Impresiones de un viaje a Panamá en 1909

Actualizado
  • 26/05/2019 02:09
Creado
  • 26/05/2019 02:09
El libro ‘Panamá, el canal, la nación y la gente' describe las costumbres panameñas de principios de siglo. Los cortejos, la política, las fiestas y otros temas son presentados de manera sencilla y humorística, pero desde el punto de vista de un extranjero

Dando vueltas en el internet en busca de materiales para esta columna, me he topado esta semana con la obra titulada Panamá, el canal, el país y la gente (McMillan, 1912), de Arthur Bullard, notable autor, corresponsal y diplomático estadounidense.

Probablemente motivado por satisfacer la curiosidad del gran público norteamericano por todo lo que se relacionara con Panamá y la construcción del canal, el autor recorrió el istmo durante varios meses entre los años 1909 y 1910 para plasmar sus impresiones de viaje en este libro que en su momento fue promovido comercialmente como el más ‘acreditado y al día' sobre el tema.

Con una redacción sencilla, sin pretensiones, ofrece una mirada fresca al paisaje, a las costumbres de la sociedad y a los esfuerzos de sus compatriotas por culminar la gran hazaña de ingeniería de su tiempo. Su versión no está exenta de prejuicios pero el autor tiene la sinceridad de advertirlo desde el principio: ‘Cualquier descripción de las costumbres de los panameños es la de un extranjero y vista desde afuera. Tal vez muchas de las costumbres pudieran ser mejor comprendidas si hubiera más cercanía con los nativos', sostiene Bullard.

‘Muchos de nuestros representantes en la Zona del Canal han hecho esfuerzos por establecer relaciones amistosas. Algunos continúan sus esfuerzos, pero la mayoría se ha dado por vencida. Los dos grupos viven puerta con puerta y se encuentran ocasionalmente en el teatro y en las recepciones públicas, pero rara vez entablan relaciones cercanas'.

‘Una prueba es que, hasta el momento, solo una media docena de hombres estadounidense ha tomado por esposa a una panameña. Considerando que varios miles de solteros de Estados Unidos trabajan en la Zona del Canal, es sorprendente que sean tan pocos'.

‘La vieja hostilidad hacia el gringo tiene raíces profundas que trascienden las diferencias del lenguaje, las costumbres y las prácticas religiosas. Es una actitud que proviene de los tiempos del Imperio Romano, cuando los sajones empezaron a saquear los territorios latinos'.

‘Posteriormente, cuando el Imperio Español iba consolidándose en América, sus más incansables enemigos fueron los protestantes ingleses. Aun en los raros momentos en que España e Inglaterra no estaban en guerra, los colonos hispanos vivían en constante terror por las invasiones de los piratas'.

‘Al independizarse Estados Unidos, los hispanoparlantes han trasferido su miedo hacia nosotros. Y no es para menos, paso a paso y sin descanso, los Estados Unidos ha ido expandiendo su territorio a costilla de los suyos: Florida, Texas y California, las Filipinas y Puerto Rico'.

Clases y partidos políticos

‘La sociedad panameña está dividida en clases claramente separadas. La clase superior está compuesta por las viejas familias españolas e inmigrantes más recientes de apellidos alemanes o judíos. Aunque es claro que los dos grupos forman un conjunto bastante sólido, parece que los primeros miran en privado hacia abajo a las más recién llegados, pero, como, por lo general, la actividad industrial de los segundos es mucho más lucrativa, no se atreven a hacer comentarios en público'.

‘Hay varios hombres de negocio muy capaces en las familias Arosemena y Arias, quienes se dedican principalmente a bienes raíces o al comercio, pero la mayor parte de los caballeros panameños prefiere la política o la diplomacia. Después de todo, no hay muchos de ellos y existe una vasta cantidad de sitios a donde puede enviarse a un embajador o a un cónsul'.

La política

En uno de los pasajes, Bullard habla del tema del momento: cómo la política estaba interfiriendo en la tranquilidad de la clase social más alta. Al parecer, la irrupción del Partido Liberal en el poder estaba dejando a lo conservadores sin trabajo fácil en el gobierno, y como protesta, estaban renunciando en masa al Club Unión, a pesar de que este había sido establecido ‘como espacio para que ambos bandos pudieran relacionarse socialmente'.

De acuerdo con Bullard, la llegada de los liberales al poder (con José Domingo de Obaldía, originalmente conservador pero apoyado por los liberales) se había ‘limpiado la casa': Cada oficial de gobierno no liberal, desde el juez hasta el limpiador, había perdido su puesto para darle paso a un miembro del partido triunfante.

‘El Partido Liberal ha desarrollado una maquinaria de patronazgo de proporciones ridículas. Parecen decididos a crear un puesto para cada uno de sus votantes. La ciudad de Panamá tiene suficientes policías para una ciudad diez veces más grande. Los consulados se han extendido por todo el mapa – a menudo a lugares donde nunca se había visto a un panameño hasta que llega el cónsul'.

