aspecto se relaciona mucho con el segundo punto que debería ser una prioridad nacional, que es la calidad educativa. Cómo se enseña, es muy memorístico, enciclopédico, eso tiene mucho que ver en cómo se forman los docentes, muy en contenidos y desarrollo de la memoria. Sabemos que ese enfoque no resulta.

Si tuviera que dar un primer paso sobre lo señalado, ¿cuál abordaría?

En realidad el rezago está dentro de la calidad educativa. Para la cobertura sabemos que está localizada en el preescolar. El 38% de los niños de cuatro años no asisten al preescolar y eso es determinante para el resto de la trayectoria educativa. También el 30% de los estudiantes que abandonan el sistema son de premedia y media. La solución a corto plazo, lo podemos ver en el ejemplo de la universalización de la educación primaria. Eso quiere decir que en cada rincón del país existe una escuela primaria. Hacen falta aulas de preescolar y de premedia. En 1995 se modificó la Ley Orgánica de Educación y estableció la educación básica general. La opción que tenemos es implementar la ley y ampliar la oferta educativa en las regiones donde no hay una premedia o preescolar suficiente.

¿Se tiene un censo de cuántas premedias hacen falta?

Bien, si sabemos que el 30% de los estudiantes que están en una primaria no tienen una premedia cerca, puede ser un indicativo para identificar la población. Estamos hablando de 89 mil adolescentes que están fuera de la escuela. Ahí podemos sacar una proporción.

Ese 30% que no tiene un aula cerca, ¿cuántos desertan del sistema?

Bueno, me gustaría hablar más de exclusión educativa antes que deserción, porque en este último término responsabilizamos al estudiante. Pero las trayectorias educativas son diferentes. Puede ser una retraso en la educación preescolar, en primaria, puede haber repetición, pero el abandono escolar es un fenómeno que se manifiesta con más fuerza a partir de la premedia. Viendo las estadísticas, estamos hablando que en sexto grado hay un nivel de aprobación de cerca de 98%, pero cuando vemos los resultados de séptimo grado, queda en un 67%. No todos abandonan en ese momento, hay casos de repeticiones, salen y entran, pero hablamos que en estos momentos un 10% de la población es la que sale del sistema definitivamente. Pero también el trabajo infantil es una de las causas de abandono. Ocurre por varias formas. Sobre todo, depende del contexto según la región educativa. Hay casos en la comarca en los que la tasa de escolaridad de las niñas es más baja. Probablemente por un tema de embarazo, labores de cuido. Pero a nivel general en el sistema educativo son las niñas las que tienen mayor acceso, sin embargo, cuando lo ves por región o comarca tienen menos acceso a la educación. El trabajo infantil puede ser una de las causas.

Pensé que habíamos superado el tema de trabajo infantil...

Quizás están invisibilizados los casos en labores de cuido. Cuando los niños tienen que cuidar a otros niños o en áreas rurales, toda la familia está trabajando, lo priorizan antes que la educación. Por eso es importante que en las escuelas puedan identificar estos casos y garantizar que la alimentación y la parte económica que se sufraga con el pase uno, puedan suplir esa necesidad y evitar que los adolescentes salgan del sistema educativo.

¿Para mejorar la calidad educativa hace falta evaluar a los docentes?

Sí. Para hacer una evaluación docente hay que definir primero qué competencias debe tener un docente, cuál es el perfil del docente ideal que queremos desarrollar. Casualmente estuvimos reunidos con varios gremios docentes esta semana y otros grupos para definir las competencias que deben tener los docentes. Esa es la base para cualquier evaluación y para planificar la oferta de formación o desarrollo profesional.

¿Qué tipo de competencias debe tener el docente? vemos muchos cursos que les ayudan a mejorar su currículum y ser elegidos para nombramientos, ¿qué tanto funciona esto?

