- 23/09/2009 02:00
PANAMÁ. Al momento de tomar posesión, el presidente de la República, Ricardo Martinelli, señaló en su discurso que “se podía meter la pata, pero no la mano”, lo malo fue que no dijo cuántas veces estaba permitido meter la pata.
Estas palabras enseguida encontraron eco en el alcalde capitalino, Bosco Vallarino, quien aferrado a la frase, como niño a su biberón, lleva varias metidas de ‘pata’ o mejor dicho varios strikes al hilo.
Strike uno: Vallarino propuso colocar en la Cinta Costera una pantalla gigante debido al auge que tenía el lugar durante eventos deportivos. La iniciativa no prosperó y solamente quedó en “buenas intenciones”.
Strike dos: El alcalde allana la casa de masajes Jet Set en San Francisco. Aún saltándose la autoridad policial en este caso, el alcalde hace acusaciones contra miembros de las FARC asegurando que “los de la guerrilla eran los propietarios del local”.
La noticia trascendió fronteras. Las autoridades colombianas llamaron a las autoridades panameñas solicitando mayor información. Al final, la procuradora llamó a Vallarino y éste dijo que ese había sido un comentario de un personal de su cuerpo de seguridad.
Strike tres : Se confecciona un cheque por 4 mil dólares para Anabell de Vallarino, esposa del alcalde, para viajar a Taiwán junto a la vicealcaldesa Roxana Méndez. La Contraloría no refrendó el cheque porque su esposa no es funcionaria pública.
Ahora, ordenaron levantarle el fuero y lo investiga la Fiscalía Anticorrupción.
Y es que también se ordenó la confección de un cheque por 5 mil dólares para la vicealcaldesa para viajar a Taiwán y solo le correspondían mil 50 dólares. El dinero fue devuelto.
“Como buen jugador debe saber que si se ponchó una vez tiene que tratar de batear bien”, dice el concejal Javier Ortega.
El alcalde tiene 16 escoltas y pidió al Concejo que le autorizara alquilar 2 vehículos para su seguridad.
De ñapa sus escoltas se adelantaron el pasado sábado a su llegada a la liga “Solo Periodistas” para buscar explosivos.
Y para ponerle el broche de oro el alcalde capitalino cerró una sala de cine para ver una película en horas laborables.