Las mujeres panameñas

Algo que parece sorprender a Bullard es la condición de vida de las mujeres panameñas: ‘Las mujeres de este país no tienen interacción social con los hombres, excepto en los infrecuentes bailes y cenas formales. Se espera que se mantengan meciendo la cuna mientras los hombres hacen su vida social de forma independiente en cafés y clubes. La costumbre de hacer visitas previamente anunciadas (‘calling') no es conocida. Se cuentan muchas historias divertidas sobre la sorpresa causada por los americanos que intentaban en un inicio acercarse a los hogares de los nativos. Al parecer, en los primeros días hubo grandes fiestas y todo el mundo hablaba de la amistad entre las dos naciones y los americanos se lo creyeron. Nuestros jóvenes, después de conocer a las damas panameñas en funciones formales, procedían a ‘anunciar sus visitas'. Invariablemente, estas damas se mostraban sorprendidas por la invasión a su privacidad, y los hombres furiosos con este ataque a la santidad de sus hogares. En varias ocasiones, las diferencias estuvieron a punto de convertirse en incidentes diplomáticos o duelos'.

Los amores

‘Un lado placentero de la vida panameña es la noche dominguera y los conciertos en la Plaza de la Catedral. La música es a veces sorprendentemente buena. El parque, siempre pintoresco con sus plantas tropicales, se llena de jóvenes y la belleza de la República. Algunas de las señoritas, a pesar de sus pieles oscuras, son bonitas, y vale la pena voltearse a verlas. Ellas se mueven alrededor del pequeño parque con sus más bien rechonchas madres, seguidas a una respetable distancia por los admiradores'.

‘Un admirador panameño es fácil de satisfacer. Me tocó observar a un joven que siguió a su amada mientras esta daba ocho vueltas alrededor de la plaza. Cada vez que completaba una, ella miraba hacia atrás y le sonreía. La mamá pretendía ignorar lo que sucedía ante sus ojos. La costumbre es que los jóvenes no pueden hablarse los unos a los otros'.

‘El cortejo es un asunto que se desarrolla a larga distancia. Después de seguir al objeto de sus amores el domingo en la plaza, el joven esperanzado toma posición en la acera opuesta al hogar de la señorita. Si le ha caído en gracia a esta, ella eventualmente aparecerá en el balcón. El tiempo que lo haga esperar dependerá de los latidos de su corazón – si son rápidos, saldrá de inmediato. Por supuesto, la conversación estará limitada por (1) la distancia (2) los vecinos y (3) la mamá sentada en su silla mecedora escuchando'.

El carnaval

‘Nuestros vecinos latinoamericanos aman una buena fiesta. Y el carnaval es la más grande de todas. Desde semanas antes, las tiendas empiezan a hacer un despliegue de máscaras y a anunciar su provisión de confeti. Pero el interés preliminar se centra en la elección de la reina. Y la rivalidad es grande. La elección generalmente recae en las hijas de la riqueza, ya que los costos del reinado son altos. La última noche del certamen, los respectivos padres tendrán que rebuscar en lo más profundo de sus bolsillos tanto como puedan llegar y a menudo más allá. Tener a tu hija como candidata a reina es una gran peligro para la cuenta bancaria'.

‘A menudo, la política se mete en el medio, y al final del concurso generalmente la cosa queda entre dos candidatas, una del Partido Conservador y otra del Partido Liberal. Sorprende al extraño que parezca muy poco romántica esta manera de elegir a la reina del Carnaval, pero la ganadora, al menos el año que yo estuve (seguramente Manuelita Vallarino, reina en el año 1910), era lo suficientemente bonita como para satisfacer a cualquiera y lucía tan radiante y feliz que seguramente no se daba cuenta de que el ‘honor' le había costado a su padre unos cinco mil dólares, lo que hubiera sido preferible gastar en la compra de un buen automóvil'.

‘La alegría dura cuatro días. Los muchachos ricos pasan la fiesta montados a caballo y sus hermanas en carruajes. Los disfraces que usan son fantásticos, a veces atractivos. Las mujeres de las clases más bajas se contentan con llevar su pollera, una falda esponjosa a la cintura. Los artículos de lujo son las hermosas peinetas, adornadas con rojas o blancas'.

‘La parada de disfraces se realiza en la Plaza de la Catedral, pero las actividades rápidas y furiosas tienen lugar en la Plaza de Santa Ana. En el Hotel Central se organiza un baile presidido por la reina y sus damas de compañía, y uno mucho más ruidoso en el Metropole'.

‘El confeti vuela por cuatro días y noches y no te lo puedes sacar del pelo y de la ropa hasta pasado el miércoles de ceniza'.

Realmente fue difícil seleccionar algunos pasajes para esta columna dada la infinidad de temas cubiertos en el libro. Me gustó mucho cómo describe la motivación y espíritu de unidad entre los obreros que trabajaban en el canal, las descripciones que hace de los paisajes y principales edificios de la ciudad de Panamá y el modo de vida de los panameños. Para los interesados en echar un vistazo al libro (aquí ,https://archive.org/details/panamacanalcoun00bullgoog/page/n9) recomiendo  especialmente los capítulos III-The Canal Zone in 1909, IV-Colon and Panama city y VI-The Panamanians.

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