Ahí tengo que resaltar que debemos reconocer que un curso de 40 horas en el verano no va a hacer la diferencia en cuanto a habilidades o competencias que tenga un docente. Tenemos que pensar en procesos de formación y acompañamiento de dos o tres años al docente o la escuela. En ese sentido, lo más importante es la capacidad de planificación que tenga el docente. Por ejemplo, cómo va a promocionar la lectura, cómo va a seleccionar las lecturas que va a utilizar en el aula, y no solamente hablando de la materia español. La lectura debería ser para todas las materias, incluyendo matemáticas.

¿Qué competencias deben acompañar a un buen docente?

Las áreas de competencias son específicas. Tienen que ver en cómo se planifica el aula, cómo se identifican los recursos que se van a emplear, cómo das la clase, si es una que involucra la participación del estudiante o es una magistral. Es importante porque el docente desarrolla el aprendizaje en los estudiantes, pero debe ser un aprendizaje que tenga interacción, no solo que hable el docente y el estudiante escuche pasivamente. Que sea una clase participativa. El desarrollo de la comprensión lectora no va solamente en leer un texto en voz alta o en silencio, sino en desarrollar otro tipo de habilidades, como discusiones, actividades artísticas. Entonces, el cambio que necesitamos en esa materia es que no se implemente un proceso memorístico. Hay otras competencias importantes que son más especializadas dirigidas a formadores de docentes. Esa capacidad de guiar a otro docente, el compromiso o vocación es una competencia importante en caso de los directores. Cómo gestionar un centro educativo, por ejemplo, no solamente desde la parte administrativa sino pedagógica.

Hay muchos docentes formados, ¿cómo transformamos su técnica?

Incluso para lograr el pensamiento crítico necesitas un buen lector y una comprensión lectora. En el orden de los pasos te diría que el mayor desafío del sistema no es la compra de computadoras o que las escuelas tengan internet, o que hablen inglés, sino la comprensión lectora. Seis de cada diez estudiantes no comprenden lo que leen. Eso significa que tampoco van a poder desarrollar el pensamiento crítico, o la lógica matemática u otras habilidades que son necesarias para seguir estudiando o emprendiendo para un futuro empleo. En ese sentido, ¿cómo romper esa cultura? Definitivamente tenemos que pensar en procesos de mediano y largo plazo, no capacitaciones cortas, sino procesos de desarrollo profesional donde los docentes vayan aprendiendo, reaprendiendo, y desarrollando esas estrategias de cómo desarrollar los aprendizajes de una manera más efectiva.

¿Cuál es la razón por la que los alumnos no entienden lo que leen?

Hay muchos factores asociados. No se explica con uno solo. Pero por ejemplo, los niños que no acceden al preescolar tienen más probabilidades de no aprender a leer y escribir en la primaria. Ese es un factor que afecta al 38% de los niños en el país. También tiene que ver en el desarrollo de la primera infancia y lo que pasa los primeros cinco años de vida. Hay otros factores como el ambiente, qué cantidad de libros o textos tienen en casa, en el aula. En muchos casos en las escuelas no hay bibliotecas ni libros. Otro factor que interviene en esto es que hemos visto la lectura exclusivamente del tema de español. No es así, la lectura debe ser una estrategia transversal en todas las materias. Inclusive en premedia vemos que el estudiante se enfrenta a distintas materias, pero no hay una coordinación entre los docentes para que existan diferentes momentos de lectura a lo largo del año. Además de esto, es qué lectura se selecciona. Debe ser adecuada al nivel educativo. No le vas a pedir a un niño que vive en un área de difícil acceso que lea La Ilíada y La Odisea o el Quijote. Hay que comenzar con lecturas cortas, bien seleccionadas, pero lo más importante es que no se trata de una única lectura, sino que hay momentos de prefectura, de los conocimientos previos. También en la misma lectura cómo se desarrolla la interacción entre los estudiantes, cómo se analiza el libro.

¿Pudiéramos decir que la educación en Panamá está en crisis?

