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Panamá todavía no olvida a Héctor Gallego
- 09/06/2024 00:00
- 08/06/2024 12:14
La última vez que se supo sobre el paradero en vida de Jesús Héctor Gallego Herrera fue el 9 de junio de 1971, cuando fue detenido por la Guardia Nacional bajo la dictadura militar de Omar Torrijos. En su momento el padre, asignado a Santa Fe, Veraguas fue una figura fundamental en la dignificación del trabajo campesino del distrito.
Con la creación de las Cooperativas de Consumo así como otros proyectos sociales que impulsó para que los agricultores y demás trabajadores encargados de la producción en la zona tuvieran igualdad de oportunidades e ingresos el padre Gallego fue ganando enemigos, lo que inevitablemente llevó a su desaparición física.
En 1968 se implantó un sindicato de productores en Santa Fe, al cual ninguno de los trabajadores dudó inscribirse. La idea del sacerdote de origen colombiano era que este fuera un mecanismo que permitiera a los campesinos luchar contra la explotación y el empobrecimiento que sufrían a mano de las familias que poseían las tierras del lugar.
Fueron iniciativas como estas las que devolvieron a los productores la esperanza de poder en algún momento también convertirse en dueños de sus propias tierras a través del trabajo colectivo y el apoyo mutuo entre campesinos.
En el artículo ‘Veraguas indómita’ de Erik Santos, publicado en la edición n° 518 de la revista Lotería se menciona al religioso entre uno de los sacerdotes comprometidos con la Teología de la Liberación, la cual orientaba en la solidaridad a los más pobres y desprotegidos organizando labores de saneamiento, mejora de cultivos, alimentación y educación para incorporarlos a la sociedad con mejores herramientas.
A pesar de sus esfuerzos por elevar la calidad de vida de los más necesitados en su distrito, el padre Gallego sufrió consecuencias una y otra vez. El primer ataque a su persona se realizó en junio de 1969 cuando fue encarcelado debido a falsas acusaciones.
De acuerdo a un recuento histórico sobre Gallego realizado por la arquidiócesis de Panamá, años más tarde, el 2 de julio de 1970 el sacerdote fue detenido por la Guardia Nacional en Veraguas, al ser acusado por uno de los terratenientes de haber quemado una planta ecléctica y fue el arzobispo Marcos G. McGrath quien logró su liberación, solo con la condición de reunirse con el general Omar Torrijos Herrera en la ciudad capital, donde se lograron acuerdos importantes para impulsar una reforma agraria.
Casi un año después de esta conversación entre ambos líderes, la relación entre los campesinos de Santa Fe y los funcionarios gubernamentales encargados del área presentaban un gran deterioro.
Estos últimos no compartían las sugerencias que eran propuestas por los trabajadores para crear un plan de desarrollo agrícola en la región.
Todo esto se debía a que los miembros del Estado Mayor consideraban que las conclusiones de los agricultores se orientaban a adquirir el control del comercio. El gobierno advirtió al padre Gallego que debía “encuadrar sus actos dentro de los lineamientos del régimen” y en la madrugada del 23 de mayo se incendió el rancho donde dormía el sacerdote, quien logró escapar y refugiarse en casa de Jacinto y Clotilde Toribio de Peña.
La última entrevista del padre Gallego fue transmitida en la emisora católica, Radio Hogar. En la misma, el sacerdote señalaba que el movimiento social y político que se estaba gestando en Santa Fe, Veraguas debía expandirse por todo el país, lo que alarmó a los dirigentes de la dictadura, quienes dieron instrucciones de destruir lo que había creado el religioso colombiano.
“Sí han rechazado el movimiento porque es un movimiento de cambio. Un movimiento de cambio desde el punto de vista religioso, social. Entonces, eso es lo que ocurre en todas partes, no solamente aquí, sino en toda América Latina, imagino que en el mundo entero ocurre eso. Cuando sale una idea nueva entonces es Comunismo. Cuando hay un cambio en la Iglesia, entonces son cuadrados o protestantes”, dijo el padre durante la entrevista en Radio Hogar.
Por su parte, las autoridades militares en Santa Fe tomaron la decisión de capturar y deportar a Colombia al padre Gallego al acusarlo de comunista, todo esto contando con el conocimiento de los altos mandos de la dictadura militar en el país.
Según el recuento de la arquidiocesis de Panamá, También inventaron diferentes delitos que justificaría la deportación del sacerdote, sin embargo, el religioso ya sabía que su vida corría peligro pues conocía que el movimiento social que había originado molestaba a los terratenientes de Santa Fe y a la cúpula militar.
”Ustedes saben que ya me están persiguiendo y en cualquier momento me pueden hacer alguna cosa. Ustedes son responsables de llevar a cabo el programa de evangelización que encausará la liberación de los hombres de este mundo y en especial en Santa Fe. Es por esto que les digo, que si desaparezco no me busquen sino que sigan la lucha, por que lo importante es la salvación de todos los hombres de la explotación y esclavitud ocasionada por los explotadores y por esto hay que morir si es necesario. Este es el compromiso último de un cristiano.”, fueron las últimas palabras del padre a la comunidad de Santa Fe.
A 53 años de la desaparición física del padre Héctor Gallego no se conoce su paradero ni se han encontrado sus restos. Aunque en 2018 se había confirmado el hallazgo de sus restos en el antiguo cuartel policial de Los Pumas, la versión oficial señala que los mismos no pertenecían al cura sino a Heliodoro Portugal, quien también desapareció durante la dictadura militar.