Más allá de la estrategia PRD

Para mí la escogencia de Juan Carlos Navarro como vicepresidente de Balbina Herrera significa: Un reconocimiento público de que la campaña está mal, porque tiene una estrategia indefinida; ya que estuvo testeando niños ricos para la posición, y un partido dividido, lo que significa una campaña sin coherencia o desarticulada.

Que las diferencias van a continuar y la situación desesperada se va a profundizar, porque es un trago amargo para Balbina y porque si lo han traicionado varias veces, este premio de consolación a JC no lo va a satisfacer totalmente, cuando él y su grupo están convencidos de que el candidato debió ser él porque, inclusive le hicieron trampas.

Como es un trago amargo para Balbina en su situación interna desesperada, las rencillas entre ellos no cesarán.

En cuanto a la posición de Martín: si lo hicieron sin consultarlo, como dicen, ha sido una reculada muy grande de él, porque detesta a JC. De ser eso así, Martín podría quitarle el apoyo a Balbina.

Desde el punto de vista de la opinión pública: Es la típica jugada de componendas, propia de los liberales de antaño, que piensan en ellos primero y después en el país. Para los independientes que juraban que uno de “ellos” sería el ungido, la fórmula no deja de tener el único sabor amargo de que el tiquete presidencial es únicamente del PRD. No cambia nada de lo que tenemos ahora. A lo interno de su partido quedan muy malos sabores que difícilmente se compondrán.

Católicos y evangélicos dirían que se aplica el versículo bíblico: “Una casa dividida en sí misma, caerá”.