Claro que sí. Estamos hablando de que la mayoría de los estudiantes no logra desarrollar sus competencias básicas, lectura, matemáticas, pensamiento crítico.

¿Qué causó la pandemia a esta crisis? ¿cómo se ve en perspectiva?

Si vemos las estadísticas antes de la pandemia, ya estaba evidenciada la crisis educativa, con la pandemia se resaltó mucho más. Viendo los resultados de la prueba Pisa podemos decir que ha habido una pequeña mejora en lectura. Es importante la visualización que se ha dado al tema de la lectura, pero dimos un paso de los 30 que hay que dar para mejorar significativamente. Si realmente queremos salir de la crisis educativa la inversión en calidad debe ser mucho mayor. Esto significa que hay una responsabilidad de las universidades y aquí debe haber una transformación profunda de cómo se desarrollan los docentes del futuro. También consideremos que los docentes que están en el sistema, ya están ahí y hay que apoyarlos. El enfoque de las capacitaciones de verano no son suficientes. Necesitamos programas de acompañamiento enfocados a desarrollar esas competencias que necesitan los docentes para mejorar el tema de lectura que es lo principal. Quizás una de las cosas de por qué al pasar de los años no salimos de la crisis es que apuntamos a todos los problemas pero no a los primeros, que es la lectura.

¿Si resolvemos la lectura cuánto avanzamos?

No podemos pensar en alfabetización digital si la mayoría de los niños no lee. La lectura es la competencia fundamental que nos ayuda a desarrollar otras competencias.

¿Qué pasa con los derechos fundamentales de aprendizaje?

Los derechos fundamentales de aprendizaje es una interpretación del currículum que nos indica cuáles son esos saberes que debe tener el estudiante a lo largo del proceso educativo. Se ven en primaria, premedia. Por ejemplo, en la primera infancia estos derechos se enfocan más en que el niño pueda decir su nombre o desarrollar sus habilidades motoras o cómo maneja sus emociones. En primaria estamos hablando de niveles de lectura. Estos derechos fundamentales de aprendizaje, a diferencia del currículum, que es contenido, se enfocan más en las habilidades que deben desarrollar puntualmente los estudiantes. Lo que pasa es que muchas veces los estudiantes que cursan premedia tienen un nivel educativo de primaria, esta necesidad no es atendida porque ya está en un nivel en el que debería tener otra competencia. Ese es uno de los desafíos del sistema, cómo atender las habilidades puntuales en un aula de clases donde los niveles educativos son diferentes.

Este panorama que explica en tiempos en que la tecnología es una herramienta básica, ¿cómo se compagina?

La tecnología y la alfabetización digital son muy importantes, pero si no desarrollamos las competencias básicas no vamos a aprovechar la tecnología. Eso conlleva a que tengamos comprensión lectora, si la tenemos podemos pensar en la lógica matemática, pensamiento crítico y por proyectos. También hay varios temas al respecto. El primero es que no todas las escuelas tienen internet, y las que tienen es de muy baja velocidad. Un celular, por ejemplo, no es un medio adecuado. En la pandemia se evidenció que el rezago educativo aumentó por la falta de tecnología en los hogares. En los hogares de situación de pobreza -y es importante analizar las cifras desde el punto de vista socioeconómico- compartían un celular entre varios miembros. El acceso a la tecnología es muy limitado y sobre todo en familias de situación de pobreza.

¿Cuánto tiempo requerimos para lograr esta transformación?

Estamos hablando de cambios estructurales. Al menos necesitamos 15 o 20 años, pero tenemos que tomar las decisiones hoy para que la siguiente generación tenga mejor educación, así lo hicieron otros países.

Lo más importante es la capacidad de planificación que tenga el docente. Por ejemplo, cómo va a promocionar la lectura, cómo va a seleccionar las lecturas que va a utilizar en el aula, y no solamente hablando de la materia español”.
El mayor desafío del sistema no es la compra de computadoras o que las escuelas tengan internet, o que hablen inglés, sino la comprensión lectora”.
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